Después de cinco horas de diálogo en la Prefectura de Oruro, las cooperativas mineras 10 de Febrero y Multiactiva Corazón de Jesús, que se enfrentaron el miércoles en la mina San José con un saldo de 18 heridos, acordaron suspender la entrada de sus miembros al socavón mientras hallan una solución definitiva al conflicto. El Gobierno medió.
Todo ocurrió a 15 minutos del centro de la ciudad de Pagador. La mina se podía observar desde la Terminal de buses porque había varias hileras de policías y hombres civiles apostados en las puntas de los cerros pedregosos y amarillentos.
Un kilómetro antes de llegar al lugar del enfrentamiento se sentía el olor a mineral y a pólvora de las explosiones de dinamita ocurridas el miércoles.
San José acoge a cinco cooperativas: La Salvadora, Nueva San José, Jallpa Socavón y las dos enfrentadas, las que están separadas por un callejón sobre el cual pasa un puente rústico de madera en el que mineros de la 10 de Febrero colgaron un muñeco de trapo y, en su rostro, un cartel con el que piden la destitución del presidente de Multiactiva, Ramiro Helguero.
La cooperativa 10 de Febrero está formada por 450 mineros. Explotan aproximadamente 80 toneladas anuales del complejo de minerales que consta de estaño, plomo, zinc y plata.
La Multiactiva Corazón de Jesús, en cambio, tiene 700 cooperativistas. En 2007 explotaron un millón de toneladas netas del complejo de minerales, valuadas en 10 millones de bolivianos, de los cuales dos millones son aporte al Estado boliviano.
Los trabajadores de ambas organizaciones se acusan mutuamente de haber comenzado la pelea del miércoles.
Rosa G., esposa de un minero de 10 de Febrero, cuenta: “Las mujeres de ese otro lado han empezado a agredirnos desde la mañana, y en la tarde una de ellas primero ha lanzado una dinamita a nuestro campamento. Nosotras hemos corrido a la escuela de nuestros hijos que está ahí abajo y los hemos ido a sacar porque teníamos miedo de que les pasara algo”.
Mientras, la gente del otro sector asegura que cuando estaban reunidos, su campamento fue atacado desde los cerros con piedras, palos y cachorros de dinamita.
En este sector, Multiactiva, en los seis años que opera, ha construido un complejo que consiste en un policlínico, un hospedaje para turistas, un salón de casino, un local de fiestas adornado con murales y muebles artesanales en el que incluso se celebran bodas de los mineros y las oficinas de la sede social.
Los serenos de estos ambientes abrieron las puertas a La Prensa para mostrar los daños, vidrios rotos, escombros en las habitaciones, salones y consultorios médicos, techos perforados por las explosiones de dinamita y golpes de rocas, muebles deshechos, y todo en ruinas. “No sólo han destrozado —declaró el cuidador—, han saqueado, se han robado televisores, modulares, un refrigerador, garrafas, muebles, todo lo que nos ha costado construir con el 5 por ciento de aportes voluntarios del campamento, y no hay”.
El presidente de Multiactiva, Ramiro Helguero, dijo que estas obras las compartían con vecinos del lugar, mientras que la otra cooperativa no aportó con nada. “Nosotros hemos hecho desde los alcantarillados, y pronto va a entrar alumbrado público gracias a nuestros aportes”.
En la visita al campamento de 10 de Febrero se encontró también destrozos en vidrios y techos de sus oficinas y de unos cuantos pahuichis de los mineros, además de anaqueles de venta de comida saqueados; sin embargo, el daño no es más que de sus vecinos.
Dos causas desataron el enfrentamiento: la presunta malversación de aportes de 24 cooperativistas mineros de Oruro, que suman unos 345.000 bolivianos, por parte de un cajero de Multiactiva designado a la Federación Departamental de Cooperativistas Mineros (Fedecomin) de Oruro, según Helguero. “Los cooperativistas de 10 de Febrero creyeron que porque el cajero era de mi cooperativa yo también estaba involucrado, pero eso no es así. Del joven que ha hecho mal manejo de esa plata ya tienen conocimiento los dirigente mineros y ellos ya sabrán cómo proceder, y es por eso que agredieron mi campamento”.
El representante de Fedecomin Isaac Meneses señaló: “Este asunto lo vamos a resolver entre las cooperativas; en ampliados y asambleas se determinará qué hacer con esta denuncia. La información que tenemos es que le echan la culpa a la Multiactiva”.
