El vice ministro de Cooperativas Mineras, confirmó recientemente que un buen contingente de cooperativistas mineros que pertenecen a varias comunidades agrícolas, decidieron dejar la actividad minera eventual para retornar a sus labores tradicionales como agricultores.
Se trata de un fenómeno especial que se produce de manera "natural" en el sector rural, cuando los habitantes de muchas poblaciones agro ganaderas buscan por temporadas mejorar sus condiciones económicas y acuden a la fácil transición ocupacional para convertirse en mineros cuando las condiciones les son propicias, para lo que se organizan en cooperativas, que resulta el mejor expediente de tránsito entre sus alternativas de trabajo.
Nadie se opone a esa situación cuando las cosas van por canales legales, con trámites correctos y existen las posibilidades reales de que los mineros eventuales se dediquen a la explotación de algunos yacimientos en sus comunidades o próximos a ellas.
Lo que siresulta incongruente es que cuando la minería arroja buenos dividendos, los agricultores se vuelvan mineros, pero en algunos casos avasallando propiedades privadas, despojando de su trabajo a mineros que cumplen esas labores en "las buenas y las malas". El problema se agrava cuando además los eventuales trabajadores mineros, ocupan campamentos y despojan hasta los minerales a los verdaderos trabajadores del subsuelo.
Ahora se presenta una situación realmente complicada para la actividad minera debido a la caída en el precio de los minerales, lo que obliga a muchos trabajadores cooperativistas dejar la minería – en caída – y volver a las tareas de agricultura, en algunos lugares también de ganadería ovina, con lo que salvan la necesidad básica de sostenimiento familiar.
El informe de la autoridad de minería refiere que unos 1.000 cooperativistas dejan sus labores mineras, pero otros datos señalan que otra cantidad similar o mayor dejará – temporalmente- la explotación de minerales, para dedicarse a tareas diversas, inclusive entre algunas al transporte público, pues se menciona que en materia de previsiones, algunos cooperativistas son propietarios de vehículos de servicio público, taxis y minibuses.
Este tema debe llamar a un análisis por parte de los sectores que manejan el condicionamiento laboral del país y en este caso de sectores como los de la producción agrícola que merece un apoyo importante para evitar la migración de muchos productores a otras faenas como las mineras, distorsionando el equilibrio de la verdadera fuerza laboral más especializada y menos vulnerable a los cambios de ocasión por efectos externos, como en el caso presente, cuando bajan los precios internacionales de los minerales.
A trabajar sin grandes perspectivas económicas, parece que sembrar y cosechar alivia la situación de algunos trabajadores, por lo que se confirma que muchos "mineros eventuales" volverán a sus faenas tradicionales. Así debería delimitarse las actividades de modo que no se alteren los valores sociales de grupos de nuestra población que bien asistidos en sus faenas tradicionales pueden rendir más eficientemente a los fines del desarrollo general.
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