miércoles, 18 de enero de 2017

La minería con tendencia arribista mejoró el rubro de exportaciones

Cuando se habla de la importancia de la actividad minera en nuestro país, es claro que el rubro, pese a las limitaciones productivas del tiempo presente, sigue siendo un factor innegable en la generación de divisas para el Estado y de regalías para las regiones en las que se desarrollan proyectos mineros de importancia.

Si se diera la figura de encarar un plan minero nacional en base a políticas definidas, cuidadosamente estudiadas, convenientemente financiadas, técnicamente desarrolladas y celosamente controladas, inclusive fiscalizadas al tratarse de recursos naturales de los bolivianos, con seguridad que mejorarían sustancialmente las cifras positivas de extracción de minerales, tratamiento en ingenios de la producción y exportación con buenos precios comerciales y el retorno de utilidades para impulsar planes de desarrollo de manera general.

Los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) a noviembre del reciente año concluido (2016), señala que las exportaciones de minerales y manufacturas subieron en 5% y 5,2% respectivamente con relación a igual periodo del 2015.

La información del INE señala además que hasta noviembre del año pasado las ventas de minerales al exterior significaron un ingreso de 1.688 millones de dólares, cifra superior a los 1.608 millones de dólares que se captaron de enero a noviembre del 2015.

La actividad minera nacional ha estado confrontando una serie de problemas debido a la fuerte contracción de precios incluso hasta el segundo trimestre de la última gestión cuando algunos minerales recuperaron paulatinamente sus precios y compensaron sus costos de producción, el caso de Huanuni, la mina estatal más importante del país pero al mismo tiempo la que tiene mayor obligación socio-laboral para poco menos de 4.000 trabajadores. Colquiri la otra mina estatal de alto rendimiento, con algo más de 1.200 trabajadores logró utilidades e incluso se permitió encarar planes de prospección y exploración de nuevas vetas para mejorar su producción, la que se elevará con la instalación de un nuevo ingenio para el tratamiento de sus concentrados. En el caso de Huanuni, el ingenio Lucianita, construido por una empresa china, simplemente no funciona y perjudica los planes de incremento del volumen y calidad de concentrados, para recuperar las pérdidas que arrojó su bajo rendimiento con un precio bajo para el estaño.

Al cierre de las actividades mineras en el penúltimo mes del 2016, se menciona que el buen comportamiento de las exportaciones se debió a una mayor venta de zinc, con un valor relativamente estable por libra fina (L.F.), en tanto que el plomo, la plata y el oro alcanzaron mejores valores en su comercialización externa, que de acuerdo al INE de modo general fluctuaron entre un7% y 21% de incremento. Se complementa el informe con un añadido que hace referencia a la exportación de joyería en oro, venta de plata y estaño metálico, como rubros especiales que aumentaron las cifras y utilidades por su demanda en los mercados externos.

La importancia de la minería boliviana tiene que observarse desde el punto real de sus orígenes, la plata primero desde el rico Cerro de Potosí, años después declina esa explotación y da paso a la era del estaño "el metal del diablo", escondido en vetas de profundos socavones, mineral que aún mantiene activos varios distritos especialmente de la minería estatal y muchas cooperativas.

En un avance tecnológico sin precedentes, los concentrados de estaño fueron procesados primero en una fundición privada que aún sigue produciendo, pero a nivel gubernamental se instaló la primera fundición de Bolivia y desde entonces el metal (del diablo) se convierte en lingotes de alta demanda en el exterior, gracias a su calidad con pureza del 99,5 por ciento, convirtiendo a nuestra metalúrgica en una de las más reconocidas a nivel mundial.

Pese al repunte de las exportaciones de minerales y manufacturas, según el INE, se establece que el valor de las exportaciones bolivianas entre enero y noviembre del 2016 bajaron en una proporción del 19,5 por ciento, respecto a los once meses del 2015, cuando se registraron 8.259 millones y el año recientemente pasado sólo se exportó por un valor de 6.651 millones de dólares, suma total en la que minerales y manufacturas, tienen la mayor incidencia económica.

De acuerdo a las cifras que se manejan, es bueno señalar que en el caso minero las exportaciones mejoraron en cuestión de tres meses, claramente entre septiembre, octubre y noviembre. Un registro del mismo INE y que se explica en un cuadro adjunto, hasta septiembre 2016 la extracción de minerales y su venta se encontraban en el tercer lugar.

Las exportaciones de minerales alcanzaron un valor de 1.333,3 millones de dólares, lo que significó un 0,3 por ciento más de lo obtenido a septiembre del 2015, cuando se llegó a 1.329,1 millones de dólares. Eso significa que pese a ciertas limitaciones, las ventas mineras significaron un buen porcentaje del total de exportaciones bolivianas, las que se mueven en el tiempo actual entre los tres rubros de mayor movimiento, el gas, las manufacturas y los minerales, estos últimos que subieron de lugar hacia finales del año.

Si bien se presentan periodos favorables a las exportaciones de nuestro mineral concentrado y sólo un rubro de metal con valor agregado, caso del estaño, la perspectiva del negocio minero constituye evidentemente una cadena de muchos eslabones, hasta llegar a la industrialización de esa materia prima, pero de manera generalizada, lo que debe constituir el proyecto de mayor alcance para ubicarnos internacionalmente entre los productores de metales con valor agregado surtiendo a las grandes industrias, pero además promoviendo una línea industrial paralela en nuestro país.

Algo hay que superar en el proceso actual de comercialización que permite a nuestros compradores aprovechar ingresos adicionales por el tratamiento de nuestros concentrados de los que extraen derivados de alto valor comercial, que no se incluye en el cierre neto del simple concentrado. Se necesita procesar nuestro mineral en ingenios adecuados, recuperar en el país los derivados y exportar con valor agregado los concentrados fundidos.

Según los expertos, ese proceso al que nos referimos, necesita de fuerte inversión para entrar de manera práctica al desarrollo metalúrgico y siderúrgico en el país, teniendo ya una base importante en la metalúrgica de Vinto, se espera que también se habilite Karachipampa y en un tiempo que no debe prolongarse más allá de lo racionalmente admisible, debe funcionar la siderúrgica del Mutún.


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