El proyecto de Pacajes sólo necesita 10 toneladas de ácido sulfúrico por día y la producción de la planta de Eucaliptos es de más de 100 t /día, mejor sería que Vinto trate los minerales de estaño con pirita, según el experto.
La Corporación Minera de Bolivia (Comibol) reactiva proyectos sin planificación y conocimiento porque las iniciativas económicas que impulsa no están acordes a la realidad del país, y también porque no se aprovecha la materia prima adecuadamente, según Salomón Rivas, profesional del área con muchos años de experiencia.
El profesional y técnico, con muchos años de conocimiento en el trabajo en la minería chica, mediana y nacionalizada, expresó que este rubro en Bolivia se encuentra en una situación difícil por todo el daño que se le hizo al sector de extracción, que en otrora fue el sostén financiero del estado boliviano por muchos años.
Rivas Valenzuela resaltó que la minería en Bolivia empezó a morir con la baja cotización de los minerales desde 1985 y el propio presidente Víctor Paz Estensoro declaró que “la era del estaño ha terminado”.
“Bajaron las palancas, las bombas pararon y se empezaron a inundarse con maquinaria minera, dejaron de sonar los ingenios, ya no silbaron las celdas de flotación, empezando a corroerse sin que se estudie o planifique que algunas vetas sean explotadas”, narró el geólogo.
¿POR QUË MURIÓ?
Con la reedición de su libro «Comibol, una historia de amor», Rivas, trata de la muerte de la empresa estatal, resaltando los factores para que esto suceda
“Fueron por falta de honradez en todos sus niveles, injerencia política en una empresa de producción, mediocridad técnica y administrativa, falta de visión en las gerencias principales”.
Prosigue que para la muerte de la empresa de extracción mineralógica de Bolivia “influyó la falta de patriotismo en todo el personal, la presión internacional sin olvidarse de la deuda y falta de capital de operaciones en inversión”.
Como todo un católico evangélico, el consultor e investigador señaló que cree en la resurrección de Comibol, con técnicas virtuosas y con mucho conocimiento.
“Debemos olvidarnos de ser millonarios, al ver al lado nuestra pobreza con la intervención de campesinos, mineros y técnicos para elevar el nivel de vida de los bolivianos”.
CONSEJO
Asimismo, dijo que “las transnacionales vienen para llevarse casi todo del negocio minero y dejan migajas para la población”
Para la puesta en marcha de nuevas técnicas de explotación, Salomón indicó que “se debe reconocer que el boliviano es capaz de culminar estudios de alta tecnología, existe elite geológica, minera y metalurgista que si se olvida el color de la corbata, seguros que trabajaran por su país”.
Además mencionó que sí se necesita inversión, que está dentro el país que no se ha sabido repartir y educar con propiedad, ya que el dicho “No me des el pescado, sino la caña para pescar” no se llevó a la práctica porque el Gobierno empieza a dar bonos en vez de invertir en la producción, “bonos” que se convierten en fiestas paganas, borracheras, como también la gente adinerada que aporta al turismo de Miami, Nueva York, California, incluso Arica y Buenos Aires.
ALTERNATIVAS
Explicó -por ejemplo- que la planta de ácido sulfúrico en Eucaliptos nació muerta, construida por los mexicanos, hecha para materia prima mexicana de alta pureza, maquinaria obsoleta que sólo se lo aceitó y se le volvió a pintar, producción que serviría para la planta la lixiviación de cobre de la hidrometalúrgica de Corocoro.
El proyecto de Pacajes sólo necesita 10 toneladas de ácido sulfúrico por día y la producción de la planta de Eucaliptos es de más de 100 t /día, según el ingeniero y profesor, mejor sería que Vinto trate los minerales de estaño con pirita y de sus gases de azufre se produzca ácido sulfúrico a bajo precio.
Asimismo explicó que se puede centralizar todo en una gran siderúrgica del estaño que trate el bismuto y otros minerales, aprovechando el capital humano y la infraestructura, sin necesidad de construir elefantes blancos: nidos de corrupción.
Salomon Rivas Valenzuela, hijo de minero y luego emprendedor en la minería, explicó además que Bolivia no necesita hacer grandes explotaciones de forma masiva, sino que estas aseguren el mercado necesario para el consumo interno y se exporte con valor agregado, y que sólo así se devolverá la dignidad a Bolivia.
