Un reciente informe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), señala que las exportaciones desde países en desarrollo, continuarán limitadas en la próxima gestión (2016), y los más afectados seguirán siendo los productores de materias primas, caso del crudo y los minerales.
La relación del BID confirma que las exportaciones de América Latina y el Caribe cayeron en el primer semestre del año en curso en una proporción de casi el 11 por ciento, comparadas con las del mismo periodo del 2014, los datos finales de ésta gestión no tendrán ningún incremento y la perspectiva para el 2016, es que las ventas de materias primas seguirán con precios bajos, considerándose incluso que este comercio regional, en el que entra nuestro país, Bolivia, se asemeja a lo ocurrió el 2009.
Un análisis del ejecutivo del sector de Integración y Comercio del BID, el economista Paolo Giordano, refiere que la región está entrando en una "espiral comercial negativa" que no podrá ser revertida de inmediato", según publica la agencia EFE.
Sin embargo un dato aliciente del mismo economista puntualiza que " nuestra expectativa es que ésta coyuntura negativa, va afectar la región en lo que queda del año y por buena parte del 2016", eso hace vislumbrar que el año próximo podría darse un cambio de la situación, aunque no se define el periodo en que las cosas cambien.
EXPLICACIÓN EN DETALLE
Rescatamos por su importancia, parte del documento publicado recientemente por el BID, denominado "Monitor de Comercio e Integración 2015" explicando que "la contracción de las exportaciones, que había comenzado a mediados del 2014, se ha agudizado en lo que va del 2015, en una complicada coyuntura debido a la desaceleración del crecimiento en los países desarrollados como la China, pero también en los países en desarrollo como sucede con los de la región". La alusión del economista Giordano, toma en cuenta que "el hecho de que Estados Unidos esté creciendo, aunque todavía ese crecimiento no se ve expresado en una mayor demanda de importaciones para América Central (y la del Sur), además de una economía europea con una incierta recuperación contribuyen a un panorama complicado para la región".
Algo más para tomar en cuenta es que la disminución de las exportaciones se debe a la baja sustancial de la demanda de parte de China y una fuerte reducción de los precios de los productos básicos, que fue cercana al 37,1%, entre el año comprendido de junio 2014 a junio 2015, a lo que hay que agregar la apreciación del dólar y su débil demanda mundial, que dan lugar a la depresión de los precios de las materias primas, hecho que afecta sustancialmente a las exportaciones regionales.
El estudio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), enfatiza que los países sudamericanos fueron los más afectados con una caída del 17,7% en lo que va del año, debido a la baja de los precios de materias primas, el petróleo y los minerales. En el caso boliviano, el asunto es contundente, la baja en el precio del gas para exportación y la casi nula exportación de concentrados de minerales, afectó sensiblemente nuestra economía. Se explica que en el caso de México y países centroamericanos, estos experimentaron una disminución menor de 2,2% y 3,4% respectivamente en la gestión, debido a un fenómeno interesante, y es que estos países están más orientados económicamente a los Estados Unidos y no a la China y tienen una oferta exportable más diversificada.
LA SOLUCIÓN
En términos generales, frente a la crisis que se prolongará no se sabe qué tiempo más de la próxima gestión, se hace necesario promover la diversificación comercial, ya que un análisis de la última década revela algunos rasgos alentadores sobre los cuáles los países de América Latina podrían cimentar un relanzamiento de sus exportaciones.
Para Bolivia, en referencia aparte y de otras fuentes, el consejo es incrementar la producción de sus "commoditties", tratar de alcanzar el grado de industrialización primaria de sus materias primas, se trata de lograr valor agregado por ejemplo en el oro y la plata, convirtiendo ese material en joyas, o los lingotes de estaño en soldadura y otros materiales de uso en la línea eléctrica, lograr aleaciones que nos permitan fabricar productos de ferretería, que ahora importamos de países vecinos, fabricación de repuestos para maquinaria industrial y otros elementos que usando nuestros metales fundidos, nos abran otros mercados de amplia diversificación con multiplicación de fuentes de empleo para enfrentar sin dificultades los ciclos, con depresión de precios de las materias primas.
Las experiencias de países vecinos son muy claras y la coyuntura presente debería servir para motivar en las autoridades de gobierno, iniciativas prácticas que cambien el panorama de crisis y restricciones, por otro de amplias posibilidades de crecimiento sostenible y con un buen uso de los materiales que producimos y que seguimos vendiendo como simple materia prima.
Hay pasos importantes que deben darse, y tal parece que el reciente evento de promoción "invirtiendo en la nueva Bolivia", que reunió a más de una centena de empresarios en Nueva York, de los cuales más de 30 mostraron abierto interés en invertir en las líneas de hidrocarburos y minería, significaría alcanzar el primer objetivo de impulsar justamente la consolidación de los grandes proyectos mineros y dar el salto hacia su industrialización. Está visto que existe interés para desarrollar este tipo de emprendimientos, hace falta decisiones, cumplimiento de promesas sobre seguridad jurídica y garantías de operabilidad, para que en corto tiempo se haga realidad la cadena productiva de transformación de nuestras materias primas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario