Con los datos de las reservas utilizables, la tecnología disponible, los costos estimados de la operación y los requerimientos de la amortización, se determinarán los caminos críticos y la estructura productiva - económica de la operación, estableciendo los mejores parámetros del proyecto, en cuanto a duración tamaño y beneficios, con cuyos datos los expertos diseñarán el esquema del flujo de caja y aplicarán métodos de evaluación como la tasa interna de retorno TIR, el valor actual neto VAN y otros, sin descuidar los cálculos de sensibilidad para determinar los límites críticos que el proyecto puede soportar en términos de cotización, ley de cabeza y costos de operación.
En estas condiciones se puede concebir la estructura económica del proyecto, que contemple sus costos de operación directos e indirectos, costos de capital, regalías y los impuestos a las utilidades y las utilidades netas, todo cubierto por el ingreso bruto.
Cada ítem representa e importa un gasto que solamente lo puede cubrir una operación que produce excedentes económicos de lo contrario la operación no tendría utilidades, por ende tampoco impuesto a las utilidades. Si la operación entra en pérdida debajo del punto de equilibrio afecta según su rigor, las regalías, las amortizaciones de capital y depreciaciones, y finalmente a los costos de operación, donde están los salarios, seguridad industrial, social, salud y fundamentalmente la remediación ambiental.
Como se puede observar los efectos de estas operaciones son implacables y siempre hay afectados y en los hechos están lejos de contribuir al desarrollo económico y humano del país. Lo anterior desvirtúa la falsa premisa de que el cooperativismo alivia el desempleo, por muy limitados que fueran estos periodos.
Sin entrar en detalles innecesarios, en el país por razones de política interna, se tienen tres tipos de operaciones mineras. La minería mediana de carácter privado que aunque no se desempeña con la racionalidad óptima es la que más se aproxima, le sigue la minería estatal con restricciones administrativos de orden, político, sindical, social y la cooperativista que es la que más bordea la irracionalidad.
Aunque no hay una manera clara directa de medir y comparar sus rendimientos y su productividad por falta de información especialmente del sector cooperativista, el ingeniero Jorge Espinoza hace dos años utilizó un interesante artilugio de comparar el ingreso bruto de cada sector y su respectivo personal, incluso utilizando el dato proporcionado por el sector cooperativista, que se supone es es el más conservador, con los resultados siguientes:
Con los datos de las reservas utilizables, la tecnología disponible, los costos estimados de la operación y los requerimientos de la amortización, se determinarán los caminos críticos y la estructura productiva - económica de la operación, estableciendo los mejores parámetros del proyecto, en cuanto a duración tamaño y beneficios, con cuyos datos los expertos diseñarán el esquema del flujo de caja y aplicarán métodos de evaluación como la tasa interna de retorno TIR, el valor actual neto VAN y otros, sin descuidar los cálculos de sensibilidad para determinar los límites críticos que el proyecto puede soportar en términos de cotización, ley de cabeza y costos de operación.
En estas condiciones se puede concebir la estructura económica del proyecto, que contemple sus costos de operación directos e indirectos, costos de capital, regalías y los impuestos a las utilidades y las utilidades netas, todo cubierto por el ingreso bruto.
Cada ítem representa e importa un gasto que solamente lo puede cubrir una operación que produce excedentes económicos de lo contrario la operación no tendría utilidades, por ende tampoco impuesto a las utilidades. Si la operación entra en pérdida debajo del punto de equilibrio afecta según su rigor, las regalías, las amortizaciones de capital y depreciaciones, y finalmente a los costos de operación, donde están los salarios, seguridad industrial, social, salud y fundamentalmente la remediación ambiental.
Como se puede observar los efectos de estas operaciones son implacables y siempre hay afectados y en los hechos están lejos de contribuir al desarrollo económico y humano del país. Lo anterior desvirtúa la falsa premisa de que el cooperativismo alivia el desempleo, por muy limitados que fueran estos periodos.
