Un año transcurrido siempre lleva a recordar una serie de hechos, buenos o malos, los que prevalecen y pueden mantenerse en el tiempo debieran ser esos que nos dieron satisfacciones en un periodo especial de los 365 días que a su paso marcaron huella en nuestro lento o quizá raudo caminar. Hay que marcar todo lo sobresaliente, entendiendo que muchas cosas, no serán las mejores, pero nos recordarán que hay necesidad de ponerle empeño para que el nuevo año, no sigan siendo malas y sean el comienzo de nuevas esperanzas.
Nuestra minería avanzó muy poco en la dinámica práctica de encarar nuevos emprendimientos, en realidad no hay uno sólo que se pueda mencionar como aporte al desarrollo del sector, ni siquiera Mallku Khota pudo concretarse como un nuevo yacimiento de explotación reciente y duración extractiva de largo alcance.
Los planes de prospección y exploración, son tan reducidos que no nos permiten avizorar avances en materia de asegurar la diversificación de nuestra minería. Puede haber un justificativo y es que tampoco en la gestión que toca su fin, se cumplió el objetivo de "reestructurar" la empresa estatal minera, Comibol, que una vez ajustados sus mecanismos tendría que encargarse seriamente de trabajar en la "reactivación" de la minería boliviana, especialmente en los sub sectores estatal, de las cooperativas y poniéndole el hombro a la minería chica.
Muchos anuncios sobre inversiones millonarias, todo el año de tiempo en tiempo sobre la instalación de dos refinerías de zinc; ni en Oruro, tampoco en Potosí se iniciaron tales proyectos, pero se asegura que están financiados.
Las esperanzas están en los macroproyectos mineros, como el tratamiento del litio en los salares de Uyuni y Coipasa, o el caso del hierro en el yacimiento oriental del Mutún. El resto es sólo tarea de continuidad de los tradicionales yacimientos que disminuyen año que pasa, aunque se hable de su diversificación.
La metalurgia mantiene su ritmo productivo, con el horno Ausmelt en la fundición de Vinto, se habla de ampliar instalaciones, incluyendo la refinadora de zinc para dar mayor valor agregado a nuevos metálicos para exportación. Karachipampa con el horno Kivcet reparado dos veces con fuerte inversión, está, según se dice en posibilidades de recuperar el tiempo perdido y retomar la producción de plata y plomo metálicos, con pureza de alto grado y en condiciones de satisfacer cierta demanda internacional. Esa puede ser la buena nueva al comenzar el 2017.
La minería necesita cuidados especiales, constancia en el desarrollo de sus proyectos, solvencia en el financiamiento de sus programas, decisiones de nivel superior respaldadas por normativas en vigencia, la Ley 535, su reglamento y una política sectorial, que responda competitivamente a la minería vecina en la región. Nuestros mejores augurios para la minería nacional.
No hay comentarios:
Publicar un comentario