La toma de la mina “Mercedes” ubicada en Santa Isabel no fue pacífica como señalaron los comunarios sino con excesiva violencia, tal como detalló Reinaldo Huarachi Caro, hijo del dueño de la concesión minera, Walter Huarachi.
Detalló que el 13 de enero llegó a la mina un grupo de personas de las familias de Ramón Huayta y Roberto Grover Calla destruyendo la tranca que existe al ingreso del campamento.
En el campamento solo estaba Walter Huarachi (80), su esposa (70) y Reinaldo Huarachi Caro (hijo) ya que los obreros abandonaron sus labores ante las persistentes amenazas de los Huayta y Cala.
Volaron con dinamita los puestos de acceso a la mina y secuestraron a los esposos Huarachi Caro, les llevaron a la comunidad mientras su hijo escapaba con una vagoneta del lugar.
Los avasalladores persiguieron al muchacho que no pudo escapar para llevarle a golpes a la comunidad donde se apropiaron del motorizado indicando que por haber trabajado años en esa concesión debían pagar 25 mil dólares pues de lo contrario serían chicoteados y no respondían por su integridad.
La familia logró escapar del lugar en otro motorizado y, desde ese momento, no pueden volver a su mina pese a haber cumplido todos los requisitos establecidos por ley y haber efectuado una millonaria inversión para construir el camino de acceso a la misma y encarar trabajos de extracción de carga hasta llegar a la veta de complejos de minerales.
Reinaldo Huarachi efectuó la aclaración pues los comunarios habían llegado a la Villa Imperial para informar que tomaron la mina pacíficamente ya que no existían actividades de extracción en la misma dando a entender que el yacimiento estaba abandonado.
Ramón Huayta Condori, presidente de Administración de la Cooperativa Minera Nuevo Mundo Limitada, nada dijo del secuestro de los ancianos esposos ni la apropiación ilegal de un motorizado menos de la extorsión que se habría dado al momento de exigir 25 mil dólares al empresario minero.
Detalló que el 13 de enero llegó a la mina un grupo de personas de las familias de Ramón Huayta y Roberto Grover Calla destruyendo la tranca que existe al ingreso del campamento.
En el campamento solo estaba Walter Huarachi (80), su esposa (70) y Reinaldo Huarachi Caro (hijo) ya que los obreros abandonaron sus labores ante las persistentes amenazas de los Huayta y Cala.
Volaron con dinamita los puestos de acceso a la mina y secuestraron a los esposos Huarachi Caro, les llevaron a la comunidad mientras su hijo escapaba con una vagoneta del lugar.
Los avasalladores persiguieron al muchacho que no pudo escapar para llevarle a golpes a la comunidad donde se apropiaron del motorizado indicando que por haber trabajado años en esa concesión debían pagar 25 mil dólares pues de lo contrario serían chicoteados y no respondían por su integridad.
La familia logró escapar del lugar en otro motorizado y, desde ese momento, no pueden volver a su mina pese a haber cumplido todos los requisitos establecidos por ley y haber efectuado una millonaria inversión para construir el camino de acceso a la misma y encarar trabajos de extracción de carga hasta llegar a la veta de complejos de minerales.
Reinaldo Huarachi efectuó la aclaración pues los comunarios habían llegado a la Villa Imperial para informar que tomaron la mina pacíficamente ya que no existían actividades de extracción en la misma dando a entender que el yacimiento estaba abandonado.
Ramón Huayta Condori, presidente de Administración de la Cooperativa Minera Nuevo Mundo Limitada, nada dijo del secuestro de los ancianos esposos ni la apropiación ilegal de un motorizado menos de la extorsión que se habría dado al momento de exigir 25 mil dólares al empresario minero.
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