Son muchos años que en Bolivia no han sido renovados los yacimientos mineros y los existentes están en proceso de paulatino agotamiento, especialmente en el sector estatal, salvando algunas excepciones que de todos modos acusan serias restricciones en los volúmenes de producción, en la calidad de ley de los concentrados, pero lo más grave en este tiempo en el equilibrio de los costos de operación.
En el caso de Oruro, de manera particular, no se han producido grandes inversiones después del proyecto aurífero de Kori Kollo que desarrolló la Empresa Minera Inti Raymi S.A. (IRSA) en la localidad de La Joya, desde el año 1984 y siguientes, con un proyecto sostenido en el sistema a cielo abierto que revolucionó la explotación masiva de oro.
Más adelante y años después, casi agotado el macizo de oro Kori Kollo, la misma empresa acometió otro proyecto también aurífero en las cercanías de la ciudad de Oruro, en Iroco, de explotación a cielo abierto y con resultados favorables por la vigencia del precio del oro que satisfacía las expectativas de los empresarios, empero, la declinación de precio a nivel internacional y el agotamiento de las reservas en el yacimiento, marcaron la disminución de operaciones y en la actualidad las tareas son propiamente de subsistencia para cumplir obligaciones empresariales y sociales.
Se concluye entonces en que la falta de exploración minera, deja a esta región sin posibilidades de encarar en mediano o corto tiempo el desarrollo de otros proyectos de envergadura.
En el caso de la minería estatal, la situación se plantea con menos perspectivas, pues los yacimientos en explotación, caso Huanuni y otros distritos, es de agotamiento extremo y algunas soluciones planteadas llevan a la necesidad de "buscar" nuevas áreas en la misma mina, para diversificar la explotación de minerales que pueden ser soluciones temporales al agotamiento crítico, por lo demás se mencionan algunas tentativas de exploración, pero con operaciones muy limitadas por falta de recursos apropiados, entiéndase financiamiento adecuado, lo que no permite vislumbrar la habilitación de potenciales yacimientos para su futura explotación.
UN GRAVE RIESGO
Como van las cosas, si no se perfila de manera profesional con la mayor prontitud y con un respaldo financiero comprometido desde el nivel gubernamental, la crisis productiva de estaño puede causar serios problemas en el cronograma productivo de la metalúrgica de Vinto que con su nuevo horno Ausmelt, necesita mayor cantidad de concentrados y aunque haya decidido comprar toda la producción que se genera en Oruro, incluyendo la que proviene de Colquiri, mina paceña y de las cooperativas de la región, puede ser que le falte materia prima para transformarla en estaño metálico, ese será un problema que sólo podría solucionarse con la importación de materia prima. Es un extremo, pero que no pasa desapercibido para los expertos en materia minera, que sugirieron la necesidad de invertir en prospección y exploración de nuevas minas, pero lo antes posible.
Otro es el caso de la Empresa Metalúrgica Karachipampa, que tiene asegurada la provisión de su materia prima con la producción de la minera privada San Cristóbal, en la actualidad la más importante en el sector mediano minero privado y de mayores posibilidades en crecimiento a corto y largo plazo.
INVERSIÓN
DE COMIBOL
A fines del pasado año (2015) se anunció que la Comibol desarrollaba trabajos de exploración en el cerro Mallku Khota, en la jurisdicción potosina, junto a otro proyecto conocido como Thutu, en el mismo departamento, pero además de trabajos de investigación en la propiedad conocida como Concordia en territorio del departamento paceño.
De acuerdo al informe de la estatal minera para los tres proyectos se destinarán un total de 350 millones de bolivianos que cubrirán las necesidades de tales emprendimientos en el periodo de los próximos cuatro años (2015 - 2019). Sin conocer la magnitud de los proyectos, se estima que el más importante es el de Mallku Khota, pues por las referencias que dejó la empresa extranjera que realizó una primera prospección, consideraba que su potencial era igual o mayor al de la privada San Cristóbal, también en Potosí.
Lo que extraña es que se demore más tiempo en seguir con tareas de prospección cuando ya se tenían adelantados criterios y documentos técnicos, por lo que corresponde pasar a la fase de exploración y entrar en definiciones que pongan en marcha un yacimiento que requerirá de profesionales y asegurará centenares de empleos seguros.
Mallku Khota, tiene segura una reserva de 255 millones de toneladas de minerales, además los estudios de la South Américan Silver, establecieron la existencia de 230 millones de toneladas de plata, más de 1.000 ton. de indio y otras tantas de galio.
En lo que corresponde a Oruro se menciona el cerro Pacocahua en Sabaya, pero sin conocimiento de datos preliminares. No se dice nada de un intento fallido de encarar un proyecto minero importante en la zona orureña de Challapata, donde ya se adelantó un trabajo exploratorio con buenos resultados, excepto el que corresponde a los comunarios que se oponen a tareas mineras.
La minería necesita tiempo e inversiones para desarrollarse, no se puede seguir perdiendo tiempo, hay que cumplir el objetivo de establecer las condiciones apropiadas para atraer inversiones externas, es la forma más segura de promover una minería activa, el ejemplo está en los países vecinos.
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