No trascurrió ni una semana del anuncio de actividades en la Mina San Vicente y se conoce de un “operativo de ocupación” de las instalaciones de ese centro minero, pero por parte de los trabajadores que utilizaron el criticado método del avasallamiento, complicando la situación con la captura de rehenes, entre estos varios de los ejecutivos de la concesionaria canadiense Pan Américan Silver, que apuntó días atrás a mejorar los sistema de producción.
CONFLICTO SOCIAL
La determinación de los trabajadores mineros de San Vicente es el resultado de un problema pendiente de solución entre la empresa y el sindicato minero que pese a infructuosas gestiones no culminó de manera favorable como era de esperar para los mineros.
Sin agotar los recursos legales el sindicato dispuso la ocupación del campamento, oficinas y la mina, sorprendiendo en la madrugada a empleados que descansaban y que aparecieron de rehenes, sin poder abandonar la mina.
Si bien los mineros otorgan buen trato a los rehenes, entre esos el gerente de operaciones de la empresa, disponiendo la dotación de alimentos y agua, no les estaba permitido abandonar el lugar de temporal cautiverio.
La operación minera de San Vicente responde a un contrato de riesgo compartido entre la Comibol y la Américan Silver de Canadá. Se esperaba una gestión directa de las autoridades del Ministerio de Minas y Comibol para solucionar el problema en las mejores condiciones de negociación que evite mayores perjuicios y permita restablecer la normalidad toda vez que existe buena perspectiva de inversión en la Mina San Vicente del distrito potosino
La parte negativa del operativo sindical fue muy parecido al que realizan al margen de la ley los comunarios de algunas regiones que avasallan las propiedades mineras y ocasionan serios perjuicios a los concesionarios. Las autoridades deben poner coto a este tipo de actitudes reñidas con la seguridad jurídica que desean los inversionistas, especialmente del sector minero.
Las operaciones de la minería en general necesitan estar rodeadas de ciertas condiciones que otorguen las suficientes garantías a quienes arriesgan capitales, de manera que si no son comunarios originarios los que ocupan propiedades arbitrariamente, tampoco sean los propios trabajadores que generen incertidumbre en los planes de inversión que son fundamentales para movilizar los emprendimientos mineros.
Aún no se han solucionado los problemas en mina Himalaya, Lipichi, Santa Marta y por lo menos otras 15 que siguen sin producir por la acción irregular de los comunarios que malinterpretan algunos artículos de la nueva Constitución.
CONFLICTO SOCIAL
La determinación de los trabajadores mineros de San Vicente es el resultado de un problema pendiente de solución entre la empresa y el sindicato minero que pese a infructuosas gestiones no culminó de manera favorable como era de esperar para los mineros.
Sin agotar los recursos legales el sindicato dispuso la ocupación del campamento, oficinas y la mina, sorprendiendo en la madrugada a empleados que descansaban y que aparecieron de rehenes, sin poder abandonar la mina.
Si bien los mineros otorgan buen trato a los rehenes, entre esos el gerente de operaciones de la empresa, disponiendo la dotación de alimentos y agua, no les estaba permitido abandonar el lugar de temporal cautiverio.
La operación minera de San Vicente responde a un contrato de riesgo compartido entre la Comibol y la Américan Silver de Canadá. Se esperaba una gestión directa de las autoridades del Ministerio de Minas y Comibol para solucionar el problema en las mejores condiciones de negociación que evite mayores perjuicios y permita restablecer la normalidad toda vez que existe buena perspectiva de inversión en la Mina San Vicente del distrito potosino
La parte negativa del operativo sindical fue muy parecido al que realizan al margen de la ley los comunarios de algunas regiones que avasallan las propiedades mineras y ocasionan serios perjuicios a los concesionarios. Las autoridades deben poner coto a este tipo de actitudes reñidas con la seguridad jurídica que desean los inversionistas, especialmente del sector minero.
Las operaciones de la minería en general necesitan estar rodeadas de ciertas condiciones que otorguen las suficientes garantías a quienes arriesgan capitales, de manera que si no son comunarios originarios los que ocupan propiedades arbitrariamente, tampoco sean los propios trabajadores que generen incertidumbre en los planes de inversión que son fundamentales para movilizar los emprendimientos mineros.
Aún no se han solucionado los problemas en mina Himalaya, Lipichi, Santa Marta y por lo menos otras 15 que siguen sin producir por la acción irregular de los comunarios que malinterpretan algunos artículos de la nueva Constitución.
No hay comentarios:
Publicar un comentario