miércoles, 23 de septiembre de 2009

Dónde van las regalías?

Un reclamo justificado de quienes producen las regalías mineras a través de la inversión en proyectos de diferente magnitud y que de manera general coincide en la generación de utilidades para el Departamento, observan con bastante preocupación el destino que se da a esos importantes ingresos y que no están beneficiando al fortalecimiento del sector para multiplicar tales utilidades de manera que las mismas se constituyan en la base del desarrollo regional.

De acuerdo a informes de expertos en el tema minero y el movimiento económico que genera esta actividad se menciona que en el año 2008 se movieron cerca de 120 millones de bolivianos por concepto de regalías lo que superó inclusive la asignación departamental por el rubro del IDH que sólo fue de 114 millones de bolivianos. Considerando tal diferencia no hay duda sobre el valor multiplicador que debería otorgarse a las regalías mineras para que con un buen porcentaje de las mismas se desarrollen trabajos de prospección que determinen potencialidad y accesibilidad a ricos yacimientos mineros.

No hay un informe concreto sobre el destino de las regalías mineras, lo único evidente es que no se utilizan en fortalecer el mismo sector por tanto lo que se entiende es que esos fondos están soportando algunos ítems “sociales” que no serán recuperados y por tanto no tendrán el efecto de impulsar y fomentar la actividad minera regional.

Los mineros chicos están solicitando desde hace mucho tiempo un soporte al gobierno para desarrollar interesantes prospectos que adecuadamente manejados permitirían recuperar las inversiones y generar más regalías. Por tanto la administración prefectural debería priorizar los incentivos a la misma minería sin dar uso arbitrario a esos recursos que deben crecer mensualmente en beneficio del Departamento de Oruro.

Es posible que se busque justificativos a través de una secretaría de minería en torno al uso de recursos departamentales, pero lo que debería hacerse es priorizar los programas de exploración minera, eso es lo importante, luego la atención a los problemas conexos que ligados a la misma actividad minera permitirán mantener activamente un sector productivo de alto rendimiento.

Como no existe autoridad civil institucional que reclame por estos derechos no existe un informe concreto que demuestre documentalmente los ingresos y los egresos provenientes de regalías mineras y además debidamente asentados por empresas privadas, pero incluidas también las estatales, caso de Huanuni y de la Fundición de Vinto, aunque se hubiera mencionado que la metalúrgica no debería pagar regalías. Se trata de un ingreso que se ha consolidado por años a favor del Tesoro departamental y que ahora no puede ser restringido por una simple apreciación “legalista”, que finalmente no ha sido corroborada oficialmente. Las regalías deben servir para mantener activa la minería orureña

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