Helguero mencionó otro problema por el que su sector fue agredido: la licitación que hace dos semanas adjudicó a su cooperativa el bombeo de aguas tóxicas de la mina, es decir, el desvío del agua contaminada para que no entre en la ciudad.
La Policía se quedará en Oruro para resguardar el socavón
El acta de compromiso consta de seis puntos. El primero señala que los firmantes reconocen la necesidad social y política bajo los principios filosóficos del cooperativismo y que la vía de solución es el diálogo.
El segundo acápite señala que ambos presidentes cooperativistas se comprometen a instruir el repliegue inmediato de sus bases movilizadas.
Un tercer punto dice que la Federación Nacional de Cooperativistas Mineros (Fencomin) y la Fedecomin, en el marco de las disposiciones definidas en sus respectivos estatutos y reglamentos, organice una comisión encargada de investigar los daños que se produjeron en ambas cooperativas.
En el cuarto acuerdo se instituye que todos los problemas serán considerados en una mesa de diálogo bajo tutela de las dos federaciones mineras mencionadas y de dirigentes de 10 de Febrero y Multiactiva hasta lograr una solución sostenible y definitiva.
El penúltimo punto indica que las dos cooperativas se comprometen a suspender la entrada en la mina de los socios mientras no se encuentren soluciones definitivas al conflicto, y se garantiza que la Corporación Minera de Bolivia (Comibol) continúe con el trabajo de bombeo de aguas al interior de la mina.
La última parte del acuerdo suscrito en la Prefectura de Oruro garantiza el resguardo y seguridad por intermedio de la Policía Nacional de las instalaciones del campamento minero de San José y de la “bocamina”.
La firma de convenio fue plasmada por el prefecto de Oruro, Alberto Luis Aguilar; el viceministro de Minería, Pedro Mariobo; el máximo dirigente de la Fencomin, Andrés Villca; el presidente de Fedecomin de Oruro, Isaac Meneses; representantes del Ministerio de Trabajo, directores de la Comibol y los presidentes de ambas cooperativas en conflicto, Santiago Jiménez, de 10 de Febrero, y Ramiro Helguero, de Multiactiva.
Cinco heridos aún se recuperan en el Hospital Obrero
Gabriela Urquidi Arce, de 40 años, es la única mujer entre los 18 heridos del campamento San José. Ella es de la cooperativa Multiactiva: “Se había apaciguado el enfrentamiento, estábamos reunidos en el salón a eso de las cuatro de la tarde, pero de la punta del cerro y más abajo nos han vuelto a tirar con piedras y dinamitas. Salimos de la oficina, me di la vuelta para ver y creo que con una honda me lanzaron una piedra pirita (con varias puntas filosas y amarilla) grande y me llegó en toda la cara y me hizo caer”.
La mujer es la internada de mayor gravedad, porque tiene los ojos cerrados por los moretones, la nariz fracturada y una herida de 22 puntadas en la frente.
El director del Hospital Obrero, Nicolás Aguilera, informó ayer que sólo cinco pacientes se recuperan en ese nosocomio de los 18 que fueron internados el miércoles.
Fermín Alonso Asero (18) presenta una herida en la boca, otra en la cabeza y una en la pierna izquierda por un balín.
“Soy de la cooperativa 10 de Febrero, estaba con mis compañeros defendiendo a mi campamento, me lanzaron una piedra y me dispararon en la pierna, pero ese rato no había ni un policía, los de la otra cooperativa tenían (armas)”.
Félix Juaniquina Salinas (28) tiene heridas en la rodilla a causa de la explosión de un cartucho de dinamita que cayó a su lado cuando huía de la pelea. Los otros dos heridos que también siguen internados son Pedro Oropeza Susaño (48) y Rogelio Ramos Choque de (57), también con heridas de miembros superiores e inferiores.
“En resumen —explicó el galeno— estos pacientes ya están estables, ninguno necesitó intervenciones quirúrgicas, aunque se hizo cirugías de emergencias”.
Más datos
Las cooperativas se encuentran en cada uno de los cerros próximos a Oruro.
Uno está frente a otro y desde allí empezaron los enfrentamientos hace dos días.
Multiactiva tiene una mejor instalación y aparentemente mayores ingresos económicos.
10 de Febrero vive en carencia. Su gente habita en casas de adobe y paja.
