Hacía tiempo que no se mencionaba la posibilidad de encarar proyectos de magnitud para Oruro y Potosí, al margen de un anuncio ya añejo, sobre la instalación de dos fundidoras de zinc, una para cada distrito, lo que se mantiene en tapete, pero sin posibilidades reales de ejecución y ahora con mayores dificultades debido a la crisis de los precios internacionales y el conflicto que aflige a la minería en general.
Sin embargo de estas consideraciones, resulta halagador saber que la Corporación Minera de Bolivia (Comibol), está en pos de treinta millones de dólares para desarrollar trabajos de evaluación final en tres megaproyectos que estarían ubicados, dos en Oruro y uno en Potosí.
Según el presidente de la Comibol, Marcelino Quispe, los 30 millones de dólares son necesarios para culminar los trabajos de exploración y evaluación final. Para los entendidos tal anuncio significa que ya se estuvo trabajando en esos proyectos aunque no se dieron mayores referencias sobre el particular.
El informe oficial de Comibol, establece que uno de los yacimientos en Oruro, es catalogado como "reserva de categoría mundial", se ubica en la provincia Carangas, localidad de Sabaya, donde los trabajos de exploración preliminar dieron como resultado la existencia de manganeso y plata, tras las pruebas de orden metalúrgico se obtuvieron concentrados de los mismos minerales y se espera obtener más adelante manganeso electrolítico. Para cumplir con todos los detalles de evaluación final en este caso se requieren 6 millones de dólares.
En lo que corresponde al otro proyecto se trata de un yacimiento ubicado en el cerro Pacocagua de la provincia Atahuallpa de Oruro, donde las primeras investigaciones mencionan presencia de galio y acompañamiento de zinc, plata y plomo. Este segundo emprendimiento requiere el doble de recursos que el anterior, es decir 12 millones de dólares, pues la envergadura del proyecto así lo exige tratándose de una superficie mineralizada de tres por dos kilómetros, en la apreciación técnica respectiva.
De acuerdo al ejecutivo de la estatal minera, se ha hecho el planteamiento respectivo a las autoridades pertinentes, se supone al ministerio de minería para que se gestione en nivel interno y a través de inversiones extranjeras los 30 millones de dólares que permitirán concretar los dos proyectos de Oruro y el de Potosí que se denomina Santa Isabel, consiste en una reserva de plata y que necesita de otros 12 millones de dólares.
Los entendidos creen que el nuevo proyecto potosino será tan importante como el de San Cristóbal, por la proyección de su contenido de mineral.
En todo caso, se trata de mega proyectos que pueden cambiar el orden económico de la región occidental, especialmente en el caso de Oruro, que hace mucho tiempo que no desarrolla proyectos mineros renovados, mientras la vieja y tradicional minería, atraviesa por muy difícil situación.
Cuando se habla de mega proyectos, la idea se relaciona con la minería mediana y con fuertes inversiones, sabiendo que para ese desarrollo de envergadura, además de financiamiento, se necesita responsabilidad profesional, cierto tiempo para su concreción, uso de moderna tecnología y para tranquilidad de los inversionistas, cualquiera que fuesen estos, el "permiso comunitario", de modo que se garantice todo el proyecto, desde la fase de prospección y exploración, que parece es la que se está cumpliendo actualmente por la Comibol, y luego la más importante que corresponde a la explotación de los recursos mineralógicos.
Mencionamos este hecho, en virtud al resultado de otras experiencias, que comenzaron muy alentadoramente y luego confrontaron problemas originados en reclamos y planteamientos de comuna ríos "originarios", interrumpiendo algunas veces y/o obligando al repliegue de empresas. Un caso en ese orden el de Mallku Khota en Potosí y recordar un proyecto aurífero paralizado en Challapata - Oruro.
La esperanza es lo último que se pierde según los más optimistas, y tratándose de un anuncio oficial que emerge de la Comibol, vale la pena tomarlo en cuenta, aunque en el seguimiento futuro de estos proyectos podremos enterarnos de la habilidad, solvencia y dinamicidad de autoridades para negociar la obtención de 30 millones de dólares.
El asunto que no se aclara en el informe de la Comibol, es saber si existe la necesaria predisposición por parte del Ministerio de Minería para canalizar la obtención de recursos y si se trata de tentar inversiones externas, que sería lo ideal, saber que están dadas todas las condiciones legales, seguridad jurídica y garantías para invertir en nuestra minera.
El gran problema es que, seguimos sin que se apruebe el reglamento de la Ley de Minería, instrumento que tampoco tiene su apéndice de orden tributario, para definir las reglas de juego que nos permitan captar inversiones. No se trata de posiciones pesimistas, al contrario son observaciones realistas.
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