Asimismo, señaló que los grandes proyectos mineros que emprende el gobierno no tienen financiamiento seguro para su culminación.
La Corporación Minera de Bolivia (Comibol) reactiva proyectos sin planificación y conocimiento porque las iniciativas económicas que impulsa no están acordes a la realidad del país, y también porque no se aprovecha la materia prima adecuadamente, según Salomón Rivas, profesional del área con muchos años de experiencia.
El profesional y técnico, con muchos años de conocimiento en el trabajo en la minería chica, mediana y nacionalizada, expresó que este rubro en Bolivia se encuentra en una situación difícil por todo el daño que se le hizo al sector de extracción, que en otrora fue el sostén financiero del estado boliviano por muchos años.
Rivas Valenzuela resaltó que la minería en Bolivia empezó a morir con la baja cotización de los minerales desde 1985 y el propio presidente Víctor Paz Estensoro declaró que “la era del estaño ha terminado”.
“Bajaron las palancas, las bombas pararon y se empezaron a inundarse con maquinaria minera, dejaron de sonar los ingenios, ya no silbaron las celdas de flotación, empezando a corroerse sin que se estudie o planifique que algunas vetas sean explotadas”, narró el geólogo.
¿POR QUË MURIÓ?
Con la reedición de su libro «Comibol, una historia de amor», Rivas, trata de la muerte de la empresa estatal, resaltando los factores para que esto suceda
“Fueron por falta de honradez en todos sus niveles, injerencia política en una empresa de producción, mediocridad técnica y administrativa, falta de visión en las gerencias principales”.
Prosigue que para la muerte de la empresa de extracción mineralógica de Bolivia “influyó la falta de patriotismo en todo el personal, la presión internacional sin olvidarse de la deuda y falta de capital de operaciones en inversión”.
Como todo un católico evangélico, el consultor e investigador señaló que cree en la resurrección de Comibol, con técnicas virtuosas y con mucho conocimiento.
“Debemos olvidarnos de ser millonarios, al ver al lado nuestra pobreza con la intervención de campesinos, mineros y técnicos para elevar el nivel de vida de los bolivianos”.
CONSEJO
Asimismo, dijo que “las transnacionales vienen para llevarse casi todo del negocio minero y dejan migajas para la población”
Para la puesta en marcha de nuevas técnicas de explotación, Salomón indicó que “se debe reconocer que el boliviano es capaz de culminar estudios de alta tecnología, existe elite geológica, minera y metalurgista que si se olvida el color de la corbata, seguros que trabajaran por su país”.
Además mencionó que sí se necesita inversión, que está dentro el país que no se ha sabido repartir y educar con propiedad, ya que el dicho “No me des el pescado, sino la caña para pescar” no se llevó a la práctica porque el Gobierno empieza a dar bonos en vez de invertir en la producción, “bonos” que se convierten en fiestas paganas, borracheras, como también la gente adinerada que aporta al turismo de Miami, Nueva York, California, incluso Arica y Buenos Aires.
ALTERNATIVAS
Explicó -por ejemplo- que la planta de ácido sulfúrico en Eucaliptos nació muerta, construida por los mexicanos, hecha para materia prima mexicana de alta pureza, maquinaria obsoleta que sólo se lo aceitó y se le volvió a pintar, producción que serviría para la planta la lixiviación de cobre de la hidrometalúrgica de Corocoro.
El proyecto de Pacajes sólo necesita 10 toneladas de ácido sulfúrico por día y la producción de la planta de Eucaliptos es de más de 100 t /día, según el ingeniero y profesor, mejor sería que Vinto trate los minerales de estaño con pirita y de sus gases de azufre se produzca ácido sulfúrico a bajo precio.
Asimismo explicó que se puede centralizar todo en una gran siderúrgica del estaño que trate el bismuto y otros minerales, aprovechando el capital humano y la infraestructura, sin necesidad de construir elefantes blancos: nidos de corrupción.
Salomon Rivas Valenzuela, hijo de minero y luego emprendedor en la minería, explicó además que Bolivia no necesita hacer grandes explotaciones de forma masiva, sino que estas aseguren el mercado necesario para el consumo interno y se exporte con valor agregado, y que sólo así se devolverá la dignidad a Bolivia.
Asimismo, señaló que los grandes proyectos mineros que emprende el gobierno no tienen financiamiento seguro para su culminación.
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