Al menos 10 municipios del departamento de Oruro plantearon al Gobierno la urgente necesidad de declarar “emergencia ambiental”, en una zona donde existen varias cuencas hídricas, donde los peces y la vida se acaban por efecto de la actividad minera.
Se trata de las cuencas Huanuni, Desaguadero, Cañadón Antequera y Poopó, donde el daño causado a estas fuentes de agua actualmente se traduce en la desaparición de peces, la degradación de suelos, la extinción de manantiales, la cada vez menor calidad y cantidad de los cultivos, especialmente de los forrajes, entre otros.
Además de la declaración, estos municipios piden la construcción de diques de cola en los centros mineros que detengan los desechos tóxicos y evitar que éstos lleguen a los ríos.
El concejal del municipio El Choro y representante de la cuenca Huanuni, Jorge Aguilar, informó a Enlared-Onda Local que la contaminación se debe tanto a la actividad minera privada y cooperativa como a la estatal. Aguilar añadió que en esta cuenca ya existe una degradación de los terrenos de cultivo, la desaparición de aves silvestres y de flora del lugar, como son los pastos nativos, totorales y paja. Aunque, lo más alarmante, dijo, es la extinción de peces, como el pejerrey y el carachi del lago Poopó.
La representante de los municipios beneficiarios de Cañadón Antequera, Guadalupe Fernández, aclaró que la demanda de emergencia ambiental no va contra la actividad minera; lo único que se pide es un mayor control de sus efectos ambientales. Recordó que si la degradación de las fuentes de agua afecta a los animales domésticos, es peor la situación de los silvestres: “tampoco ya se encuentra lagartos, vizcachas y cóndores”.
Entretanto, el dirigente de la cuenca Desaguadero, Félix Laime, aseguró que el mayor problema son los compuestos químicos que se usan en la minería, como el cianuro.
Por su lado, la representante de la cuenca Poopó, Guillermina Choque, declaró que es especialmente esta región la que soporta la mayor contaminación por la actividad minera.
Choque se quejó de que tanto las grandes empresas, como Inti Raymi, Huanuni, Sinchi Wayra y Tiwanacu, como las cooperativas no tienen diques de control de desechos, o por lo menos no los tienen de manera adecuada.
“La totora es nuestro forraje, pero se está muriendo, alfalfa y quinua principalmente. Cuando tomamos el agua contaminada nos da dolor de estomago y mareos. Son varios químicos como el ácido y el cianuro que van al río”, lamentó Choque.
Se trata de las cuencas Huanuni, Desaguadero, Cañadón Antequera y Poopó, donde el daño causado a estas fuentes de agua actualmente se traduce en la desaparición de peces, la degradación de suelos, la extinción de manantiales, la cada vez menor calidad y cantidad de los cultivos, especialmente de los forrajes, entre otros.
Además de la declaración, estos municipios piden la construcción de diques de cola en los centros mineros que detengan los desechos tóxicos y evitar que éstos lleguen a los ríos.
El concejal del municipio El Choro y representante de la cuenca Huanuni, Jorge Aguilar, informó a Enlared-Onda Local que la contaminación se debe tanto a la actividad minera privada y cooperativa como a la estatal. Aguilar añadió que en esta cuenca ya existe una degradación de los terrenos de cultivo, la desaparición de aves silvestres y de flora del lugar, como son los pastos nativos, totorales y paja. Aunque, lo más alarmante, dijo, es la extinción de peces, como el pejerrey y el carachi del lago Poopó.
La representante de los municipios beneficiarios de Cañadón Antequera, Guadalupe Fernández, aclaró que la demanda de emergencia ambiental no va contra la actividad minera; lo único que se pide es un mayor control de sus efectos ambientales. Recordó que si la degradación de las fuentes de agua afecta a los animales domésticos, es peor la situación de los silvestres: “tampoco ya se encuentra lagartos, vizcachas y cóndores”.
Entretanto, el dirigente de la cuenca Desaguadero, Félix Laime, aseguró que el mayor problema son los compuestos químicos que se usan en la minería, como el cianuro.
Por su lado, la representante de la cuenca Poopó, Guillermina Choque, declaró que es especialmente esta región la que soporta la mayor contaminación por la actividad minera.
Choque se quejó de que tanto las grandes empresas, como Inti Raymi, Huanuni, Sinchi Wayra y Tiwanacu, como las cooperativas no tienen diques de control de desechos, o por lo menos no los tienen de manera adecuada.
“La totora es nuestro forraje, pero se está muriendo, alfalfa y quinua principalmente. Cuando tomamos el agua contaminada nos da dolor de estomago y mareos. Son varios químicos como el ácido y el cianuro que van al río”, lamentó Choque.
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