El Departamento de Potosí que vivió su mayor esplendor durante la Colonia se apresta a celebrar dentro de un año el bicentenario de su revolución libertaria y para entonces se asumirán responsabilidades compartidas con las autoridades de manera que se logren –recién– los verdaderos beneficios que la también denominada Villa Imperial merece disfrutar.
Algo que satisface a los potosinos es que esa pródiga tierra guarda aún ingente reserva mineralizada que será explotada con planes especiales y tecnología de punta que ya se vislumbra en el futuro de operaciones que incluye a la fabulosa montaña de plata, donde recientemente se han suspendido trabajos mineros en tanto se desarrolle una auditoría que determine el futuro del Cerro Rico.
Los planes más recientes en materia de explotación minera tienen en Potosí la mayor expresión de un futuro bonancible, pues los planes gubernamentales se anticipan en marcar dos etapas interesantes, cada una de cuatro años, en la primera se trabajará en la “conversión de minerales”, especialmente los que están contenidos en el Salar de Uyuni y otros complejos que se trabajan en las minas potosinas y que todavía se exportan en calidad de simples concentrados
En una segunda etapa, de cuatro años, se cumplirá la fase de industrialización de esos minerales para convertirlos en materia prima que abrirá los mercados externos ávidos de productos tales como baterías de litio, variados metálicos para la producción de herramientas, pinturas, vidrios, lubricantes y muchos otros que desde ya esperan el despegue industrial de Potosí en una nueva era.
Dirigentes potosinos aseguran que más allá de los “meros anuncios políticos” existe la firme decisión de recuperar el tiempo perdido y el esplendor de la tierra minera que seguirá favoreciendo a la economía nacional, pero al mismo tiempo y por voluntad de su gente recuperará lo que en verdad le corresponde por la explotación de sus recursos naturales, que deberán transformarse en recursos para el desarrollo sostenible de la rica Villa Imperial.
Si de minería se habla sin lugar a dudas que Potosí concentra los proyectos más grandes de la minería nacional, el caso del Cerro Rico, los proyectos de San Vicente, San Cristóbal, San Bartolomé, el Salar de Uyuni y otros emprendimientos de millonarias inversiones que son la prueba del interés por la riqueza guardada en las entrañas de un pueblo que se debate en el atraso.
Potosí tiene su futuro asegurado y confía en que el presente año profundizará sus planes de exploración, explotación y tratamiento de su riqueza minera para recuperar los beneficios que realmente le pertenecen.
Algo que satisface a los potosinos es que esa pródiga tierra guarda aún ingente reserva mineralizada que será explotada con planes especiales y tecnología de punta que ya se vislumbra en el futuro de operaciones que incluye a la fabulosa montaña de plata, donde recientemente se han suspendido trabajos mineros en tanto se desarrolle una auditoría que determine el futuro del Cerro Rico.
Los planes más recientes en materia de explotación minera tienen en Potosí la mayor expresión de un futuro bonancible, pues los planes gubernamentales se anticipan en marcar dos etapas interesantes, cada una de cuatro años, en la primera se trabajará en la “conversión de minerales”, especialmente los que están contenidos en el Salar de Uyuni y otros complejos que se trabajan en las minas potosinas y que todavía se exportan en calidad de simples concentrados
En una segunda etapa, de cuatro años, se cumplirá la fase de industrialización de esos minerales para convertirlos en materia prima que abrirá los mercados externos ávidos de productos tales como baterías de litio, variados metálicos para la producción de herramientas, pinturas, vidrios, lubricantes y muchos otros que desde ya esperan el despegue industrial de Potosí en una nueva era.
Dirigentes potosinos aseguran que más allá de los “meros anuncios políticos” existe la firme decisión de recuperar el tiempo perdido y el esplendor de la tierra minera que seguirá favoreciendo a la economía nacional, pero al mismo tiempo y por voluntad de su gente recuperará lo que en verdad le corresponde por la explotación de sus recursos naturales, que deberán transformarse en recursos para el desarrollo sostenible de la rica Villa Imperial.
Si de minería se habla sin lugar a dudas que Potosí concentra los proyectos más grandes de la minería nacional, el caso del Cerro Rico, los proyectos de San Vicente, San Cristóbal, San Bartolomé, el Salar de Uyuni y otros emprendimientos de millonarias inversiones que son la prueba del interés por la riqueza guardada en las entrañas de un pueblo que se debate en el atraso.
Potosí tiene su futuro asegurado y confía en que el presente año profundizará sus planes de exploración, explotación y tratamiento de su riqueza minera para recuperar los beneficios que realmente le pertenecen.
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