El departamento nacional de investigación y monitoreo de la Liga de Defensa del Medio Ambiente (Lidema) decidió publicar, en el mes del Medio Ambiente, un estudio relacionado a los riesgos de la exploración y explotación del uranio, en los departamentos de Potosí y Oruro.
Según este estudio, el uranio a diferencia de otros minerales pesados como el estaño, plomo o zinc, es también un mineral radiactivo, lo que conlleva un mayor riesgo ambiental y de salud, en las comunidades aledañas a la región donde se realizan estás practicas de exploración y explotación.
SALUD
El uranio en cualquiera de sus formas es tóxico y capaz de afectar al sistema renal, además su potencial radioactivo, ha hecho que este mineral sea considerado como cancerígeno.
“Las radiaciones modifican la genética del cuerpo humano, ocasionando crecimiento de tumores, problemas tiroidales, daños al sistema inmunológico, defectos de nacimiento, problemas cutáneos, problemas digestivos, daño neurológico, leucemia, cáncer y muerte”, explica Marco Ribera Arismendi, Coordinador Nacional de Investigación y Monitoreo de Lidema en Bolivia.
MEDIO AMBIENTE
El estudio también señala algunas afecciones ambientales que los proyectos mineros de uranio ocasionan, como la emisión de partículas de polvo radiactivo y gas radón, la contaminación de acuíferos superficiales y subterráneos y la gran cantidad de residuos radiactivos, que la exploración y explotación de este mineral provoca.
“En las parvas de desperdicio de las minas de uranio, se produce un incremento gradual de emisores de gas radón al ambiente por miles de años, convirtiendo el área de 10 kilómetros a la redonda de dichas parvas, en un lugar significativamente riesgoso para la salud y potencialmente inhabitable”, señala un informe de la Asociación Médica de British Columbia en Canadá, que respalda este estudio.
Mientras tanto, la falta de información y control, ocasionó que en Perú, los pobladores, que ahora ven la minería del uranio como un negocio rentable, hayan comenzado a extraer el mineral sin las condiciones de seguridad necesarias y con graves riesgos para su salud.
Según este estudio, el uranio a diferencia de otros minerales pesados como el estaño, plomo o zinc, es también un mineral radiactivo, lo que conlleva un mayor riesgo ambiental y de salud, en las comunidades aledañas a la región donde se realizan estás practicas de exploración y explotación.
SALUD
El uranio en cualquiera de sus formas es tóxico y capaz de afectar al sistema renal, además su potencial radioactivo, ha hecho que este mineral sea considerado como cancerígeno.
“Las radiaciones modifican la genética del cuerpo humano, ocasionando crecimiento de tumores, problemas tiroidales, daños al sistema inmunológico, defectos de nacimiento, problemas cutáneos, problemas digestivos, daño neurológico, leucemia, cáncer y muerte”, explica Marco Ribera Arismendi, Coordinador Nacional de Investigación y Monitoreo de Lidema en Bolivia.
MEDIO AMBIENTE
El estudio también señala algunas afecciones ambientales que los proyectos mineros de uranio ocasionan, como la emisión de partículas de polvo radiactivo y gas radón, la contaminación de acuíferos superficiales y subterráneos y la gran cantidad de residuos radiactivos, que la exploración y explotación de este mineral provoca.
“En las parvas de desperdicio de las minas de uranio, se produce un incremento gradual de emisores de gas radón al ambiente por miles de años, convirtiendo el área de 10 kilómetros a la redonda de dichas parvas, en un lugar significativamente riesgoso para la salud y potencialmente inhabitable”, señala un informe de la Asociación Médica de British Columbia en Canadá, que respalda este estudio.
Mientras tanto, la falta de información y control, ocasionó que en Perú, los pobladores, que ahora ven la minería del uranio como un negocio rentable, hayan comenzado a extraer el mineral sin las condiciones de seguridad necesarias y con graves riesgos para su salud.
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