Tomando en cuenta las normativas que fuesen aprobadas – todavía no se sabe cuándo – en materia de minería, que por supuesto serán las de ordenamiento general del sistema, en los capítulos jurídico – legales, los de orden económico y sistemas financieros, con seguridad las atribuciones de los subsectores de la minería, en el desarrollo de sus labores, el espinoso tema de la consulta con las comunidades antes de encarar proyectos de explotación de los recursos naturales, sean mineros o petroleros, en fin, posiblemente otros detalles más inherentes al desarrollo del principal sistema productivo nacional como es la minería, hay necesidad de establecer también una agenda regionalizada que sirva de guía al Consejo Departamental Minero, en su delicada función de incentivar la minería departamental.
Para empezar, se trata de un organismo que reúne en su interior a todos los representantes de la minería, vale decir a los empresarios mineros privados chicos y medianos, los ejecutivos de la minería estatal y de las cooperativas, como también a los delegados laborales de esos mismos subsectores, incluyendo y esto es muy importante, a destacados profesionales y expertos en la minería nacional, pero particularmente orureña.
Un Consejo Departamental de Minería, tendrá muchas funciones para poder atender las expectativas de unos y los problemas de otros, pero su objetivo de trabajo tendrá que ser necesariamente unir esfuerzos, ideas, voluntades y sobre todo decisiones, para que la minería orureña se reactive de manera práctica y total, aprovechando las reservas mineralizadas que sólo esperan un trabajo altamente tecnificado, debidamente solventado y plenamente respaldado por garantías jurídicas que deberán ser establecidas en función al desarrollo de proyectos que encaren inversionistas, empresarios y trabajadores
Si hay algo que debe atenderse con cierta premura, es la concesión crediticia en condiciones blandas a los mineros chicos, de tal suerte que como sucede con los cooperativistas, estén también en condiciones de aumentar su producción y mejorar sus índices de exportación.
Hay que definir el uso de recursos provenientes de la minería para utilizarlos en planes de exploración, de manera que las futuras tareas de explotación sean de beneficio común, para los subsectores, en la medida de sus prospecciones y las condiciones de acometer los nuevos emprendimientos mineros, que por supuesto existen para chicos, medianos, cooperativistas y del sector estatal.
Un detalle que debe ser parte de la agenda del Consejo Departamental de Minería es aportar con elementos muy concretos al proceso de establecimiento de la autonomía local, considerando justamente que la minería, fue, es y será la base del sustento económico del departamento, por tanto de las seguridades en que se manejen esos recursos y sus réditos dependerá el futuro regional.
No debe, ni puede dejarse de lado la consideración del desarrollo del mega proyecto minero que se desarrollará en los salares de Coipasa y en el de Uyuni, donde Oruro es parte de tal territorialidad, por tanto con justificadas expectativas en ese gigante prospecto que debe culminar en la fase de la industrialización del litio y de otros componentes.
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