Sin entrar en detalles innecesarios, en el país por razones de política interna, se tienen tres tipos de operaciones mineras. La minería mediana de carácter privado que aunque no se desempeña con la racionalidad óptima es la que más se aproxima, le sigue la minería estatal con restricciones administrativos de orden, político, sindical, social y la cooperativista que es la que más bordea la irracionalidad.
Aunque no hay una manera clara directa de medir y comparar sus rendimientos y su productividad por falta de información especialmente del sector cooperativista, el ingeniero Jorge Espinoza hace dos años utilizó un interesante artilugio de comparar el ingreso bruto de cada sector y su respectivo personal, incluso utilizando el dato proporcionado por el sector cooperativista, que se supone es es el más conservador, con los resultados siguientes:
Con los datos de las reservas utilizables, la tecnología disponible, los costos estimados de la operación y los requerimientos de la amortización, se determinarán los caminos críticos y la estructura productiva - económica de la operación, estableciendo los mejores parámetros del proyecto, en cuanto a duración tamaño y beneficios, con cuyos datos los expertos diseñarán el esquema del flujo de caja y aplicarán métodos de evaluación como la tasa interna de retorno TIR, el valor actual neto VAN y otros, sin descuidar los cálculos de sensibilidad para determinar los límites críticos que el proyecto puede soportar en términos de cotización, ley de cabeza y costos de operación.
En estas condiciones se puede concebir la estructura económica del proyecto, que contemple sus costos de operación directos e indirectos, costos de capital, regalías y los impuestos a las utilidades y las utilidades netas, todo cubierto por el ingreso bruto.
Cada ítem representa e importa un gasto que solamente lo puede cubrir una operación que produce excedentes económicos de lo contrario la operación no tendría utilidades, por ende tampoco impuesto a las utilidades. Si la operación entra en pérdida debajo del punto de equilibrio afecta según su rigor, las regalías, las amortizaciones de capital y depreciaciones, y finalmente a los costos de operación, donde están los salarios, seguridad industrial, social, salud y fundamentalmente la remediación ambiental.
Como se puede observar los efectos de estas operaciones son implacables y siempre hay afectados y en los hechos están lejos de contribuir al desarrollo económico y humano del país. Lo anterior desvirtúa la falsa premisa de que el cooperativismo alivia el desempleo, por muy limitados que fueran estos periodos.
Sin entrar en detalles innecesarios, en el país por razones de política interna, se tienen tres tipos de operaciones mineras. La minería mediana de carácter privado que aunque no se desempeña con la racionalidad óptima es la que más se aproxima, le sigue la minería estatal con restricciones administrativos de orden, político, sindical, social y la cooperativista que es la que más bordea la irracionalidad.
Aunque no hay una manera clara directa de medir y comparar sus rendimientos y su productividad por falta de información especialmente del sector cooperativista, el ingeniero Jorge Espinoza hace dos años utilizó un interesante artilugio de comparar el ingreso bruto de cada sector y su respectivo personal, incluso utilizando el dato proporcionado por el sector cooperativista, que se supone es es el más conservador, con los resultados siguientes:
RELACIÓN INGRESO PER CÁPITA POR SECTOR
Mediana 33
Estatal 9
Cooperativistas 1
Estos resultados son una realidad incontrastable de que con operaciones no racionales de baja productividad, el país desperdicia fuerza laboral, que en otras actividades podría serie más provechoso al margen de dejar secuelas no deseadas en los obreros y el medio ambiente.
Los datos oficiales confirman este análisis, en 2002 la minería mediana llegó al 78 % de las exportaciones. San Cristóbal representa entre 2008 y 2011 el 35 % de las exportaciones mineras, entre 2008 y 2013 pagó $ 263 M por regalías recaudadas en el país y a mediados de la década pasada su participación inicial hizo subir en más de un dígito el PIB del país.
No hay comentarios:
Publicar un comentario