Una de las riquezas naturales preciada en el mundo entero y requerida con urgencia en Europa, Asia y EE.UU. se encuentra todavía yaciente en nuestro amplio territorio, particularmente en el occidente entre los departamento de Oruro y Potosí, es el LITIO. Bendición de Dios. Este elemento está ocupando ahora la atención de nuestro gobierno al anunciar que en un periodo no mayor a 18 meses estará ya en funcionamiento la primera planta procesadora de las salmueras del Salar de Uyuni.
La reserva de litio en Bolivia, que es la más importante del mundo, se calcula en millones de toneladas métricas de momento estáticas, pero definitivamente en condición de convertirse en producto exportable entre los años 2010 y 2011.
Los más interesados son los japoneses, empresarios que no pierden su tiempo y ya enviaron sus emisarios para tentar inversiones y hablar de negocios. Una misión de la Sumitomo estuvo en el país y desea también adquirir la millonaria mina San Cristóbal en Potosí, con lo que posesionaría una millonada de capital para impulsar la minería.
Otra fuerte inversora japonesa como la fabricante de automóviles Mitsubishi, además de la francesa Belloré están en la agenda de nuestras autoridades para hablar sobre negocios en torno al litio. Otras interesadas son de Rusia, China, Corea del Sur y también del Brasil, que han puesto los ojos en el LITIO.
PRIORIDAD
Lo importante es saber que desde el Ministerio de Minería y Metalurgia se otorgarán las mayores facilidades a la instalación de la Primera Planta Piloto para tratar carbonato de litio y otros derivados que se encuentran en la blanca capa que cubre extensa superficie de los salares de Uyuni y Coipasa.
Este emprendimiento para industrializar el litio representa el más importante de los últimos años, dadas las perspectivas de convertirse en un factor determinante de la economía boliviana, sustituyendo en capacidad de rendimiento inclusive los que corresponden a la línea de hidrocarburos.
Lo que se espera es que las medidas del Poder Ejecutivo para impulsar la explotación del litio sean de total amplitud para “tentar” inversiones que nos harán mucha falta y ofreciendo las suficientes garantías para asegurar la vigencia de contratos que, sin lesionar nuestra soberanía, permitan encarar un negocio millonario que solos no podremos ejecutarlo.
Ojalá que la política sectaria no afecte este proyecto y que tampoco existan pugnas “jurisdiccionales” que pongan en peligro la industrialización del litio.
La reserva de litio en Bolivia, que es la más importante del mundo, se calcula en millones de toneladas métricas de momento estáticas, pero definitivamente en condición de convertirse en producto exportable entre los años 2010 y 2011.
Los más interesados son los japoneses, empresarios que no pierden su tiempo y ya enviaron sus emisarios para tentar inversiones y hablar de negocios. Una misión de la Sumitomo estuvo en el país y desea también adquirir la millonaria mina San Cristóbal en Potosí, con lo que posesionaría una millonada de capital para impulsar la minería.
Otra fuerte inversora japonesa como la fabricante de automóviles Mitsubishi, además de la francesa Belloré están en la agenda de nuestras autoridades para hablar sobre negocios en torno al litio. Otras interesadas son de Rusia, China, Corea del Sur y también del Brasil, que han puesto los ojos en el LITIO.
PRIORIDAD
Lo importante es saber que desde el Ministerio de Minería y Metalurgia se otorgarán las mayores facilidades a la instalación de la Primera Planta Piloto para tratar carbonato de litio y otros derivados que se encuentran en la blanca capa que cubre extensa superficie de los salares de Uyuni y Coipasa.
Este emprendimiento para industrializar el litio representa el más importante de los últimos años, dadas las perspectivas de convertirse en un factor determinante de la economía boliviana, sustituyendo en capacidad de rendimiento inclusive los que corresponden a la línea de hidrocarburos.
Lo que se espera es que las medidas del Poder Ejecutivo para impulsar la explotación del litio sean de total amplitud para “tentar” inversiones que nos harán mucha falta y ofreciendo las suficientes garantías para asegurar la vigencia de contratos que, sin lesionar nuestra soberanía, permitan encarar un negocio millonario que solos no podremos ejecutarlo.
Ojalá que la política sectaria no afecte este proyecto y que tampoco existan pugnas “jurisdiccionales” que pongan en peligro la industrialización del litio.
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