Con la entrega del permiso ambiental a la empresa Jindal Steel, se afecta más de 100 kilómetros del Parque Nacional Bañados de “Otuquis”, con daños irreversibles al medio ambiente y la destrucción del ecosistema del Sureste cruceño, denunció el analista José Luis Urdininea Melgar.
“Con la intervención del pantanal boliviano, donde está proyectada la construcción de carreteras, la explotación minera a cielo abierto, contaminación por el uso del manganeso, la apertura de rutas alternas para el gas y otros, se destruirá irremediablemente el ecosistema de la provincia Germán Busch del departamento de Santa Cruz”, dijo.
La zona afectada será la serranía de El Mutún, que alberga una de las reservas más grandes del mundo, ubicada en la provincia Germán Busch a 672 kilómetros de la ciudad de Santa Cruz y a 32 kilómetros de Puerto Suárez, fronteriza con Corumbá (Brasil).
CONTAMINACIÓN
El investigador, José Luis Urdininea, resaltó que en todo el proceso de desarrollo del proyecto metalúrgico-siderúrgico y en cada una de sus etapas, los trabajos generan contaminación ambiental en atmósfera, suelos y aguas superficiales, y subterráneas, por lo que es imprescindible, que la Empresa Siderúrgica de El Mutún y Jindal Steel cumpla las normas ambientales e implementen políticas preventivas de mitigación de gases, líquidos y materiales tóxicos.
“Los estudios deben ser consistentes, con el fin de garantizar la certificación ISO 14000 de protección del medio ambiente y los correspondientes ISO 9001 de gestión de calidad; además de la OHSAS 18001 de seguridad y salud ocupacional, y la SA 8000 de responsabilidad social”, argumentó.
Resaltó que las diferentes etapas del proceso integral de ferrominería, metalurgia y siderurgia, como es el que emprenderá Jindal Steel para la explotación de El Mutún, produce diversos elementos que causan agresiones ambientales a la atmósfera y la salud, como el ruido, polvos, humos, gases, sólidos y partículas en suspensión, entre otros.
Adicionalmente, dijo, el proyecto generará otros riesgos ambientales, primero producto de la construcción de una carretera y/o ferrovía, que conectará Puerto Suárez y El Mutún con Puerto Busch, que será construido, sobre el margen derecho y soberano de Bolivia, en el río Paraguay y atravesando el corredor Dionisio Foianini, sobre una área protegida muy frágil e hipersensible a la intervención humana.
También la contaminación será generada por la misma actividad minera, que producirá ruido y polvos que se levantan por la voladura de estructuras, además del tráfico de vehículos de alto tonelaje, que serán destinados a la descarga y acopio de la materia prima.
Asimismo, señaló que la misma actividad metalúrgica y siderúrgica, por constituirse en procesos pirometalúrgicos y por ende consumidores de grandes cantidades de agua y energía, producirán gases contaminantes, como el dióxido de carbono y anhídrido sulfuroso, que producen la nociva lluvia ácida.
LICENCIA AMBIENTAL
El director general de Medio Ambiente, Luis Beltrán, por su parte explicó que el proyecto carretero será ejecutado mediante un trabajo coordinado entre la constructora de caminos, los TCOs y la Dirección de Medio Ambiente, para que éste tenga un plan de manejo sostenible en la zona, con el fin de reducir el impacto ambiental.
Se está tomando, dijo, las medidas preventivas necesarias para que el impacto sea menor, porque inevitablemente la ejecución de un proyecto de estas características tiene un impacto ambiental. “Pero se dieron recomendaciones técnicas oportunas para el cuidado de ecosistema y la biodiversidad”, afirmó Beltrán.
“Todo proyecto, finalmente, afecta al medio ambiente y la pregunta es si debemos dejar el aprovechamiento de los recursos y la biodiversidad”, dijo al señalar que todo plan debe adquirir el compromiso de aplicar las medidas de mitigación necesarias, contempladas en la Ley 1333 de Medio Ambiente para evitar un impacto mayor.
“Con la intervención del pantanal boliviano, donde está proyectada la construcción de carreteras, la explotación minera a cielo abierto, contaminación por el uso del manganeso, la apertura de rutas alternas para el gas y otros, se destruirá irremediablemente el ecosistema de la provincia Germán Busch del departamento de Santa Cruz”, dijo.
La zona afectada será la serranía de El Mutún, que alberga una de las reservas más grandes del mundo, ubicada en la provincia Germán Busch a 672 kilómetros de la ciudad de Santa Cruz y a 32 kilómetros de Puerto Suárez, fronteriza con Corumbá (Brasil).
CONTAMINACIÓN
El investigador, José Luis Urdininea, resaltó que en todo el proceso de desarrollo del proyecto metalúrgico-siderúrgico y en cada una de sus etapas, los trabajos generan contaminación ambiental en atmósfera, suelos y aguas superficiales, y subterráneas, por lo que es imprescindible, que la Empresa Siderúrgica de El Mutún y Jindal Steel cumpla las normas ambientales e implementen políticas preventivas de mitigación de gases, líquidos y materiales tóxicos.
“Los estudios deben ser consistentes, con el fin de garantizar la certificación ISO 14000 de protección del medio ambiente y los correspondientes ISO 9001 de gestión de calidad; además de la OHSAS 18001 de seguridad y salud ocupacional, y la SA 8000 de responsabilidad social”, argumentó.
Resaltó que las diferentes etapas del proceso integral de ferrominería, metalurgia y siderurgia, como es el que emprenderá Jindal Steel para la explotación de El Mutún, produce diversos elementos que causan agresiones ambientales a la atmósfera y la salud, como el ruido, polvos, humos, gases, sólidos y partículas en suspensión, entre otros.
Adicionalmente, dijo, el proyecto generará otros riesgos ambientales, primero producto de la construcción de una carretera y/o ferrovía, que conectará Puerto Suárez y El Mutún con Puerto Busch, que será construido, sobre el margen derecho y soberano de Bolivia, en el río Paraguay y atravesando el corredor Dionisio Foianini, sobre una área protegida muy frágil e hipersensible a la intervención humana.
También la contaminación será generada por la misma actividad minera, que producirá ruido y polvos que se levantan por la voladura de estructuras, además del tráfico de vehículos de alto tonelaje, que serán destinados a la descarga y acopio de la materia prima.
Asimismo, señaló que la misma actividad metalúrgica y siderúrgica, por constituirse en procesos pirometalúrgicos y por ende consumidores de grandes cantidades de agua y energía, producirán gases contaminantes, como el dióxido de carbono y anhídrido sulfuroso, que producen la nociva lluvia ácida.
LICENCIA AMBIENTAL
El director general de Medio Ambiente, Luis Beltrán, por su parte explicó que el proyecto carretero será ejecutado mediante un trabajo coordinado entre la constructora de caminos, los TCOs y la Dirección de Medio Ambiente, para que éste tenga un plan de manejo sostenible en la zona, con el fin de reducir el impacto ambiental.
Se está tomando, dijo, las medidas preventivas necesarias para que el impacto sea menor, porque inevitablemente la ejecución de un proyecto de estas características tiene un impacto ambiental. “Pero se dieron recomendaciones técnicas oportunas para el cuidado de ecosistema y la biodiversidad”, afirmó Beltrán.
“Todo proyecto, finalmente, afecta al medio ambiente y la pregunta es si debemos dejar el aprovechamiento de los recursos y la biodiversidad”, dijo al señalar que todo plan debe adquirir el compromiso de aplicar las medidas de mitigación necesarias, contempladas en la Ley 1333 de Medio Ambiente para evitar un impacto mayor.
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