lunes, 9 de mayo de 2016

Es imperioso un agresivo plan de exploración minera

• Se requiere una política definida para que la minería tenga tratamiento aproximado a las inversiones que se hacen en hidrocarburos

• Faltan normas precisas que otorguen seguridad legal para inversiones

• Hay una demora injustificable en la ejecución de los planes de minería


Nuestra minería necesita renovarse con nuevos yacimientos
Cuando se aborda el tema de la minería y la metalurgia en el país, los expertos coinciden en el hecho de existir "una demora injustificable" en lo que corresponde a la ejecución de planes para encarar una verdadera reactivación de la minería, empezando por dar la importancia que merece este rubro, tratándose del segundo en la generación de divisas, después de los hidrocarburos y el gas especialmente.

Es evidente que la rentabilidad en la explotación de nuestros recursos petroleros han dado y están dando buenos resultados, pese a la caída en el precio del barril de crudo, que es referente para cotizar lo que exportamos a Brasil y Argentina, pero lo que llama la atención es que no se defina una "política minera" que comience precisamente en el reconocimiento del valor que debe asignarse a la explotación de nuestros minerales, un recurso natural no renovable, como el de hidrocarburos, pero ambos como parte estratégica del presente y el futuro de la economía nacional, sin desconocer que la minería fue en los albores de su explotación la parte innegable de la supervivencia de la República y el enriquecimiento de otros Estados.

DATOS REVELADORES

Un dato revelador señala que "la inversión en hidrocarburos sumó 11 mil 183 millones de dólares en una década", ese monto representa cerca de un tercio del Producto Interno Bruto (PIB), cifrado en 34.493 millones de dólares para la gestión pasada, en cambio para la (gestión) presente el presupuesto del sector alcanza a 2.411 millones de dólares y puede elevarse algo más en función a las necesidades de proyectos en ejecución. A largo plazo según las autoridades de la estatal petrolera YPFB se prevé invertir 12 mil millones de dólares hasta el 2020. Esa la perspectiva del uso de recursos financieros en el rubro de hidrocarburos.

Según datos del Ministerio de Hidrocarburos y Energía, en el año 2006 la inversión alcanzaba a 273 millones de dólares y nueve años después (2015) esa cifra subió hasta más de $us 2 mil millones. Otros datos reflejan que el nivel de inversión en hidrocarburos entre el 2001- 2005 sólo llegó a $us 1.855 millones, seis veces menos de la obtenida entre 2006 al 2015 que llegó a $us 11.183 millones.

Un informe sobre materia de inversiones y realizaciones en el rubro de hidrocarburos, presentado por el Primer Mandatario, detalla las inversiones realizadas en el sector, entre las que destacan los planes de exploración y explotación hidrocarburífera, instalaciones de gas domiciliario, industrialización de la materia prima, redes de gas, plantas separadoras de líquidos, refinación y transporte de esos productos.

Como se observa, se ha cumplido un plan de acción que en una década arrojó resultados positivos para la economía nacional, tan importantes que se han convertido en el sostenimiento de bonos, asignaciones para municipios y gobernaciones, que si bien estas últimas disminuirán algo en el presente, no dejan de ser significativamente importantes.

Se remarca y se lo hace en el ministerio de área, como en la misma empresa YPFB - Corporación, que entre las gestiones 2009 al 2015, se priorizó el desarrollo de exploración y explotación de hidrocarburos.

La verdad es que se cumplieron las metas principales para la aprovechar al máximo nuestros recursos petroleros, priorizando la exploración y apoyando luego la explotación de esa materia prima.

¿QUÉ PASA CON LA MINERÍA?

Ahí está el detalle que preocupa a los entendidos, varios ex ministros de Minería, dirigentes sindicales del sector, ejecutivos y ex directores de la Comibol, algunos analistas de vasta experiencia y algunos de reciente incursión en la materia, que de todos modos coinciden en la pregunta del millón… ¿Por qué no se da el mismo o parecido tratamiento a la minería y metalurgia?, considerando que existirían potenciales yacimientos mineros, que no pueden ser explotados, porque hay necesidad de cuantificarlos con una buena prospección, una exploración técnica de alto nivel y habilitarlos para su explotación futura.

Lo que saben los expertos es que el asunto es cuestión de tiempo y en relación a los hidrocarburos hay una década de atraso, además de que el proyecto minero-metalúrgico debidamente estructurado demandará fuertes inversiones, que ojalá pudieran cubrirse como en el caso de los hidrocarburos, agresivamente y bajo una política definida que sea responsable del éxito de un emprendimiento de gran envergadura como sería la reactivación de la minería boliviana.

Lo más claro es que no hay política minera en el país. La Ley de Minería y Metalurgia 535, promulgada en mayo del 2014, carece de reglamento y en ese mismo tiempo no se puede estructurar una escala tributaria que permita a los inversionistas en minería ajustar sus proyectos conociendo las reglas de juego y sabiendo que existirán las seguridades legales para invertir e impulsar proyectos que requieren tecnología de punta y equipos y maquinarias modernas, pero sobre todo condiciones de incentivo que faciliten el desarrollo de iniciativas mineras, desde la prospección y exploración, con el apoyo necesario, como se priorizó ese tema en el caso de la política hidrocarburífera nacional.

Se deja que pase el tiempo sin encarar seriamente la estructuración de una política minera renovada y profesionalmente diseñada. Si la empresa que debe encarar ese proyecto, caso de la Comibol, no puede reestructurarse quiere decir que "algo malo está pasando" y ese es un hecho que debe ser aclarado cuanto antes, con la verdad por delante, no importa cuán dura pueda ser, lo importante es dar paso a una salida de emergencia que ponga a la minería en movimiento productivo, incluyendo esa dinámica a los megaproyectos del litio y el hierro, de las fundiciones de zinc y la imperiosa necesidad de habilitar nuevos yacimientos, empezando por Mallku Khota que parece tener su ingeniería productiva más adelantada que otros de incipiente proyección.

El tema de información debe superarse con una actualización de datos sobre los volúmenes de producción, de exportaciones, generación de divisas y regalías, para saber realmente en qué estado se encuentra nuestra minería y metalurgia.

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