La referencia es precisa en lo que corresponde a declaraciones del actual presidente de la Corporación Minera de Bolivia (Comibol) o la estatal minera como también se la conoce, José Pimentel, entidad que según su nuevo presidente deberá convertirse en una "empresa de empresas", mención importante para recordarla en un tiempo prudente observando la ejecución de algunos programas que seguramente serán implementados sin pérdida de tiempo.
Para el titular de la Comibol no era desconocida la situación crítica de empresas mineras como Huanuni y Corocoro con cifras rojas en su rendimiento y con una lamentable pérdida en varios meses de trabajo, situación que los trabajadores decidieron revertir, disponiendo mayor esfuerzo productivo, evitando gastos extraordinarios, tratando de disminuir su abultada planilla por la vía de jubilación de un buen número de trabajadores y exigiendo paralelamente un apoyo especial para poner en marcha el ingenio Lucianita, que aumentará el tonelaje de concentrados hasta 3.000 toneladas diarias que saldrán del distrito de Huanuni. Esa parte social que imprimen los propios mineros en su actividad cotidiana, debe ser tomada en cuenta por la autoridad pertinente, ya que se trata de acción autodefensiva frente a la crisis.
El problema de saldos negativos se han producido en Huanuni, asunto que no es reciente y que suma más de 10 millones de dólares, sin contar cartas y espadas, y cuya causa es la caída en el precio de los minerales que a su vez se agudiza por una disminución en los volúmenes de producción. En el caso de Corocoro, perdió 100.00 dólares debido a una fuerte caída en el precio del cobre, una situación que tiene repercusión del mercado internacional de ese mineral. Dos casos negativos.
En el sector de la minería estatal, sobresale la situación de Colquiri la mina paceña que arrojó ganancias por un valor de 16 millones de dólares, lo que significa triplicar utilidades en un año, ya que el 2015 ganó 5,6 millones y la gestión pasada sumó más de 16 millones de dólares. La situación de la minería boliviana es altamente sensible a las fluctuaciones de los precios internacionales definidos por las políticas competitivas de los grandes industriales del mundo, por lo mismo corresponde estructurar también un plan de "previsiones financieras" para enfrentar las situaciones de riesgo en tiempo de "vacas flacas", algo que no se hizo en anteriores gestiones, aun sabiendo de los cambios que se anticipaban debido a los cambios en la política económica de países asiáticos, los de Europa y del mercado norteamericano. Lo que no se hizo antes tendría que hacerse ahora.
Hay algún adelanto en función de generar recursos financieros para encarar un plan de contingencia, aprovechando un "flujo económico" que podría sobrepasar los 300 millones de dólares y que se haría efectivo una vez que se consolide la "reestructuración de la Comibol", situación que demora más de un año desde que los mineros asalariados plantearon reajustar la estatal minera para enfrentar el problema de la caída de precios. En ese tiempo el entonces director de Comibol, hablaba de "refundar la Comibol", fue cuando insistimos en aclarar que la Corporación Minera, no necesitaba refundarse sino reestructurarse, proceso que data de entonces y aún no da frutos.
Por lo visto ahora las autoridades de Gobierno, quieren asegurarse que la Comibol funcione como corresponde, para facilitarle un flujo financiero. El lograr ese beneficio, es el reto del ejecutivo de la "empresa de empresas".
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