La crisis financiera que se registra a nivel mundial, casi con seguridad que en la presente gestión, ocasionará algunos problemas muy serios en la economía de países que como el nuestro dependen aún de las grandes economías, que en realidad mueven hacia arriba o en descenso las finanzas cotidianas, por tanto no podremos sustraernos a los efectos de tales movimientos.
Esa crisis mundial se manifestará en nuestro país en la presente gestión en la disminución de ingresos para los bolivianos, producto de menor actividad que además aumentará la desocupación y reducirá los proyectos de inversión y lógicamente los de producción.
El tema corresponde a especialistas del fenómeno económico mundial y su directa relación con las economías de países dependientes o en vías de desarrollo como Bolivia. Se define claramente que la reducción en las actividades económicas es repercusión de la crisis mundial que afecta muy seriamente a sectores como los de la minería, hidrocarburos y la industria en general, tres sectores que disminuirán sus operaciones de exportación e importación con relación a los índices que marcaron entre los últimos dos años con incrementos en su demanda interna.
La perspectiva económica del Ente Emisor, el Banco Central de Bolivia, señala que la crisis se manifestará en términos de desempleo y menores ingresos para los bolivianos cuyos salarios disminuirán en su valor adquisitivo. Por otra parte se aclara que de acuerdo al Banco Mundial (BM) se trata de un efecto social que se traduce en un menor ingreso disponible, pero sin trastornos que compliquen los índices de crecimiento económico que para la presente gestión fluctuará entre el 4 y 5 por ciento, nada más.
El ejecutivo del BCB sostiene que “la demanda de bienes está bajando porque hay gente que está perdiendo su empleo”, sucedió concretamente con el caso de la minería y el cierre de varias operaciones por la caída de los precios en el mercado internacional, situación que podría cambiar si se mantiene una fase de recuperación de precios que haga posible sostener esa industria extractiva.
Cualquier forma de recuperación económica dependerá de la ejecución de la inversión pública y de los planes de inversión del sector privado. Si hablamos de minería otorgar garantías y seguridades a las captaciones financieras podría significar un apoyo directo a la creación de empleos seguros y por buen tiempo como los que se presentan en grandes operaciones mineras.
Con tales alternativas es prudente que, en el nivel gubernamental y el que corresponde a las áreas de producción, se adopten previsiones para sortear las dificultades emergentes de la crisis mundial en la gestión presente.
Esa crisis mundial se manifestará en nuestro país en la presente gestión en la disminución de ingresos para los bolivianos, producto de menor actividad que además aumentará la desocupación y reducirá los proyectos de inversión y lógicamente los de producción.
El tema corresponde a especialistas del fenómeno económico mundial y su directa relación con las economías de países dependientes o en vías de desarrollo como Bolivia. Se define claramente que la reducción en las actividades económicas es repercusión de la crisis mundial que afecta muy seriamente a sectores como los de la minería, hidrocarburos y la industria en general, tres sectores que disminuirán sus operaciones de exportación e importación con relación a los índices que marcaron entre los últimos dos años con incrementos en su demanda interna.
La perspectiva económica del Ente Emisor, el Banco Central de Bolivia, señala que la crisis se manifestará en términos de desempleo y menores ingresos para los bolivianos cuyos salarios disminuirán en su valor adquisitivo. Por otra parte se aclara que de acuerdo al Banco Mundial (BM) se trata de un efecto social que se traduce en un menor ingreso disponible, pero sin trastornos que compliquen los índices de crecimiento económico que para la presente gestión fluctuará entre el 4 y 5 por ciento, nada más.
El ejecutivo del BCB sostiene que “la demanda de bienes está bajando porque hay gente que está perdiendo su empleo”, sucedió concretamente con el caso de la minería y el cierre de varias operaciones por la caída de los precios en el mercado internacional, situación que podría cambiar si se mantiene una fase de recuperación de precios que haga posible sostener esa industria extractiva.
Cualquier forma de recuperación económica dependerá de la ejecución de la inversión pública y de los planes de inversión del sector privado. Si hablamos de minería otorgar garantías y seguridades a las captaciones financieras podría significar un apoyo directo a la creación de empleos seguros y por buen tiempo como los que se presentan en grandes operaciones mineras.
Con tales alternativas es prudente que, en el nivel gubernamental y el que corresponde a las áreas de producción, se adopten previsiones para sortear las dificultades emergentes de la crisis mundial en la gestión presente.
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