La actividad minera está ligada de manera directa a la cotización internacional de los minerales en los grandes mercados importadores de Asia, Europa y Norteamérica, de manera tal que sin ese referente es prácticamente imposible proyectar emprendimientos de fuerte inversión si no hay seguridades de alta producción. En ese sentido el cuidado de las finanzas mineras responden a las expectativas de mercado.
La actividad minera está ligada de manera directa a la cotización internacional de los minerales en los grandes mercados importadores de Asia, Europa y Norteamérica, de manera tal que sin ese referente es prácticamente imposible proyectar emprendimientos de fuerte inversión si no hay seguridades de alta producción. En ese sentido el cuidado de las finanzas mineras responden a las expectativas de mercado.
En el último periodo con la abrupta caída del precio de los minerales las cosas han cambiado en la dinámica de ejecutar nuevos proyectos. Varios planes han sido postergados y por supuesto las inversiones congeladas, a ese fenómeno se suma la falta de seguridad jurídica y garantías para operar en varias minas las que han sido avasalladas y en muchos casos sin retorno propietario.
En el ministerio del ramo se continúa hablando de cambios en los sistemas de tributación minera y de regalías, pero sin consensuar medidas con los sectores directamente interesados como el caso de los mineros chicos y medianos, otro cantar se repite con los cooperativistas, estos últimos con algunas ventajas a su favor, especialmente en el delicado tema de la concesiones mineras.
Bajo tales circunstancias de manera concreta se dejó pasar el ciclo favorable de los precios altos y no se hizo nada concreto para consolidar la vigencia de una minería activa y sólidamente productiva con respaldo gubernamental.
La crisis internacional afecta a todas las operaciones del mundo, es lógico que las consecuencias de imprevisiones como en el caso de Bolivia, pongan en riesgo la actividad de la minería en su conjunto, lo que no acontece en países vecinos –para no referirnos a otros más lejanos– donde se adoptan planes especiales que en el momento de la debacle salvan las inversiones y permiten enfrentar alternativamente la coyuntura del vaivén de precios.
Se ha creado un fondo “de apoyo” para la minería del zinc, pero el sentido de tal apoyo todavía no tiene un resultado que satisfaga a los mineros que han sido desplazados de sus actividades regulares, especialmente en Potosí y parte de Oruro, donde varias minas están trabajando a pérdida.
El Gobierno sabe de las limitaciones que tienen los productores mineros, de la incertidumbre para invertir y abrir nuevos proyectos mineros, sólo el sector de los cooperativistas tiene respaldo comprometido, el resto debe luchar por sus propios medios para subsistir…y en minería esa lucha desigual puede perjudicar seriamente los planes de exploración, prospección y explotación que anunciaron algunos inversionistas, nacionales y extranjeros.
Se esperan medidas que respalden las inquietudes emprendedoras en minería de manera que este sistema que produce divisas para el Estado, tenga toda la fuerza que requiere para crecer y consolidarse por muchos años más como el rubro más activo en la economía nacional, todo es cuestión de voluntad política.
La actividad minera está ligada de manera directa a la cotización internacional de los minerales en los grandes mercados importadores de Asia, Europa y Norteamérica, de manera tal que sin ese referente es prácticamente imposible proyectar emprendimientos de fuerte inversión si no hay seguridades de alta producción. En ese sentido el cuidado de las finanzas mineras responden a las expectativas de mercado.
En el último periodo con la abrupta caída del precio de los minerales las cosas han cambiado en la dinámica de ejecutar nuevos proyectos. Varios planes han sido postergados y por supuesto las inversiones congeladas, a ese fenómeno se suma la falta de seguridad jurídica y garantías para operar en varias minas las que han sido avasalladas y en muchos casos sin retorno propietario.
En el ministerio del ramo se continúa hablando de cambios en los sistemas de tributación minera y de regalías, pero sin consensuar medidas con los sectores directamente interesados como el caso de los mineros chicos y medianos, otro cantar se repite con los cooperativistas, estos últimos con algunas ventajas a su favor, especialmente en el delicado tema de la concesiones mineras.
Bajo tales circunstancias de manera concreta se dejó pasar el ciclo favorable de los precios altos y no se hizo nada concreto para consolidar la vigencia de una minería activa y sólidamente productiva con respaldo gubernamental.
La crisis internacional afecta a todas las operaciones del mundo, es lógico que las consecuencias de imprevisiones como en el caso de Bolivia, pongan en riesgo la actividad de la minería en su conjunto, lo que no acontece en países vecinos –para no referirnos a otros más lejanos– donde se adoptan planes especiales que en el momento de la debacle salvan las inversiones y permiten enfrentar alternativamente la coyuntura del vaivén de precios.
Se ha creado un fondo “de apoyo” para la minería del zinc, pero el sentido de tal apoyo todavía no tiene un resultado que satisfaga a los mineros que han sido desplazados de sus actividades regulares, especialmente en Potosí y parte de Oruro, donde varias minas están trabajando a pérdida.
El Gobierno sabe de las limitaciones que tienen los productores mineros, de la incertidumbre para invertir y abrir nuevos proyectos mineros, sólo el sector de los cooperativistas tiene respaldo comprometido, el resto debe luchar por sus propios medios para subsistir…y en minería esa lucha desigual puede perjudicar seriamente los planes de exploración, prospección y explotación que anunciaron algunos inversionistas, nacionales y extranjeros.
Se esperan medidas que respalden las inquietudes emprendedoras en minería de manera que este sistema que produce divisas para el Estado, tenga toda la fuerza que requiere para crecer y consolidarse por muchos años más como el rubro más activo en la economía nacional, todo es cuestión de voluntad política.
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