Un informe que el Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (Cedla) entregó al Matutino LA PATRIA, nos permite conocer algunos aspectos de la economía nacional y de manera especial los que se relacionan de manera directa con los sistemas de extracción o explotación de nuestros recursos no renovables, caso del gas y los minerales.
Es evidente, y eso no se puede negar, pero todavía dependemos y lo haremos aún buen tiempo de la explotación de nuestros recursos no renovables como el gas e hidrocarburos, pero recientemente y con mayor impulso también de la minería que inicialmente puede diversificarse hacia el sector del oriente.
La explotación de gas y de minerales, representa el sustento de la economía nacional con aproximadamente un tercio de los ingresos fiscales originados en la explotación y venta del gas natural.
Los datos señalan que las exportaciones de Bolivia han subido en el último quinquenio de un monto aproximado de mil 200 millones de dólares a poco más de cinco mil 300 millones de dólares. El porcentaje es realmente alto y es parte de las actividades que han sido impulsadas en materia de extracción de hidrocarburos y con un enorme repunte proveniente del sector minero, sumados ambos sobrepasan del 80 por ciento del total de las exportaciones nacionales.
Ahora bien, si está demostrado que sólo estos dos rubros mantienen vigente la forzada economía boliviana, es claro que se necesita políticas emergentes para dinamizar su producción, garantizando la sostenibilidad de los proyectos por ejemplo relativos al gas, pero abriendo mayores posibilidades para incrementar la explotación de los recursos mineros.
Un análisis sobre el balance de exportaciones muestra significativamente que por ejemplo entre las gestiones del 2004 al 2005, el crecimiento del sector de hidrocarburos llegó a un 25 por ciento en la torta que significa el crecimiento total del país, pero lo sorprendente es que en el año 2008 el crecimiento del sector minero se anotó casi el 40 por ciento en ese mismo crecimiento.
Rescatamos algunos aspectos comparativos que si bien ya los mostramos en otras ediciones en base al seguimiento estrictamente periodístico nos dan la razón en la coyuntura analítica especializada y es que con absoluta certeza se muestra que las macrocifras de las finanzas nacionales no han tenido efecto directo en la economía ciudadana, pues el desempleo y la pobreza siguen siendo parte de la cotidianidad, por lo menos eso lo demuestran las permanentes movilizaciones de trabajadores demandando mejores salarios.
Todavía no salimos de esa dependencia directa de la explotación de nuestras materias primas no renovables y esto hay que remarcarlo, se trata en algunos casos de intensificar los sistemas extractivos por ejemplo de algunos minerales sin tomar las previsiones del caso para diversificar la producción en base a la urgente exploración de nuevos yacimientos y otros minerales que no sean los tradicionales que se encuentran en franco agotamiento, como lo demuestran algunos estudios geológicos realizados en los centros mineros más antiguos.
En la actualidad todavía existen programas de explotación de “los restos” que han quedado en las otrora minas de alta producción que llegaron aún con buen potencial hasta el primer ciclo de la Comibol, empresa que en la actualidad sigue alentando esfuerzos para terminar con las reservas de esos antiguos distritos. Hay reservas que pueden tratarse con nueva metodología, pero igualmente serán las últimas del sistema minero no renovable en la minería de antaño. Esa situación obliga a impulsar la exploración de nuevos yacimientos aprovechando los datos satelitales por un lado y los que poseen los expertos geólogos, por otro, para iniciar un nuevo ciclo de explotación minera en el occidente y ampliar la misma perspectiva al oriente, donde parece que florecerá la gran minería.
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