Un hostal de turistas del lado de Multiactiva fue uno de los más dañados.
La Policía tomó el control del lugar para evitar eventuales disturbios.
Todo ocurrió a 15 minutos del centro de la ciudad de Pagador. La mina se podía observar desde la Terminal de buses porque había varias hileras de policías y hombres civiles apostados en las puntas de los cerros pedregosos y amarillentos.
Un kilómetro antes de llegar al lugar del enfrentamiento se sentía el olor a mineral y a pólvora de las explosiones de dinamita ocurridas el miércoles.
San José acoge a cinco cooperativas: La Salvadora, Nueva San José, Jallpa Socavón y las dos enfrentadas, las que están separadas por un callejón sobre el cual pasa un puente rústico de madera en el que mineros de la 10 de Febrero colgaron un muñeco de trapo y, en su rostro, un cartel con el que piden la destitución del presidente de Multiactiva, Ramiro Helguero.
La cooperativa 10 de Febrero está formada por 450 mineros. Explotan aproximadamente 80 toneladas anuales del complejo de minerales que consta de estaño, plomo, zinc y plata.
La Multiactiva Corazón de Jesús, en cambio, tiene 700 cooperativistas. En 2007 explotaron un millón de toneladas netas del complejo de minerales, valuadas en 10 millones de bolivianos, de los cuales dos millones son aporte al Estado boliviano.
Los trabajadores de ambas organizaciones se acusan mutuamente de haber comenzado la pelea del miércoles.
Rosa G., esposa de un minero de 10 de Febrero, cuenta: “Las mujeres de ese otro lado han empezado a agredirnos desde la mañana, y en la tarde una de ellas primero ha lanzado una dinamita a nuestro campamento. Nosotras hemos corrido a la escuela de nuestros hijos que está ahí abajo y los hemos ido a sacar porque teníamos miedo de que les pasara algo”.
Mientras, la gente del otro sector asegura que cuando estaban reunidos, su campamento fue atacado desde los cerros con piedras, palos y cachorros de dinamita.
En este sector, Multiactiva, en los seis años que opera, ha construido un complejo que consiste en un policlínico, un hospedaje para turistas, un salón de casino, un local de fiestas adornado con murales y muebles artesanales en el que incluso se celebran bodas de los mineros y las oficinas de la sede social.
Los serenos de estos ambientes abrieron las puertas a La Prensa para mostrar los daños, vidrios rotos, escombros en las habitaciones, salones y consultorios médicos, techos perforados por las explosiones de dinamita y golpes de rocas, muebles deshechos, y todo en ruinas. “No sólo han destrozado —declaró el cuidador—, han saqueado, se han robado televisores, modulares, un refrigerador, garrafas, muebles, todo lo que nos ha costado construir con el 5 por ciento de aportes voluntarios del campamento, y no hay”.
El presidente de Multiactiva, Ramiro Helguero, dijo que estas obras las compartían con vecinos del lugar, mientras que la otra cooperativa no aportó con nada. “Nosotros hemos hecho desde los alcantarillados, y pronto va a entrar alumbrado público gracias a nuestros aportes”.
En la visita al campamento de 10 de Febrero se encontró también destrozos en vidrios y techos de sus oficinas y de unos cuantos pahuichis de los mineros, además de anaqueles de venta de comida saqueados; sin embargo, el daño no es más que de sus vecinos.
Dos causas desataron el enfrentamiento: la presunta malversación de aportes de 24 cooperativistas mineros de Oruro, que suman unos 345.000 bolivianos, por parte de un cajero de Multiactiva designado a la Federación Departamental de Cooperativistas Mineros (Fedecomin) de Oruro, según Helguero. “Los cooperativistas de 10 de Febrero creyeron que porque el cajero era de mi cooperativa yo también estaba involucrado, pero eso no es así. Del joven que ha hecho mal manejo de esa plata ya tienen conocimiento los dirigente mineros y ellos ya sabrán cómo proceder, y es por eso que agredieron mi campamento”.
El representante de Fedecomin Isaac Meneses señaló: “Este asunto lo vamos a resolver entre las cooperativas; en ampliados y asambleas se determinará qué hacer con esta denuncia. La información que tenemos es que le echan la culpa a la Multiactiva”.
