Es absolutamente claro el hecho técnico de que sin planes de exploración será muy difícil establecer el potencial minero de cualquier sitio considerado como el reservorio mineralizado de excelente perspectiva que supuestamente está a la espera de financiamiento y tecnología.
En el caso boliviano hace mucho tiempo que no se ha realizado tareas de prospección (lo mismo que exploración), por tanto se continúa el trabajo de tipo tradicional en varios distritos que fueron y que retornaron a la Comibol por efecto de las nuevas reglas de juego definidas para la estatal minera.
El hecho es en la mayoría de los casos se explotan los últimos residuos de lo que fueron minas de grandes vetas, explotadas en casi todo su potencial y que todavía guardan algunas reservas, no probadas justamente por falta de planes de exploración.
Sólo la minería mediana privada efectúa obligada tarea de prospección antes de acometer algún proyecto en el que debe invertir mucho capital que deberá ser recuperado en determinado tiempo, en función al certificado que otorga un trabajo responsable de cuantificación de la riqueza mineralógica del yacimiento.
Lo que sucede en el resto de la minería, inclusive la denominada chica, es una parte de la improvisación de actividades con sólo el respaldo de ciertos “datos” o la intuición de algunos mineros expertos en “catear vetas” y calcular a todo riesgo una cierta posibilidad de éxito que en muchos casos han producido excelentes utilidades y en otros por supuesto bastantes lamentaciones.
En el tiempo actual y dadas las condiciones tecnológicas existentes, se hace imperiosa una tarea de exploración en yacimientos mineros, varios que han sido previamente detectados vía satélite y que merecen comprobación en el terreno con barreno y combo, como señalan los experimentados mineros.
Indudablemente que un trabajo de prospección de yacimientos en las zonas mineras tradicionales implica un gasto millonario que el Estado no podía cubrir, ni antes ni ahora, de ahí que esa fase exigible de establecer la riqueza minera en socavones o a flor de tierra significa fuerte inversión, necesaria y útil.
Recientemente se ha informado que el Servicio Nacional de Geología y Técnica de Minas (Sergeotecmin) ha decidido realizar en Oruro un trabajo de prospección minera que se cumpliría después de muchas décadas desde la nacionalización de las minas, hecho registrado en 1952. De acuerdo a informes preliminares el trabajo de observación del terreno comenzó hace más de medio año en la zona de Pasto Grande que se confirmará de manera oficial con las actividades de exploración anunciadas para este mes y precisamente este día.
Sergeotecmin, que ya tiene acuerdos con la Comibol, dispondrá de un capital que permita cumplir el trabajo de prospección en varios yacimientos donde falta la verificación para tentar inversiones y disponer actividades bajo la garantía de un determinado yacimiento y su potencial mineralizado.
Rescatando los comentarios de expertos en este tema, en ediciones anteriores del presente suplemento, se explicó precisamente lo que ahora se confirma con la decisión de Sergeotecmin de encarar trabajos de exploración minera con el fin de garantizar futuras inversiones en yacimientos verificados.
Una buena iniciativa que ojalá persista entendiendo que la exploración de manera paulatina puede abrir mayores opciones a los mineros chicos a los cooperativistas y hasta la minería mediana para abrir nuevos frentes de trabajo que significará más empleo y más utilidades para el TGN y las regiones.
En el caso boliviano hace mucho tiempo que no se ha realizado tareas de prospección (lo mismo que exploración), por tanto se continúa el trabajo de tipo tradicional en varios distritos que fueron y que retornaron a la Comibol por efecto de las nuevas reglas de juego definidas para la estatal minera.
El hecho es en la mayoría de los casos se explotan los últimos residuos de lo que fueron minas de grandes vetas, explotadas en casi todo su potencial y que todavía guardan algunas reservas, no probadas justamente por falta de planes de exploración.
Sólo la minería mediana privada efectúa obligada tarea de prospección antes de acometer algún proyecto en el que debe invertir mucho capital que deberá ser recuperado en determinado tiempo, en función al certificado que otorga un trabajo responsable de cuantificación de la riqueza mineralógica del yacimiento.
Lo que sucede en el resto de la minería, inclusive la denominada chica, es una parte de la improvisación de actividades con sólo el respaldo de ciertos “datos” o la intuición de algunos mineros expertos en “catear vetas” y calcular a todo riesgo una cierta posibilidad de éxito que en muchos casos han producido excelentes utilidades y en otros por supuesto bastantes lamentaciones.
En el tiempo actual y dadas las condiciones tecnológicas existentes, se hace imperiosa una tarea de exploración en yacimientos mineros, varios que han sido previamente detectados vía satélite y que merecen comprobación en el terreno con barreno y combo, como señalan los experimentados mineros.
Indudablemente que un trabajo de prospección de yacimientos en las zonas mineras tradicionales implica un gasto millonario que el Estado no podía cubrir, ni antes ni ahora, de ahí que esa fase exigible de establecer la riqueza minera en socavones o a flor de tierra significa fuerte inversión, necesaria y útil.
Recientemente se ha informado que el Servicio Nacional de Geología y Técnica de Minas (Sergeotecmin) ha decidido realizar en Oruro un trabajo de prospección minera que se cumpliría después de muchas décadas desde la nacionalización de las minas, hecho registrado en 1952. De acuerdo a informes preliminares el trabajo de observación del terreno comenzó hace más de medio año en la zona de Pasto Grande que se confirmará de manera oficial con las actividades de exploración anunciadas para este mes y precisamente este día.
Sergeotecmin, que ya tiene acuerdos con la Comibol, dispondrá de un capital que permita cumplir el trabajo de prospección en varios yacimientos donde falta la verificación para tentar inversiones y disponer actividades bajo la garantía de un determinado yacimiento y su potencial mineralizado.
Rescatando los comentarios de expertos en este tema, en ediciones anteriores del presente suplemento, se explicó precisamente lo que ahora se confirma con la decisión de Sergeotecmin de encarar trabajos de exploración minera con el fin de garantizar futuras inversiones en yacimientos verificados.
Una buena iniciativa que ojalá persista entendiendo que la exploración de manera paulatina puede abrir mayores opciones a los mineros chicos a los cooperativistas y hasta la minería mediana para abrir nuevos frentes de trabajo que significará más empleo y más utilidades para el TGN y las regiones.
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