Según el Ministro de Minería y Metalurgia, Luis Alberto Echazú “es absolutamente falso que la Nueva Constitución Política del Estado mate a la minería”, al contrario dijo “ya se verán los buenos resultados”. Aseguró que la aprobación de la CPE, es una ratificación y recuperación de la soberanía del Estado Boliviano sobre sus recursos naturales, los minerales.
En las apreciaciones del titular de minería hay una serie de apreciaciones, que en lugar de dar garantía a los inversionistas y productores mineros en el futuro inmediato, genera más dudas sobre el derecho propietario de las concesiones y su utilidad práctica. Por ejemplo la autoridad afirma que “anteriormente se violó la CPE porque hizo que las concesiones mineras se conviertan casi en bienes inmuebles, sujetos a transacción, herencia y venta”. Complementa que eso …se ha corregido y ahora los minerales son del Estado.
Para el Ministro, la nueva Ley de Leyes no afecta, no pone en riesgo, no mata a la minería, empero las contradicciones son tan patéticas para los productores mineros, que algo pone en riesgo el futuro de la minería nacional.
Se afirma que “en adelante” quien quiera hacer minería deberá “trabajar un contrato con la Comibol” y tener un plan que estará establecido en las normas, agregando que “el que quiere hacer minería tiene todas las facultades y no el que era corredor de minas (?), el verdadero minero, el minero chico, el empresario minera y cooperativista ahora tienen un área inmensa de los corredores mineros que antes los utilizaban para vender (?) y no para trabajar”.
Bajo esas mínimas condiciones, sin contar otras, parece difícil pensar en una seguridad que aliente nuevas inversiones en minería, además de ponerse más complicada la situación de los actuales concesionarios, cuando se afirma que “todos tienen que tener contratos, porque ya no existirán concesiones (mineras) pero se respetarán los derechos preconstituidos y ello quiere decir que quienes tienen concesiones, sus derechos no serán violados”. Pero….
Pero, que se puede pensar cuando hay otras frases que confunden cuando se afirma “que al igual que en la agricultura, el contrato minero establece obligaciones de hacer minería sustentable, amigable con la naturaleza y con los derechos de los pueblos indígenas”, toda una gran paradoja y nada más.
De momento son más las dudas que las buenas intenciones que se esperaban al amparo de una nueva Constitución que si bien defiende el uso de los recursos naturales, no puede dejarlos bajo un cerrojo político y poco práctico, poniendo en riesgo la economía nacional, que quiérase o no depende de la explotación y comercialización de los hidrocarburos, pero también de la enorme riqueza mineralógica que sigue yaciente por falta de iniciativas, políticas claras y seguridades para invertir y desarrollar grandes prospectos mineros, que no será posible desarrollarlos sólo con la Comibol y algunos discursos dogmáticos.
Hay que salvar la minería de una muerte …casi segura.
En las apreciaciones del titular de minería hay una serie de apreciaciones, que en lugar de dar garantía a los inversionistas y productores mineros en el futuro inmediato, genera más dudas sobre el derecho propietario de las concesiones y su utilidad práctica. Por ejemplo la autoridad afirma que “anteriormente se violó la CPE porque hizo que las concesiones mineras se conviertan casi en bienes inmuebles, sujetos a transacción, herencia y venta”. Complementa que eso …se ha corregido y ahora los minerales son del Estado.
Para el Ministro, la nueva Ley de Leyes no afecta, no pone en riesgo, no mata a la minería, empero las contradicciones son tan patéticas para los productores mineros, que algo pone en riesgo el futuro de la minería nacional.
Se afirma que “en adelante” quien quiera hacer minería deberá “trabajar un contrato con la Comibol” y tener un plan que estará establecido en las normas, agregando que “el que quiere hacer minería tiene todas las facultades y no el que era corredor de minas (?), el verdadero minero, el minero chico, el empresario minera y cooperativista ahora tienen un área inmensa de los corredores mineros que antes los utilizaban para vender (?) y no para trabajar”.
Bajo esas mínimas condiciones, sin contar otras, parece difícil pensar en una seguridad que aliente nuevas inversiones en minería, además de ponerse más complicada la situación de los actuales concesionarios, cuando se afirma que “todos tienen que tener contratos, porque ya no existirán concesiones (mineras) pero se respetarán los derechos preconstituidos y ello quiere decir que quienes tienen concesiones, sus derechos no serán violados”. Pero….
Pero, que se puede pensar cuando hay otras frases que confunden cuando se afirma “que al igual que en la agricultura, el contrato minero establece obligaciones de hacer minería sustentable, amigable con la naturaleza y con los derechos de los pueblos indígenas”, toda una gran paradoja y nada más.
De momento son más las dudas que las buenas intenciones que se esperaban al amparo de una nueva Constitución que si bien defiende el uso de los recursos naturales, no puede dejarlos bajo un cerrojo político y poco práctico, poniendo en riesgo la economía nacional, que quiérase o no depende de la explotación y comercialización de los hidrocarburos, pero también de la enorme riqueza mineralógica que sigue yaciente por falta de iniciativas, políticas claras y seguridades para invertir y desarrollar grandes prospectos mineros, que no será posible desarrollarlos sólo con la Comibol y algunos discursos dogmáticos.
Hay que salvar la minería de una muerte …casi segura.
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