Bolivia no logró estabilizar el valor de las exportaciones de minerales en la última década. Durante estos años se identificaron leves periodos de crecimiento, interrumpidos por caídas, según datos publicados por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE).
La economía boliviana debe afrontar una fuerte dependencia de las determinaciones de los mineros, quienes deciden qué minerales explotar y a qué precios deben ser comercializados.
Al mismo tiempo, la estructura actual de la minería boliviana otorga grandes beneficios al sector privado, según consideró el especialista en minería y expresidente de la Corporación Minera de Bolivia (Comibol), Héctor Córdova.
En 2011, se registró el valor más alto de las exportaciones de la última década, con 2.427.055.621 dólares, correspondientes a un volumen de 1.319.720.785 kilogramos, según datos proporcionados por el Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), en base a información del Instituto Nacional de Estadística (INE).
Anteriormente, entre 2006 y 2008, se registró un incremento del valor exportado de los minerales bolivianos, interrumpido durante la gestión 2009, año en que se identifica una caída hasta 1.860.993.585 dólares.
El crecimiento de las exportaciones volvió a registrarse a partir del 2010 con 1.860.993.585 dólares, comportamiento que permaneció hasta el 2011.
“Hemos tenido nuestro mejor año en 2011. Se ha repetido una situación bastante beneficiosa en el 2014, pero en 2015 nuevamente ha habido bajada en los valores de exportación. En 2016, un poco mejor que en 2015 y este 2017 podría ser uno de los mejores, porque los precios están en muy buen nivel y todavía se sigue produciendo a un nivel de las gestiones pasadas, cuando teníamos precios bajos”, sostiene Córdova.
Asimismo, explica que el comportamiento del valor y del volumen de los minerales depende de los precios del mercado internacional de los metales.
La variación del volumen siempre se refleja un periodo posterior, en cambio el valor es casi una correlación perfecta con el comportamiento de los precios, sobre todo de tres metales: el estaño, el zinc y la plata.
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