sábado, 27 de junio de 2009

Cuidado con los precios fluctuantes

El fenómeno que se registra desde el último trimestre del año pasado es parte de un proceso cíclico en la cotización de los minerales y responde a la presión de las grandes economías, en el caso actual de países asiáticos que están en una dura batalla competitiva, con la compra y venta de materias primas -ahí están nuestros minerales- para sentar privilegios de productividad y de un control financiero de alto poder hegemónico en determinado tiempo y lugar.
Las bajas cotizaciones comienzan a perfilarse a fines de septiembre del año pasado y se registran con fuerza en octubre afectando con dureza al zinc y el estaño que sufren ostensible disminución en sus precios, especialmente el caso del zinc que determina el cierre de varias minas en Potosí y el desbande de centenares de trabajadores, unos que vuelven a tareas agroganaderas, otros se trasladan a las ciudades y unos pocos insisten en la actividad minera esperando un soporte compensatorio que ofreció el gobierno.
Pasaron varios meses -estamos en mayo- y la ayuda económica todavía se deja esperar, hay algunas otras alternativas pero tampoco se concretan como la compra de un ingenio para tratar minerales de baja ley de los cooperativistas que explotan zinc.
Si bien las condiciones no son las más favorables para insistir en operaciones mineras “rudimentarias”, mineros chicos y de las cooperativas persisten en su tozuda responsabilidad de hacer minería y rescatando lo más que pueden de sus operaciones mineras, obtienen concentrados para una futura exportación que podrá efectivizarse a través de una comercializadora de minerales que administrarán los cooperativistas, como un incentivo a la mayor cantidad de concentrados y una compensación a la caída de precios.
Al finalizar el primer trimestre del año en curso se sintieron signos positivos en la comercialización de minerales, el estaño subió de precio, el zinc mejoró muy poco, pero ya se hacía sostenible su producción, en tanto que el oro y la plata brillaban algo más que el año pasado, esto anima a los productores que se preparan para reforzar sus operaciones, siempre que las condiciones de ascenso en los precios se mantenga indefinidamente.
Precisamente es aquí donde hay que exponer la recomendación de expertos que sugieren una diversificación de la explotación de minerales en el país para no depender sólo de algunos minerales estratégicos cuyos precios están “flotando” en una corriente financiera de subidas y bajadas.
Hay quien afirma que el ciclo de mínimas subidas sigue creando inseguridad en los operadores mineros, de ahí que para garantizar futuras inversiones debería esperarse entre tres a cinco meses de estabilidad de precios para acometer proyectos que mantendrán estable su escala de comercialización.
Nuestro país adolece de normas claras actualizadas y operativas para impulsar la actividad minera, por tanto es imprescindible que se definan políticas de incentivo para defender las operaciones en vigencia y al mismo tiempo estudiar la aplicación de una reglamentación del uso de suelo y subsuelo, en actividad minera, aclarando los conceptos de la nueva Constitución que por su compleja redacción da lugar a erróneas interpretaciones sobre derechos de originarios y comunarios de ciertas poblaciones en las que deben respetarse los emprendimientos mineros que son garantía de ingresos financieros para el Estado y las regiones por encima de las tradicionales labores agrarias.
Las cosas deben ser explicadas claramente pues ya no se trata de salvar posiciones demagógicas o de oportunismo electoralista, está en juego la economía nacional, miles de fuentes de empleo y la imagen nacional frente a países vecinos en los que hay políticas de puertas abiertas a las inversiones.
Cuantas más sean las empresas deseosas de hacer negocios de minería en el país mayores serán las perspectivas de consolidar una economía sólida que nos permita avanzar sin pausa en el planificado desarrollo sostenible nacional.

No hay comentarios:

Publicar un comentario