Lo que no se hizo en gestiones administrativas, cuando los precios de minerales permitían buenas utilidades, es difícil enmendar con explicaciones que están fuera del esquema, que compromete mínimamente una década atrás con algunos altibajos, pero sobre todo con un prolongado auge de precios, que NO se lo aprovechó ni siquiera para generar "una cuenta de ahorro" a nombre de la minería.
Los resultados de esas imprevisiones se observan en la actualidad, cuando hay proyectos en marcha que no terminan de ejecutarse, caso del ingenio de Huanuni, que se lo hizo, se lo terminó y no funciona porque carece de agua y de un dique de colas para evitar más daño al medio ambiente.
Se habló de dos refinerías de zinc, una en Oruro y la otra en Potosí, estaba asegurado su financiamiento de medio millón de dólares y pese al tiempo que pasa desde el primer anuncio, no se levanta ninguna infraestructura para esos complejos metalúrgicos. Por otro lado el Gobierno premió a Colquiri, anunciando la licitación para la construcción de un ingenio de estaño y zinc en esa mina.
Los anuncios se multiplican, en función de muy buenas intenciones, pero como se dice comúnmente…del dicho al hecho, hay mucho trecho. Y en ese proceso, pese a muchas promesas y hasta un manejo de cifras para impulsar planes de prospección y exploración, estos no se realizan y seguimos perdiendo tiempo dejando pendiente una de las responsabilidades mayores en función de renovar nuestra casi agotada minería estatal.
No faltan algunas opiniones de ex autoridades de la estatal minera, que han cambiado sus discursos y ahora se convierten en observadores y fiscalizadores de la producción de regalías por la producción de empresas rendidoras, caso San Cristóbal que pese a la crisis de precios, con un adecuado plan de contingencia de un tratamiento diario de 40.000 toneladas ha elevado su capacidad a 53.000 toneladas, incrementando paralelamente el pago de regalías y otros impuestos.
A esos hechos negativos que disminuyen el interés y bajan el ánimo de hacer nuevos emprendimientos, se suman otras posiciones de los que menos hicieron en su paso por los organismos que regulan las actividades mineras y más bien destacados expertos y seguidores de la actividad minera y sus procesos de altas y bajas, recuerdan que en "cierto periodo", en lugar de crear incentivos para atraer capitales y tecnología, lo que hizo fue incrementar impuestos en una proporción del 50% a las utilidades, pretendiendo rescatar más ingresos para el Estado, pero a riesgo de generar dudas y rechazos a políticas inapropiadas de ese tiempo.
Según un destacado experto, no sólo se produjo ese aumento tributario sino que también se cambió el sistema de "concesiones mineras por derechos de explotación", lo que constituyó un freno a las inversiones mineras. Como si fuera poco, los avasallamientos a propiedades mineras fueron parte de acciones irregulares que afectaron intereses y capitales privados, sin remediar en la mayoría de casos esos atentados a los derechos ciudadanos.
Como producto de estas marcadas contradicciones, entre anuncios de planes para mejorar la minería y las posiciones negativas sobre la materia, el resultado es negativo, simple y llanamente no hay exploraciones, y eso significa como lo afirma un ex ministro que, por lo menos en la próxima década no tendremos nuevos emprendimientos mineros… ojalá Mallku Khota se salve de ese obligado retraso.
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