Helguero mencionó otro problema por el que su sector fue agredido: la licitación que hace dos semanas adjudicó a su cooperativa el bombeo de aguas tóxicas de la mina, es decir, el desvío del agua contaminada para que no entre en la ciudad.
La Policía se quedará en Oruro para resguardar el socavón
El acta de compromiso consta de seis puntos. El primero señala que los firmantes reconocen la necesidad social y política bajo los principios filosóficos del cooperativismo y que la vía de solución es el diálogo.
El segundo acápite señala que ambos presidentes cooperativistas se comprometen a instruir el repliegue inmediato de sus bases movilizadas.
Un tercer punto dice que la Federación Nacional de Cooperativistas Mineros (Fencomin) y la Fedecomin, en el marco de las disposiciones definidas en sus respectivos estatutos y reglamentos, organice una comisión encargada de investigar los daños que se produjeron en ambas cooperativas.
En el cuarto acuerdo se instituye que todos los problemas serán considerados en una mesa de diálogo bajo tutela de las dos federaciones mineras mencionadas y de dirigentes de 10 de Febrero y Multiactiva hasta lograr una solución sostenible y definitiva.
El penúltimo punto indica que las dos cooperativas se comprometen a suspender la entrada en la mina de los socios mientras no se encuentren soluciones definitivas al conflicto, y se garantiza que la Corporación Minera de Bolivia (Comibol) continúe con el trabajo de bombeo de aguas al interior de la mina.
La última parte del acuerdo suscrito en la Prefectura de Oruro garantiza el resguardo y seguridad por intermedio de la Policía Nacional de las instalaciones del campamento minero de San José y de la “bocamina”.
La firma de convenio fue plasmada por el prefecto de Oruro, Alberto Luis Aguilar; el viceministro de Minería, Pedro Mariobo; el máximo dirigente de la Fencomin, Andrés Villca; el presidente de Fedecomin de Oruro, Isaac Meneses; representantes del Ministerio de Trabajo, directores de la Comibol y los presidentes de ambas cooperativas en conflicto, Santiago Jiménez, de 10 de Febrero, y Ramiro Helguero, de Multiactiva.
Cinco heridos aún se recuperan en el Hospital Obrero
Gabriela Urquidi Arce, de 40 años, es la única mujer entre los 18 heridos del campamento San José. Ella es de la cooperativa Multiactiva: “Se había apaciguado el enfrentamiento, estábamos reunidos en el salón a eso de las cuatro de la tarde, pero de la punta del cerro y más abajo nos han vuelto a tirar con piedras y dinamitas. Salimos de la oficina, me di la vuelta para ver y creo que con una honda me lanzaron una piedra pirita (con varias puntas filosas y amarilla) grande y me llegó en toda la cara y me hizo caer”.
La mujer es la internada de mayor gravedad, porque tiene los ojos cerrados por los moretones, la nariz fracturada y una herida de 22 puntadas en la frente.
El director del Hospital Obrero, Nicolás Aguilera, informó ayer que sólo cinco pacientes se recuperan en ese nosocomio de los 18 que fueron internados el miércoles.
Fermín Alonso Asero (18) presenta una herida en la boca, otra en la cabeza y una en la pierna izquierda por un balín.
“Soy de la cooperativa 10 de Febrero, estaba con mis compañeros defendiendo a mi campamento, me lanzaron una piedra y me dispararon en la pierna, pero ese rato no había ni un policía, los de la otra cooperativa tenían (armas)”.
Félix Juaniquina Salinas (28) tiene heridas en la rodilla a causa de la explosión de un cartucho de dinamita que cayó a su lado cuando huía de la pelea. Los otros dos heridos que también siguen internados son Pedro Oropeza Susaño (48) y Rogelio Ramos Choque de (57), también con heridas de miembros superiores e inferiores.
“En resumen —explicó el galeno— estos pacientes ya están estables, ninguno necesitó intervenciones quirúrgicas, aunque se hizo cirugías de emergencias”.
Más datos
Las cooperativas se encuentran en cada uno de los cerros próximos a Oruro.
Uno está frente a otro y desde allí empezaron los enfrentamientos hace dos días.
Multiactiva tiene una mejor instalación y aparentemente mayores ingresos económicos.
10 de Febrero vive en carencia. Su gente habita en casas de adobe y paja.
Un hostal de turistas del lado de Multiactiva fue uno de los más dañados.
La Policía tomó el control del lugar para evitar eventuales disturbios.
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