De acuerdo a un informe del Servicio Nacional y Técnico de Minas, Sergeotecmin en la superficie geológica del país se han efectuado mapeos y estudios geoquímicos y geofísicos han avanzado en un 39 por ciento de todo el territorio nacional, por lo cual se define a Bolivia como "un Estado subexplorado".
Los estudios existentes dan cuenta del potencial mineralógico que tiene Bolivia en buena parte de su territorio por lo que se hace necesaria una tarea de alto sentido práctico y profesional para establecer y cuantificar esa riqueza que debe ser explorada para su identificación de modo que se pueda encarar con seguridad la generación de nuevos proyectos productivos mineros.
Según el informe de Sergeotecmin se han determinado trabajos de investigación en zonas consideradas con mayores posibilidades de tenencia mineralógica en yacimientos que deben ser objeto de una prospección y exploración debidamente respaldadas financiera y técnicamente.
Las zonas que se han determinado -inicialmente- para encarar trabajos de investigación se ubican en los departamentos de Potosí, Oruro, Tarija, Santa Cruz y Cochabamba.
Los primeros datos hacen referencia a la importancia de verificar las cualidades de los futuros yacimientos ubicados en las provincias Avaroa y Pagador en Oruro, así como Chayanta, Quijarro y Tomás Frías en Potosí, en una extensión que se conoce como la Meseta de los Frailes.
Por otra parte se considera importante el trabajo que se hará en la también conocida como Meseta de Morococala, en la jurisdicción de Oruro, una superficie de dos mil kilómetros cuadrados y localizados entre las provincias Cercado y Pantaleón Dalence y a sólo 55 kilómetros de la ciudad de Oruro.
En el caso de Tarija toman en cuenta la provincia O’Connor, a 58 kilómetros de la ciudad y a 100 de la frontera con Argentina. El área se denomina la Cuenca de Cuevo y se espera explotar yacimientos de plomo y zinc.
Los informes de Sergeotecmin se refieren a las posibilidades que existen en Santa Cruz, por supuesto fuera de lo que se consigna como potencial yacimiento de hierro en El Mutún, existirían otras posibilidades en la provincia Velasco, propiamente en la zona de San Ignacio, donde se ubicarían áreas con vetas de cuarzo y posiblemente corrientes auríferas y de amatista.
En Cochabamba la región de Alto Chapare será la investigada para confirmar la presencia de areniscas, caliza, magnesita y ciertos niveles de asbesto, además de yeso, una nueva línea de materiales mineralizados que tienen su interés en determinados mercados nacionales y extranjeros.
Si bien el futuro exploratorio minero de acuerdo a la versión del Sergeotecmin, no consigna específicamente yacimientos de minerales tradicionalmente explotados, abre otras posibilidades para diversificar la exploración minera en el país. Lo que no se menciona es si la cuantía de estas investigaciones justifican el operativo de dos brigadas de geólogos que elaborarán una carta geográfica minera, pero sin mencionarse la necesidad de hacer prospecciones serias, por ejemplo en el caso de Mallku Khota y profundizar estudios en Challapata donde hay un interesante yacimiento aurífero.
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