A propósito de las recaudaciones de la Prefectura de Oruro por concepto de regalías mineras y el impuesto complementario, el panorama no es nada halagüeño en lo que va del año considerando que en la gestión pasada y en el primer trimestre se obtuvo 20 millones de dólares, en el mismo periodo del año en curso ese monto descendió a sólo 11 millones
A propósito de las recaudaciones de la Prefectura de Oruro por concepto de regalías mineras y el impuesto complementario, el panorama no es nada halagüeño en lo que va del año considerando que en la gestión pasada y en el primer trimestre se obtuvo 20 millones de dólares, en el mismo periodo del año en curso ese monto descendió a sólo 11 millones, lo que significa casi un 50% de “recorte” en el correspondiente item del presupuesto departamental.
La tendencia financiera se dirige a optimizar recaudaciones, de ahí que se esperaba que el primer trimestre de este año supere la del 2008, lo que no sucedió por la caída en los precios internacionales, empero todavía existe una posibilidad de sobrepasar los cien millones de dólares en la presente gestión, aunque todo dependerá de los meses siguientes y el comportamiento externo.
Hace tiempo atrás la Prefectura sugirió la aplicación de un sistema de retención directa de las regalías en su trato con las comercializadoras de minerales de manera que no se afecte con el descuento del 1% que procesa el Servicio de Impuestos Nacionales al presupuesto local.
De acuerdo al informe de personal de la división de recaudaciones de la Prefectura, el Servicio de Impuestos cobró más de 200 millones de bolivianos por concepto de impuesto a la regalía minera, afectando la recuperación que estima a su favor el Tesoro Departamental.
El constreñido presupuesto prefectural, que además sufrirá otra rebaja en la distribución del IDH, confrontará por algún tiempo más la disminución en las regalías mineras, lo que necesariamente obliga a los encargados de las finanzas departamentales aguzar el ingenio para reemplazar los montos que serán sustraídos de las cuentas fiscales de Oruro.
Mientras dure la crisis minera es necesario que se pongan las cosas claras con algunas empresas que han incumplido contratos y cuyas boletas de garantía han vencido y deberían ser ejecutadas.
En el caso específico de las recaudaciones por concepto de regalías lo poco que se recupere debe destinarse a un sistema de reinversión en las mismas actividades, de manera que mientras se disponga la “reactivación minera” no se paralicen definidamente esta importante actividad productiva que además es la generadora de miles de empleos en el departamento.
A propósito de las recaudaciones de la Prefectura de Oruro por concepto de regalías mineras y el impuesto complementario, el panorama no es nada halagüeño en lo que va del año considerando que en la gestión pasada y en el primer trimestre se obtuvo 20 millones de dólares, en el mismo periodo del año en curso ese monto descendió a sólo 11 millones, lo que significa casi un 50% de “recorte” en el correspondiente item del presupuesto departamental.
La tendencia financiera se dirige a optimizar recaudaciones, de ahí que se esperaba que el primer trimestre de este año supere la del 2008, lo que no sucedió por la caída en los precios internacionales, empero todavía existe una posibilidad de sobrepasar los cien millones de dólares en la presente gestión, aunque todo dependerá de los meses siguientes y el comportamiento externo.
Hace tiempo atrás la Prefectura sugirió la aplicación de un sistema de retención directa de las regalías en su trato con las comercializadoras de minerales de manera que no se afecte con el descuento del 1% que procesa el Servicio de Impuestos Nacionales al presupuesto local.
De acuerdo al informe de personal de la división de recaudaciones de la Prefectura, el Servicio de Impuestos cobró más de 200 millones de bolivianos por concepto de impuesto a la regalía minera, afectando la recuperación que estima a su favor el Tesoro Departamental.
El constreñido presupuesto prefectural, que además sufrirá otra rebaja en la distribución del IDH, confrontará por algún tiempo más la disminución en las regalías mineras, lo que necesariamente obliga a los encargados de las finanzas departamentales aguzar el ingenio para reemplazar los montos que serán sustraídos de las cuentas fiscales de Oruro.
Mientras dure la crisis minera es necesario que se pongan las cosas claras con algunas empresas que han incumplido contratos y cuyas boletas de garantía han vencido y deberían ser ejecutadas.
En el caso específico de las recaudaciones por concepto de regalías lo poco que se recupere debe destinarse a un sistema de reinversión en las mismas actividades, de manera que mientras se disponga la “reactivación minera” no se paralicen definidamente esta importante actividad productiva que además es la generadora de miles de empleos en el departamento.
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