lunes, 1 de octubre de 2007

ESTAÑO - “METAL DEL DIABLO”

Por: Dionisio J. Garzón M. (*)

Cuando se habla del estaño en Bolivia, se habla también del periodo republicano más importante desde el punto de vista económico y de transformaciones sociales; periodo de luchas y revoluciones que marcaron el destino del país y dieron pie a su característica política y económica de “país minero” con que en los dos últimos siglos se lo conoce. En esta tercera entrega quiero referirme al “metal del diablo”, por el cual se ha derramado sangre, por el que se han acumulado fortunas y por el cual el concepto de “poder minero” se acuñó en nuestra política y también en nuestro folklore, tan unido éste al quehacer de la gente de nuestras desoladas montañas.

El descubrimiento de estaño en el país data de 1564 en una serranía cercana a Uncía en el departamento de Potosí por Juan del Valle; un aventurero español que estaba buscando vetas de plata; este descubrimiento marcaría el punto de inflexión de la minería argentífera colonial a lo que vendría a ser la minería del estaño del periodo republicano. Sin embargo no fue sino hasta los albores del siglo XX que la demanda de minerales de estaño se incremento geométricamente en el mundo después de la primera guerra mundial (1914-1918), por el amplio uso de la hojalata y sus derivados en la manufactura de envases para la conservación de los alimentos enviados a las tropas en el frente de batalla. Con un mercado floreciente y muy pocos países productores (Malasia, Indonesia y después Bolivia); la demanda de minerales de estaño en el país se incrementó y los viejos yacimientos de plata que tenían como desecho estos minerales volvieron a ser de interés (el apelativo de “metal del diablo” para el estaño, deriva de los problemas que causaba en la metalurgia de la plata).

Las décadas iniciales del siglo XX fueron de intensa búsqueda y disputa de los grandes yacimientos heredados de la Colonia, búsqueda que llevó al descubrimiento de la Veta La Salvadora en el cerro Juan del Valle, con toda su historia de disputas a veces sangrientas y el posterior descubrimiento del que fue el yacimiento de vetas de estaño mas grande del mundo: la mina Siglo XX por su gestor Simón I. Patiño. Él la trasformó después en la operación minera subterránea mas grande del mundo con una producción mina de 5,000 TPD (toneladas por día) y con la tecnología de concentración mas moderna. Luego vendría la historia de Huanuni, Japo, Santa Fe, Caracoles, Viloco y de muchas otras minas de estaño que catapultaron al país a ser con holgura el segundo productor mundial de minerales de estaño, con niveles de producción anual de hasta 46,000 TMF (toneladas métricas finas) de estaño para un mercado de 200,000 TMF. Este sitial se mantendría hasta la crisis de los años 30´s que precedió a la segunda guerra mundial. Los precios cayeron a niveles muy bajos (hasta 50 y 22 centavos por libra fina), la producción declinó a niveles de 15,000 TMF y repuntó hasta 25,000 TMF en los años previos a la nacionalización de las minas en 1952. Nunca más se alcanzaron los niveles de producción de la “Era Patiño”.

Hoy el mundo tiene un mercado para el estaño más o menos equilibrado con una producción mina que tiene generalmente una declinación anual entre 10% y 20% debido al manejo de “stocks”, reciclaje y sustitutos. La producción mundial de estaño el año 2006 fue de 273,000 TMF de las cuales China produjo 100,000 TMF, Indonesia 85,000 TMF, Perú 42,200 TMF, Bolivia 18,400 TMF y Brasil 11,800 TMF (1), entre los 5 mayores productores.

Bolivia pasó de ser el segundo productor con una participación de 23% del mercado a ser el cuarto productor con una participación de solo el 6.7%; las causas de este bajón radica no tanto en el mercado y los precios cuanto en una deficiente administración, desarrollo y gerencia de nuestro potencial, el cual es reconocido dentro de los cinco mayores del mundo. En las dos últimas décadas hemos transitado periodos de precios altos (ej. En 1980 el precio era de 7.61 US$ por libra fina), de precios bajos como en 1986 cuando el precio era de 2.57 US$/lb y estamos otra vez en un periodo de precios altos (el promedio de este año será mayor a los 5 US$/lb); pero nuestra capacidad de producción que disminuyó a niveles menores a 10,000 TMF en los periodos de “vacas flacas”, no se incrementó más allá de las 19,000 TMF en los tiempos de precios altos.

Las razones estructurales subyacentes a este comportamiento, son entre otras, la poca capacidad actual de generación de nuevas reservas de la Corporación Minera de Bolivia-Comibol propietaria de las minas de estaño más importantes, que solo ha generado en el último tiempo una reserva de 67,534 TMF de estaño en Huanuni (2), pese al gran potencial de este yacimiento y ha depredado a través de contratos con terceros, de manera particular con cooperativas, una reserva total que el año 1985 cuando dejó de ser operadora de sus minas, era de 180,000 TMF (3). También al poco interés que la empresa privada tiene en la minería de estaño, solo dos empresas mineras medianas explotan estaño (Barrosquira y Colquiri) y más de las dos terceras partes de la producción de estaño del país proviene de cooperativas y pequeños operadores mineros.

Como ocurre siempre en nuestro país, la coyuntura es más importante que la planificación a mediano y largo plazo, en el caso presente hemos dejado al subsector menos capaz la responsabilidad de la producción de uno de los metales con mejor potencial, para el que tenemos una fundición en Oruro desde 1967 y para el que la historia indica que hace más de un siglo tenemos la habilidad y la tecnología para fundirlo. Don Luís Soux junto a los hermanos Pedro y Casimiro Dupleich (emigrantes franceses radicados en Potosí a principios del siglo anterior), ya producían 24 mil quintales de estaño metálico por año en una rústica pero eficiente fundidora ubicada en un valle cercano al Nevado Sajama y muy cerca al puerto de Arica por donde se exportaba el estaño a Europa.

En este como en los anteriores análisis sobre nuestra realidad minera, he querido diferenciar lo real de lo ficticio, lo factual de los sueños de grandeza. Un peligroso panorama producto del manejo poco ortodoxo y poco técnico de nuestra minería, está limitando muy seriamente su futuro y está poniendo en peligro el desarrollo del occidente del país, eminentemente minero. El estaño es cada vez menos importante en la industria, por los sustitutos como el aluminio, el vidrio, el plástico, los aceros libres de estaño que ahora se usan en los automóviles, las resinas y “epoxis”, las soldaduras de aluminio y otros que reducen cada vez más la importancia del “metal del diablo”. No perdamos el tren de la historia mirando como nuestros vecinos en menos tiempo han desarrollado una industria minera fuerte y competitiva a nivel mundial. Una sola empresa minera en el Perú, Minsur S.A., produce el 12% del estaño a nivel mundial y es una empresa mucho más joven que la Empresa Minera Huanuni y desde luego que Siglo XX. Nuestras minas tienen un gran potencial que no estamos aprovechando adecuadamente, pero todavía podemos hacerlo, antes que la historia y las generaciones futuras nos demanden la inoperancia y el anteponer la coyuntura a la racionalidad en el manejo de la minería nacional.

(*) Ingeniero Geólogo, Ex Ministro de Minería y Metalurgia.
(1) U.S. Geological Survey, Mineral Commodity Summaries 2006.
(2) Información de Comibol.
(3) D. Garzón, Desarrollo de áreas mineras potenciales, conferencia en seminario: Políticas de Exploración Minera, Colegio de Geólogos de Bolivia, Mayo de 2007.

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