La empresa Jindal Steel Bolivia (JSB) denunció que al momento sólo recibió 43% de las tierras en la nueva área de concesión del Mutún, razón por la que no puede iniciar actividades en el lugar. El Gobierno amenazó con ejecutar la boleta de garantía de la siderúrgica si ésta no cumple con las inversiones comprometidas.
El 8 de septiembre del 2009, La Razón informó que Jindal y la estatal Empresa Siderúrgica Mutún (ESM) firmaron —en julio del 2008— un acuerdo para cambiar el área de concesión establecida en el contrato de explotación del yacimiento cruceño de hierro.
El ex titular de la ESM, Guillermo Dalence, indicó entonces que 51 cuadrículas (1.275 hectáreas) del sur fueron sustituidas con 51 cuadrículas que se adicionaron en el norte”. El principal motivo, explicó, fue liberar el acceso a la otra mitad del cerro y evitar problemas en la entrega de tierras.
Un comunicado de la empresa da cuenta que “sólo el 43% de los terrenos para la planta siderúrgica y el campamento han sido entregados. Por este motivo, Jindal no puede iniciar sus actividades en el lugar del proyecto”.
El director de la JSB, Arvind Sharma, dijo a La Razón que “en total son 1.300 hectáreas en el área (de concesión) modificada, donde tenemos 600 hectáreas en conflicto por saneamiento en el Tribunal Agrario de Sucre”.
Tanto la ESM como la siderúrgica presentaron al Ministerio de Minería un plano de la nueva área, en la que se prevé instalar la planta de producción de acero, el reservorio de agua y el campamento, señaló. “Faltan más o menos 60% de tierras (...), sin eso no hay planta”, acotó.
Sharma pidió además a la ESM oficializar la modificación de la concesión mediante ley.
“Hemos tomado la decisión de expresarle a la empresa Jindal que exigimos el cumplimiento del contrato”, expresó a los medios el ministro de Minería, José Pimentel, en Palacio Quemado.
El contrato fija una inversión de $us 600 millones en los primeros dos años de su vigencia. En ese sentido, Jindal otorgó una boleta de garantía por incumplimiento del 3% de ese monto, $us 18 millones. “Ante la falta de inversiones, tenemos la boleta de garantía”, aseveró Pimentel.
Para el Gobierno, el contrato está vigente desde abril del 2008, cuando se entregaron las tierras a la empresa, pero ésta pide el total de los predios para establecer la fecha “cero” del convenio.
Prevé cubrir 80% de demanda
Jindal tiene previsto cubrir el 80% de la demanda de productos siderúrgicos de Bolivia el año 2014. Así lo señala un comunicado de la compañía.
Según el documento, la firma realizó un estudio de mercado que muestra que Bolivia importó unas 310.000 toneladas de esos productos el 2008, cifra que se estima subirá a 500.000 el 2014. “Jindal será capaz de satisfacer la demanda de los consumidores de acero locales de manera rápida y a precios más económicos”, afirma la empresa.
Según el comunicado, el acero restante será exportado en base al precio y demanda y que considerando los costos de transporte y logística, Brasil y Perú “serán los mercados naturales”. Añade que los pellets (bolitas de hierro) y DRI (hierro esponja) serán vendidos a China, Oriente Medio, Japón, Corea, Japón, entre otros.
El 8 de septiembre del 2009, La Razón informó que Jindal y la estatal Empresa Siderúrgica Mutún (ESM) firmaron —en julio del 2008— un acuerdo para cambiar el área de concesión establecida en el contrato de explotación del yacimiento cruceño de hierro.
El ex titular de la ESM, Guillermo Dalence, indicó entonces que 51 cuadrículas (1.275 hectáreas) del sur fueron sustituidas con 51 cuadrículas que se adicionaron en el norte”. El principal motivo, explicó, fue liberar el acceso a la otra mitad del cerro y evitar problemas en la entrega de tierras.
Un comunicado de la empresa da cuenta que “sólo el 43% de los terrenos para la planta siderúrgica y el campamento han sido entregados. Por este motivo, Jindal no puede iniciar sus actividades en el lugar del proyecto”.
El director de la JSB, Arvind Sharma, dijo a La Razón que “en total son 1.300 hectáreas en el área (de concesión) modificada, donde tenemos 600 hectáreas en conflicto por saneamiento en el Tribunal Agrario de Sucre”.
Tanto la ESM como la siderúrgica presentaron al Ministerio de Minería un plano de la nueva área, en la que se prevé instalar la planta de producción de acero, el reservorio de agua y el campamento, señaló. “Faltan más o menos 60% de tierras (...), sin eso no hay planta”, acotó.
Sharma pidió además a la ESM oficializar la modificación de la concesión mediante ley.
“Hemos tomado la decisión de expresarle a la empresa Jindal que exigimos el cumplimiento del contrato”, expresó a los medios el ministro de Minería, José Pimentel, en Palacio Quemado.
El contrato fija una inversión de $us 600 millones en los primeros dos años de su vigencia. En ese sentido, Jindal otorgó una boleta de garantía por incumplimiento del 3% de ese monto, $us 18 millones. “Ante la falta de inversiones, tenemos la boleta de garantía”, aseveró Pimentel.
Para el Gobierno, el contrato está vigente desde abril del 2008, cuando se entregaron las tierras a la empresa, pero ésta pide el total de los predios para establecer la fecha “cero” del convenio.
Prevé cubrir 80% de demanda
Jindal tiene previsto cubrir el 80% de la demanda de productos siderúrgicos de Bolivia el año 2014. Así lo señala un comunicado de la compañía.
Según el documento, la firma realizó un estudio de mercado que muestra que Bolivia importó unas 310.000 toneladas de esos productos el 2008, cifra que se estima subirá a 500.000 el 2014. “Jindal será capaz de satisfacer la demanda de los consumidores de acero locales de manera rápida y a precios más económicos”, afirma la empresa.
Según el comunicado, el acero restante será exportado en base al precio y demanda y que considerando los costos de transporte y logística, Brasil y Perú “serán los mercados naturales”. Añade que los pellets (bolitas de hierro) y DRI (hierro esponja) serán vendidos a China, Oriente Medio, Japón, Corea, Japón, entre otros.
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