lunes, 14 de junio de 2010

Controversia en estaño que debe recuperar la Glencore


A raíz de la operación de nacionalización de la planta de antimonio en Vinto –Oruro, se ha generado una controversia en relación a los activos depositados en esa dependencia que se encontraba sin trabajar por bastante tiempo, pero que contenía cierta cantidad de equipos y una reserva de 150 toneladas de estaño de la firma suiza Glencore, que ahora reclama su filial la empresa Sinchi Wayra.

Hay una serie de hechos que deben ser analizados como producto del operativo nacionalizador, que en realidad corresponde a la planta de antimonio que fue adquirida por la Glencore del ex presidente Sánchez de Lozada cuando operaba la Comsur que se transformó en Sinchi Wayra que a su vez es propietaria de la empresa Colquiri que resulta dueña del mineral incautado.

Según los ejecutivos de Sinchi Wayra deben ser devueltas 150 toneladas de estaño que se encuentran aún en los depósitos de la planta nacionalizada y que no pueden transferirse como parte del proceso de nacionalización.

Sin embargo, luego de algunas apreciaciones sobre el asunto, el Ministro de Minería señaló claramente que “si se ve la necesidad de pagar (por el estaño) le vamos a pagar, pero si vemos que hay otras obligaciones de Sinchi Wayra con el Estado, también vamos a restar”, apuntó el dignatario José Pimental.

Una reciente explicación sobre el mismo asunto, pero expresada por el dirigente de los trabajadores de la Empresa Metalúrgica de Vinto, señala que la existencia de estaño en la fundición de antimonio (en depósito) es inferior a 60 toneladas. El hecho significaría la pérdida de 90 toneladas, cantidad sobre la que debe darse alguna explicación, dadas las reclamaciones de la Glencore sobre 150 toneladas de estaño acopiadas en la planta nacionalizada.

Un problema que debe ser solucionado en la instancia legal desde el Ministerio de Minería, para encarar más adelante la rehabilitación de la planta de antimonio, cuyo proceso obligará a una importante inversión, considerando el proyecto de diversificación de la empresa metalúrgica de Vinto.



HORNO MODERNO

A propósito de la instalación de un “moderno horno”, los trabajadores de la metalúrgica de Vinto han hecho conocer su preocupación ante una posible reducción de personal una vez que se ponga en funcionamiento el nuevo “monstruo” Ausmelt, que no necesitará la cantidad de trabajadores que ahora prestan servicios en la fundición de Oruro.

El dirigente sindical de la fundidora Rodolfo Pérez, señaló que se plantearán algunas opciones para mantener los poco más de 500 empleos, señalando que en ningún momento los trabajadores se “oponen la modernización de la planta”, pero consideran que ese hecho significaría liquidar a muchos trabajadores, dadas las condiciones de implantar un moderno horno que reducirá la mano de obra.

Sin embargo, hay aspectos que seguramente están siendo analizados en los niveles técnicos de la fundición, con relación a la inversión mayor a 35 millones de dólares para instalar el “famoso” Ausmelt, que en una gestión pasada a cargo de concesionarios privados que tenían un equipo profesional de alto nivel, fue observado y rechazado en virtud a los altos costos de operación que demandaría su instalación –lo que ya se puede ver – y su futuro trabajo para transformar los concentrados en producto con valor agregado.

Hay quienes señalan que es importante tomar previsiones técnicas y no políticas, en el caso de la metalúrgica de Vinto, de manera que la negativa experiencia de Karachipampa con un “elefante blanco” no se repita.

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