Lo que se observa en el último tiempo y con bastante preocupación, es que existe mucho sonido amplificado sobre planes de contingencia para la minería estatal y evitar que colapse debido a los precios bajos y al mismo tiempo se habla bastante de programas industriales en curso de implementación, alguno en fase de ejecución, otros en el proceso inicial de exploración y uno en particular que pasó por una negativa experiencia y que se espera sea reactivado para recuperar tiempo perdido e inversión de difícil recuperación.
En la perspectiva económica de gobierno prevalece un optimismo que confunde a los interesados en la materia, puesto que se fijan tiempos y hasta se aseguran ciertos porcentajes de rendimiento económico en base a volúmenes de producción como el caso del litio que a partir de la gestión 2018 comenzaría a rendir utilidades a favor del Estado, lo que está en duda considerando que todavía no se ha definido su rendimiento y lo único que se hace son apreciaciones, por ejemplo de una producción de 50 mil toneladas de carbonato de litio a escala industrial con grado de batería. Informe preliminar halagador más aún cuando se menciona que hasta el presente la inversión en ese proyecto utilizó 250 millones de dólares de un total de 900 millones destinados a la totalidad del proyecto.
En la retórica financiera del país se ha llegado al extremo de mencionar la presente gestión 2016, como la que comenzará a beneficiarse de "los réditos de haber invertido en su momento. Varias carreteras estarán concluidas, plantas de cemento, otras hidrometalúrgicas, la industrialización del litio y del Mutún mostrarán su rendimiento". Sería lo deseable, empero las circunstancias son muy complejas para que se cumpla ese objetivo que sin embargo podrán hacerse realidad en los siguientes años, si en el presente se afirman las ofertas de impulso, por ejemplo para desarrollar planes de exploración minera.
Por supuesto que debe reconocerse el avance en algunos proyectos de infraestructura, el caso de dobles vías camineras, una planta cementera que se construye en Caracollo pero que no producirá hasta el año venidero o tal vez se toma en cuenta el caso de la planta Gran Chaco o la de urea y amoniaco en Bulo Bulo. Realmente se trata de inversiones interesantes pero de futura rentabilidad.
PROYECTOS IMPRODUCTIVOS
Volviendo a la situación minera metalúrgica nacional, la mirada global al sistema es más bien de cauteloso optimismo, sin llegar a extremos, pero tampoco sobredimensionando una futura producción que signifique recuperar parte de las inversiones y asegurar un capital de operaciones que permita dar "circulación" a un fondo de operaciones, profesionalmente administrado en función al crecimiento y la consolidación de las empresas minero metalúrgicas del país.
En materia de nuevos emprendimientos se menciona las dos plantas de zinc, una para Oruro y la otra para Potosí, se trata de un proyecto que se prolonga por bastante tiempo y se lo anuncia reiterativamente, con soporte confirmado de 500 millones de dólares, un 50% para cada caso, pero sin visos de encarar su instalación física.
Otro caso es el de Mallku Khota, con datos preliminares del potencial de ese yacimiento, logrados por la empresa que trabajó en su prospección y exploración primaria, sin embargo, se asegura que Comibol está realizando lo que vendría a ser una comprobación de datos, necesariamente con una inversión importante que seguramente resulte válida una vez que se establezcan las condiciones técnicas para arrancar con esa explotación, asegurada como una muy valiosa y tan importante como la privada de San Cristóbal…pero, todavía es parte del proyecto clasificado como improductivo.
El megaproyecto del Mutún sigue en prolongada espera para la concreción de la firma del contrato con una empresa china que demora en obtener una certificación de su gobierno avalando su solvencia financiera y técnica, un requisito que menos mal y oportunamente se exigió por parte de nuestras autoridades, pero gracias a una observación que circuló a nivel internacional, señalando algunos problemas de la compañía asiática en otros contratos internacionales. El fin de mes de marzo se apuntó como fecha tope para que se cumpla la suscripción del contrato por lo mismo puede ser cuestión de tiempo, para que comience operativamente, la explotación de hierro en la fabulosa reserva oriental del país.
BUEN USO DE INVERSIONES
Si bien se mencionan importantes inversiones para el rubro de la minería y metalurgia, quienes conocen de cerca el trabajo en estos rubros, estiman que es muy importante la definición de montos, específicamente destinados a proyectos de futura rentabilidad, repitiendo una vez más que en el caso de la minería y su industrialización, el tema es de tiempo y de mucho dinero.
En ese contexto se recomienda priorizar los proyectos pero hacerlo por sectores es decir invertir para nuevas exploraciones, otra cosa es impulsar proyectos en marcha y/o de continuidad, fijando definitivamente plazos perentorios para que no se extiendan tales procesos por tiempo indefinido, lo que daría lugar a desvirtuar la importancia de las inversiones que podrían pasar a la columna de las cifras en rojo, que en los hechos se llaman pérdidas.
Una nota periodística de enero de este año (Cambio), refiere que en el periodo 2006 al 2015, la inversión pública minera llegó a 661 millones de dólares, según los datos oficiales del Ministerio de Minería y Metalurgia (MMM), que además señala que "el 86% de esa inversión pública se destinó a ejecutar proyectos de industrialización para refinar los complejos de minerales, con el objetivo de generar más recursos económicos".
El titular de Minería relieva que "en la gestión del actual Gobierno se fueron impulsando de forma gradual los proyectos mineros a cargo de empresas públicas para recuperar el pilar económico minero". Pero es obvia la duda reinante, sobre el rendimiento efectivo de los 661 millones de dólares, en diez años, quizás esté faltando un informe pormenorizado sobre resultados de una década de gestión específicamente en materia de minería.
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