El desarrollo del proyecto del litio en nuestro país avanza en una dirección y tal parece que se retrasa en la otra, es decir que estamos frente a dos alternativas que obligan al Gobierno a definir estrategias si no queremos formar parte del vagón de cola al demorarnos en ingresar competitivamente en el gran negocio del litio y su industrialización.
Según expertos nacionales, el caso de Dn. Juan Carlos Zuleta Calderón con mucha experiencia en la industria del litio, señala que “la proyección más moderada y conservadora de crecimiento del mercado del litio en los próximos cinco años es de cerca de un 70 por ciento, lo que significa que llegará a las 300 mil toneladas de carbonato de litio para el 2015”.
Se trata de los próximos cinco años que no pueden desaprovecharse, debido a la fuerte competencia de países vecinos, el caso de Chile y la Argentina, ambos con proyectos que ya están en marcha y que han sido impulsados a través de programas especiales, reconocidos en sus esferas gubernamentales.
El experto Zuleta Calderón señala que “Bolivia se halla frente a una gran oportunidad y tiene que empezar a pensar en producir no sólo más sino más rápido”…añadiendo un concepto técnico preocupante cuando remarca que “sin embargo con el proceso inventado por el Gobierno no se van a lograr los cupos necesarios para convertirnos en un importante país productor de carbonato de litio a nivel mundial”
Vale la pena tomar en cuenta la reflexión del experto cuando descarta la obtención del producto basado en “evaporación solar” que resultaba barato por la mínima demanda de otro tiempo, que justamente no es el actual, por lo que sugiere cambiar la dirección del “proyecto piloto y el método de extracción de litio… abriendo los ojos a las tecnologías modernas para no postergar las aspiraciones bolivianas”.
La lógica de la apreciación técnica se entendería en la urgencia de que el país defina ya, producir más a menor costo y en menor tiempo. La advertencia tiene que motivar algún interés entre las autoridades del Gobierno y especialmente las del Ministerio de Minería y las de Comibol, para establecer prioridades en la explotación e industrialización del litio.
ALTERNATIVAS
Ahora bien, todo parece avanzar en la ruta trazada para que el Gobierno utilice cierta cantidad de recursos financieros, vía Banco Central o directamente a través del Tesoro General de la Nación (TGN) para encarar la primera fase del proyecto que consiste en habilitar la planta piloto en el salar de Uyuni para la explotación de las riquezas que guardan las salmueras y también las que se encuentran en el salar de Coipasa y que según se sabe tienen mayores y mejores condiciones para la producción de cierto tipo de fertilizantes y por otra parte la industrialización de insecticidas, materiales muy requeridos en países como el Brasil, Venezuela y otros de América Central.
La misma perspectiva se presenta con seguridad en las empresas de la competencia, aunque por supuesto con una variante importante que para los países que producen litio es ya una ventaja sobre Bolivia que recién se alistará en la línea de la verdadera competencia, obligada a definir su elección en lo que corresponde a una necesaria alianza con alguna de las grandes empresas del negocio, entre las que se cuentan a las japonesas Mitsubishi y la Sumitomo sin descartar a la Bolloré de Francia u otras de la India, China, Corea o las latinas del Brasil y Venezuela. Hay un abanico de oportunidades, lo que hace más difícil la elección de la firma que se convierta en socia de Bolivia para encarar el proyecto más grande del siglo presente en materia de minería.
Como un avance particular, nuestro gobierno oficializó con la firma de un “memorando de entendimiento” una relación oficial que prioriza al Japón como “Cliente Estratégico”, lo que movilizará justamente a dos firmas automotrices ya mencionadas que deben ocuparse inicialmente de brindar asesoramiento en la selección tecnológica y luego en lo que corresponde al estudio del mercado para la producción boliviana de cloruro de potasio y carbonato de litio, frente a la oferta de los países que también producen litio y están en el mismo proyecto.
Prácticamente ha transcurrido el primer mes de la vigencia del acuerdo entre la Comibol, como parte boliviana y la transnacional Japan Oil, Gas and Metals Nacional Corporación (Jogmec) y ya se esperan los primeros frutos de ese convenio que deberían concretarse en el envío de técnicos especializados que se encargarán de transmitir experiencias y aplicar con equipos e instrumentos modernos la mejor tecnología para hacer rendidora a la planta piloto de litio que se construye en el salar de Uyuni.
Hay otro compromiso que servirá bastante en la capacitación del personal boliviano que trabajará en el proyecto del litio. Se trata de otorgar amplia capacitación y favorecer la especialización del personal boliviano en dos universidades japonesas, especialmente en la obtención e industrialización de la materia prima que se convierta en litio como base de la fabricación de las baterías que proporcionarán energía a los prototipos de automotores sin combustibles.
Lo importante del momento es que Bolivia decida su futuro empezando a producir los minerales estratégicos como magnesio, compuestos de boro, potasio y lo más importante el carbonato de litio.
Agencia URU
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