Mientras las inversiones mineras en países vecinos se acrecientan, las condiciones para la atracción de capitales en materia de minería en el nuestro, son parte de una política regresiva concentrada en algunas limitaciones más bien políticas e ideológicas, frenando las opciones de captar parte de una inmensa oferta de capitales para trabajar la minería y metalurgia del presente.
Según lo señalan expertos en la materia, el potencial minero del país necesita de un "caudal de inversiones" acorde a las perspectivas de crecimiento, si se dan las condiciones necesarias para explorar y explotar la "guardada" riqueza minera, que en muchos casos, dicen, está a "flor de tierra".
Analistas observadores del proceso minero metalúrgico en Bolivia, apuestan a un futuro seguro en la riqueza mineral por encima del gas, en un determinado tiempo, por lo que este factor juega un rol determinante, si se quiere aprovechar el sector productivo minero, preparado técnicamente para el momento en que se aplique de manera natural el reemplazo de la producción de hidrocarburos (gas) por la explotación de diversos minerales.
Hay un desafío inmediato y es la determinación de los poderes del Estado para exigir la aprobación de una política minera en la que se inserten disposiciones legales que sirvan para la atracción de capitales, extranjeros y nacionales, que puedan diversificar los proyectos mineros, en zonas que serán definidas en función al trabajo de prospección y exploración con alta tecnología para asegurar el desarrollo de los futuros emprendimientos mineros.
El país no sólo necesita inversión de capital financiero, en el caso de la minería se reclama y hay necesidad de cubrir una carencia tecnológica que permita trabajar en la minería emergente en igualdad de condiciones al avance de la competencia. Pero, además, ese proceso debe complementarse con una dotación de capital humano profesional altamente capacitado y tecnificado para emprender el desarrollo de grandes proyectos mineros.
Con relación a este tema, hay opiniones especiales que muestran algunos temores en niveles del sector estatal, si se abren las opciones para recibir un "caudal" de inversiones, especialmente externas. Hay un miedo injustificado, pues de lo que se trata es de establecer un conjunto de leyes que normen la llegada de capitales, la necesaria seguridad jurídica, un plan de incentivos y una correcta aplicación tributaria, que no ahuyente a los capitalistas, pero al mismo tiempo que regule su accionar en la explotación de nuestra riqueza natural.
Los temores y el miedo son recíprocos en lo que corresponde al Estado y al frente los inversionistas, el asunto está en definir políticas adecuadas que faciliten los acuerdos, que se cumplan por ambas partes y que signifiquen llegar a metas con objetivos comunes, respeto al medio ambiente, a las regulaciones sociales, por un lado y por el otro a garantizar las inversiones, respetar los acuerdos, eliminar las causas de avasallamiento, que hasta hace tiempo atrás han sido causantes del deterioro de relaciones entre Estado y empresas mineras.
En nuestro país hay mucha riqueza por explotar, especialmente en el rubro de la minería, propicio para la generación de empleos, redituable en utilidades para el Estado y los inversionistas, regalías para las regiones y beneficios para miles de trabajadores y sus familias, en un factor multiplicador de recursos. Se necesitan políticas adecuadas para atraer inversiones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario