Propiamente han transcurrido las primeras tres semanas del mes de enero 2015 y el sector de la minería en general, se desenvuelve en un marco de real incertidumbre en lo que corresponde al futuro inmediato de este importante sistema productivo nacional.
Los precios internacionales de los minerales no han tenido el repunte que se esperaba, salvo unos centavos de dólar en la libra fina (LF) de estaño esporádicamente por encima de los 8,5 dólares, en otros registros se mantuvieron los precios en un promedio semanal inalterable, aunque en algunos casos la cotización fue para abajo.
Con ese panorama de inseguridad sobre los precios se han planteado algunos avances en función al cumplimiento de resoluciones adoptadas entre el final del año pasado y los primeros días de la gestión que corre, tras una reunión entre los dirigentes de la Federación Sindical de Trabajadores Mineros de Bolivia (Fstmb), los mineros asalariados que mostraron mucha preocupación por la situación que perfila una perspectiva poco halagüeña.
En ese sentido se definió una reestructuración de la Corporación Minera de Bolivia (Comibol), algo que debió funcionar hace tiempo atrás, pero que por esas cosas de la "poca visión" de ejecutivos, la imprevisión de gestión y la falta de políticas serias se dejan las cosas tal como están…mientras no exista una circunstancia de fuerza que obligue a tomar medidas de contingencia.
El bajón de precios si bien afecta con mayor dureza a la minería estatal, por la relación de costos de producción con un tope de equilibrio en el valor del estaño que no sea inferior a los 8,75 dólares por LF, el hecho también se hace sentir en el sector de la minería pequeña privada y en las cooperativas, en tanto que en la minería mediana privada se adoptan medidas de emergencia para conjurar la situación, no hay que descartar que algunas de esas empresas han anunciado reducción de personal, ajustes en orden productivo, inyección de capital de sostenimiento, pero en general con un preaviso de advertencia socio-financiera ante autoridades superiores, esperando que se defina una política minera general que aliente las inversiones, que disponga seguridad jurídica, que facilite alicientes o incentivos de orden tributario, como sucede en los países vecinos, en los que también la baja de precios causa problemas, pero que son superados con medidas gubernamentales de apoyo financiero.
Los mineros asalariados con mayor aproximación a la realidad del problema productivo por las dificultades de operación y los riesgos que conlleva un trabajo fuera de costos sin el apoyo necesario para compensar esa deficiencia, implica ir contra la corriente y acumular una deuda que puede ser una carga muy pesada en la cuenta general de la empresa afectando todo su circuito operacional, que tiene relación directa con la planilla salarial. Ese es el gran problema.
Por supuesto la consecuencia de ese proceso negativo será una menor producción, aunque hipotéticamente se hable de aumentarla, lo que resulta muy difícil de cumplir si los costos de operación son superiores a la recuperación que fijan los precios del mercado internacional de minerales.
Los trabajadores proponen un "plan alternativo técnico económico en todas las empresas", eso significa diseñar una estrategia de contingencia, pero sin pérdida de tiempo, para no complicar las operaciones en el momento actual que en algunas empresas están fuera del nivel ideal que permita un balance entre gastos y recuperaciones.
MEDIDAS URGENTES
La reestructuración de la Comibol ha comenzado, pero la concreción efectiva del proyecto demandará algún tiempo dependiendo de la dinámica con se muevan los protagonistas de efectuar el cambio que además deberá contar con disposiciones legales de respaldo que hagan factible las modificaciones en la estructura administrativa de una institución que debe dejar de ser administrativa para convertirse en cien por ciento operativa y productiva.
En tanto esto suceda hay urgencia de que las autoridades de minería adopten justamente las medidas de contingencia que han planteado los trabajadores y que están demorando en ser estructuradas en los niveles superiores para su aplicación de emergencia en el sistema minero nacional.
CUESTIÓN DE RECURSOS
Lo primero que se ha hecho es disponer un fideicomiso a través del Banco Central de Bolivia, consistente en 100 millones de dólares para favorecer las operaciones del distrito de Huanuni, esperándose paliar con ese monto, la crisis coyuntural en parte de la minería estatal que como Huanuni necesita activar su nuevo ingenio para aumentar su producción, otros recursos "de la misma correa" deben servir para mejorar la producción de Colquiri y de otros centros de menor productividad.
En el caso del sector metalúrgico nacional, todavía hay problemas en la Empresa Metalúrgica Karachipampa (EMK) donde el aspecto técnico está siendo controlado para devolver seguridad a su sistema operativo que permitirá la continuidad de "lingotear" plomo y plata. Sin embargo, el ejecutivo de EMK señaló que este año deberán invertirse 25 millones de dólares para renovar equipos de ese complejo, asegurándose que la Comibol inyectará diez millones de bolivianos adicionales para completar la rehabilitación de la EMK.
Sólo para reiterar lo que señalamos en otras ediciones es que tampoco en enero funcionará el horno Ausmelt, podría suceder en febrero, tomando en cuenta un anuncio relacionado con la celebración cívica de Oruro, oportunidad propicia para que en la Empresa Metalúrgica Vinto comience a funcionar el moderno horno que incrementará sustancialmente la producción de estaño metálico al punto de elevar el nivel internacional del Complejo Metalúrgico que ya prepara el uso de sus reservas estratégicas de concentrados para la prueba de fuego del Ausmelt.
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