Que se encuentre una solución práctica, no traumática y menos que comprometa las relaciones obrero – patronales, es lo que se espera, sin embargo la aplicación de esas medidas, las que fueren por iniciativas de las partes en conflicto, colocan a las autoridades y los trabajadores ante disyuntivas sumamente complejas.
Un paso positivo es que se han concertado reuniones entre las partes que confrontan el problema económico- productivo de la empresa con mayores dificultades y que merece un tratamiento realmente de emergencia para conjurar el mal y salir adelante sin que acudir a medidas extremas.
Una de las soluciones propuestas es que observando la causa del mal se coincide en señalar el número elevado de trabajadores, pero además la escala salarial vigente con un grupo (pequeño sí) que percibe pagos entre 30, 40 y 45 mil Bs. que en adelante y por una disposición reciente, deberán reducirse al tope fijado de 25 mil bolivianos, ni un peso más.
Pero ese hecho de acuerdo a una disposición laboral significaría un tácito despido, por lo menos eso se entiende cuando se rebajan salarios, lo que podría compensarse con una indemnización por la diferencia, que en algunos casos será hasta del 50 % o más.
El otro paliativo a la crisis social de Huanuni es la decisión de jubilar a la mayor cantidad posible de trabajadores que estén en la edad de hacerlo y en algunos casos que no cumplen ese requisito, se utilizará un decreto supremo para subir la antigüedad de los trabajadores que sin tener los aportes suficientes estén decididos a jubilarse. Hay un detalle explicado por el gerente de la empresa y es que en Huanuni hay más de 500 trabajadores que están en la edad de jubilarse, pero un 70 % de estos no cumplió con ningún aporte a las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP) debido a que antes de ingresar a la empresa eran cooperativistas, sector en el que no se cumplen las leyes sociales.
Aparentemente estas alternativas serían un alivio a la situación reinante en Huanuni, sin embargo tras analizar los números se trata simplemente de paliativos que no solucionan completamente el problema, aunque el ejecutivo de la estatal minera, señaló que hasta fin de gestión se espera reducir el personal a no más de 3.500 trabajadores.
En el otro frente, las autoridades saben que para pagar liquidaciones a los primeros 564 mineros que se jubilarán se requieren 11 millones de dólares, sin contar, como se dice cartas y espadas, pues la coyuntura que se plantea en el momento presente, seguramente motivará el interés de otro grupo más reducido de trabajadores que tienen sueldos importantes fluctuando entre los 25 y 45 mil bolivianos, acogerse al "retiro voluntario" para percibir una buena indemnización que seguramente no la conseguirán más adelante, esta es una realidad del proceso actual y de la necesidad de buscar soluciones heroicas como se planteó para permitir la continuidad de operaciones en Huanuni.
El ministro de Minería y Metalurgia, César Navarro, que se reunió en varias oportunidades con dirigentes mineros y personeros de Comibol, señaló que se cumplirán las disposiciones legales para el pago de los beneficios sociales. Para los observadores se trata de una factura que se cargará a los recursos públicos, lo que significa que serán recursos del pueblo que servirán para salvar la difícil situación de la minería estatal.
Se espera que el precio del estaño se mantenga en 7 o más dólares por libra fina (LF) porque si ese valor descendiera por ejemplo a 5 dólares por LF, sería una verdadera catástrofe para la minería estatal. La previsión es que para el segundo semestre del año en curso se recupere el precio del estaño debido a que se prevé una mayor demanda del mineral en el mercado mundial.
En materia de regalías por la explotación y comercialización de estaño, el distrito más afectado es el de Oruro, el efecto negativo en la percepción de este beneficio disminuyó en un 80 %, lo que significa un notable perjuicio a la propia actividad minera que no tendrá recursos para planes de exploración, pero tampoco habrán recursos para solventar otros proyectos.
Según el Servicio Nacional de Registro y Control de la Comercialización de Minerales y Metales (Senarecom), al primer trimestre del 2015, el total de las regalías mineras cayeron en un 26,5 % respecto a similar periodo del 2014 efecto atribuido a la caída en el precio de los minerales y la baja producción del oro. En la estadística que maneja el Senarecom, de enero a marzo 2014, las regalías mineras fueron de 288,16 millones de bolivianos mientras que en el mismo periodo del año presente sólo llegaron a 211,57 millones, lo que muestra una baja de 76,5 millones de bolivianos.
Algo importante es señalar que en varios distritos y en algunos sectores productivos mineros, se extraña la falta de información completa sobre la producción, venta y recuperación de regalías de la gestión 2014, datos necesarios para conocer el movimiento del importante sector minero. El MMM debería normalizar esa información de manera bimensual o trimestral, empero sucede que actualmente se demanda esa información de la gestión pasada.
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