Como van las cosas y desde que comenzó la caída en el precio internacional de los minerales, la situación no ha mejorado y lo que prevén los expertos es que vendrán tiempos más duros y por supuesto con mayores consecuencias para los productores mineros.
No es que se trate de presagiar lo peor, pero la inminencia de las circunstancias nos hace ver que deberán aplicarse medidas de contingencia, quizás varias más para conjurar el mal tiempo que lamentablemente no se sabe cuánto más permanecerá alterando las actividades de la minería tradicional, lo malo es que en el buen periodo del auge de precios, a nadie se le ocurrió disponer medidas de prevención aún a sabiendas que el ciclo de bonanza caería en algún momento.
Aunque los lamentos del presente no solucionan nada, sin embargo son una muestra de la ineficiencia de anteriores autoridades que pudiendo articular programas preventivos, se dedicaron a observar la cantidad de recursos que se percibían sin siquiera destinarlos objetivamente a proyectos de resguardo para periodos difíciles o emprendimientos que multipliquen mínimos ingresos en los malos tiempos. Ya no es tiempo de llorar sobre la leche derramada.
Los observadores del proceso económico que viene de atrás y golpea fuerte en el presente, mencionan como positiva en materia de hidrocarburos haber dispuesto recursos de los buenos precios para tareas de exploración petrolífera en busca de nuevas fuentes que sigan produciendo crudo y gas, para satisfacer la demanda interna y los contratos internacionales, justamente algunas de esas empresas que lograron buenas utilidades cuando el precio de barril de crudo estaba en más de 100 dólares, invirtieron en exploración, encontraron más pozos y ahora los están explotando con buenos resultados.
Lamentablemente no hubo el mismo, ni siquiera parecido criterio en autoridades del sector minero, ni en el ministerio de área, menos en la Comibol, el resultado se observa ahora, que recién se implementarán proyectos exploratorios para tener nuevos yacimientos, tareas que tendrán larga duración, cuando podrían haber sido en este tiempo de crisis un soporte válido para incrementar la producción minera.
Se comenta que algunos mineros auríferos, aprovecharon el brillo del metal que en periodo se cotizó por encima de 1.400 dólares la onza troy, esos productores embolsaron buena plata, pero no tomaron previsiones para implementar y modernizar sus operaciones, de modo que en la actualidad con los precio del oro fuera de límite para operar, se han visto obligados a cerrar operaciones y buscar consuelo en la menos tentadora actividad de la agricultura y ganadería.
Mientras se prolongue el tiempo de los bajos precios, es inminente y ya se siente una caída sustancial en las utilidades de las empresas mineras, cuando las cifras objetivas marcan un 30 al 35 por ciento de bajada en las posibilidades del negocio minero que está clamando por soportes financieros que permitan de algún modo compensar los precios bajos y aumentar la producción, una alternativa que pudo ser más objetiva y rentable, si en su tiempo se hacía un ahorro estratégico.
La dependencia de nuestra minería es inobjetable, a nivel internacional dependemos de los precios e internamente del socorro estatal. La inversión privada podría ser una alternativa de solución efectiva.
No hay comentarios:
Publicar un comentario