Tradicional imprevisión en la cuestión minera La imprevisión de las autoridades mineras del país, en su generalidad, es la causa de la crisis que confronta el sector con la variable cíclica de los precios internacionales que al bajar ocasionan severos daños en los planes productivos y financieros de las empresas sean estas estatales o privadas, no tanto en las cooperativas cuyo sistema de trabajo les permite trabajar en el límite del equilibrio en los costos productivos.
Propiamente en la parte final del año es posible que los precios se mantengan estables hasta la próxima gestión, empero hay que recordar que los primeros meses del presente año se arrastró ya una declinación de precios que se acentuó al cerrar el primer trimestre, se elevó temporalmente y bajó otra vez en el segundo semestre, sin que en los buenos periodos se hubieran adoptado medidas preventivas para establecer, como lo sugirieron los mineros chicos, un "fondo de previsión" que disponga de recursos en tiempos difíciles.
Parece que las autoridades de minería no tomaron en cuenta para nada las posibilidades de aprovechar los periodos de "vacas gordas" y establecer ese fondo de previsión con recursos de los propios sectores mineros a través de aportes fijos y porcentualmente establecidos en función a los volúmenes de producción, recursos que solidariamente servirían a las actividades mineras en los tiempos de las "vacas flacas". No se hizo nada de manera práctica, de ahí que las empresas privadas medianas enfrentaron el vaivén de precios en base a programas de emergencia que no se aplicaron en el sector estatal, donde se registró la disminución de ingresos y de regalías mineras.
El castigo de pasados periodos se sintió con efectos muy serios, el caso de una masiva desocupación, largo tiempo para recuperar actividades mineras pero en los mismos centros de la minería tradicional. Es decir que no han sido impulsados nuevos proyectos no hay ni uno sólo en lo que corresponde a las últimas gestiones, lo que demuestra otro factor de imprevisión de quienes manejan el sistema administrativo de una empresa que no llega a posicionarse con autoridad y los elementos necesarios para encaminar la reactivación minera.
En la empresa minera, llámese todavía Comibol, se ha cambiado seis presidentes, en el último año tres de aquellos, hubo más de un par de ministros y son muchos los viceministros que fueron sustituidos en el Ministerio de Minería y Metalurgia (MMM), algunos con méritos profesionales y una mayoría con efecto político que posterga la concreción de interesantes planes productivos. Este hecho es otra muestra de la imprevisión administrativa pues no se optimiza la designación de personal profesionalmente adecuado para cada cargo, hecho que constituye otra rémora en el proceso reactivador de la minería boliviana y con deficiencias para llegar al proceso de industrializar nuestras materias primas.
La minería tuvo sus periodos de auge y los mismos permitieron hacer riquezas a los políticos, las autoridades de esos tiempos aprovecharon la circunstancia de exprimir el presupuesto minero y tampoco existió un ministro o ejecutivo de la Comibol que tome previsiones para contrarrestar el desfalco de los recursos de la minería. De ahí que a ésta altura del tiempo lo que se registra es nada más, ni nada menos que el resultado de un continuo proceso de imprevisión en el cuidado administrativo de los recursos mineros y su administración.
No hay comentarios:
Publicar un comentario