Se habla de "algo más de diez proyectos mineros" que serán analizados al interior de la Comisión de Políticas Mineras del Departamento, la misma que está integrada por autoridades y representantes de varias instituciones del distrito que tienen la responsabilidad de encarar el análisis y aprobación de emprendimientos mineros que deben desarrollarse en varias circunscripciones del departamento.
Tras un proceso de evaluación, los integrantes de la comisión definirán cuáles son los proyectos factibles de ejecución, para lo que se tramitará su financiamiento a nivel de Gobierno, esperándose un apoyo oficial que permita encarar una tarea práctica de actividades en materia minera, posiblemente también en metalurgia.
La idea es interesante, sin embargo, no es tan sencillo hablar de "por lo menos 10 proyectos", cuando en los hechos y en muchos años, no se ha definido ni un solo proyecto para la minería departamental. Es tan deficiente el sistema de trabajo en secretarías y otras instancias, que ni siquiera proyectos de prospección y exploración han avanzado convenientemente para hablar con certeza de nuevos proyectos de explotación minera.
La conformación de una comisión de "políticas mineras", puede ser un buen intento para dinamizar la principal actividad productiva de Oruro, la minería, pero bajo el convencimiento de que no se trata de "buenas intenciones", la minería exige el cumplimiento de procedimientos ineludibles que comienzan con la prospección y exploración de tentativos yacimientos, un proceso que demanda tiempo y fuerte inversión y que no avanzó positivamente en el último tiempo.
Sin querer bajar el entusiasmo de los miembros de la "comisión de políticas mineras", hay cuestionamientos que deberían formularse en los niveles que correspondan, primero para tener la seguridad de que los proyectos, pasen por el análisis de un equipo técnico profesional del mejor nivel y el respaldo de gente experimentada en materia minera, para "definir" la calidad y posibilidad de encarar una decena de proyectos.
Ya en el nuevo año y pensando en el mes de la efeméride departamental, como sucede anualmente, dirigentes de varias instancias, se mueven en la preparación de "proyectos" para ser incluidos en un pliego petitorio cuya atención se demanda al Gobierno, con la esperanza de que se los apruebe como "regalo de aniversario", de ahí que el pliego de la orureñidad, es repetitivo e incumplido cada año.
Es interesante saber que en la comisión de minería, se asume la responsabilidad de plantear un apoyo financiero para el sector minero que por supuesto oscilará entre los 50 y 100 millones de dólares, sólo para encarar una primera fase de la identificación de yacimientos, los que detectados y verificados en su futuro rendimiento, exigirán mayores recursos que tendrán que ser financiados, si se quiere mostrar que hay evidente interés por reactivar la minería regional, como parte insoslayable de una verdadera política minera nacional.
Los proyectos mineros deben tener respaldo tecnológico, fuente y valor de la inversión requerida, tiempo aproximado de ejecución práctica, ubicación de la operación y medidas medioambientales aprobadas, proyección social, fuentes de empleo y beneficios para la región, sólo entre algunos requisitos exigibles para hablar seriamente de una "política minera" departamental, no cumplir con estos pasos elementales, es simplemente alentar más minería informal e improductiva.
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