No sería "saludable" dejar de explotar los recursos mineralógicos para poner en riesgo la vida de varios distritos, la subsistencia de los mineros y la provisión de concentrados para la metalurgia, que sin materia prima nacional, la tendría que importar de países vecinos u otros productores, haciendo el "negocio de negro" como califican al proceso algunos analistas.
La caída de los precios internacionales de minerales, fenómeno que no es la primera vez que se presenta, pues según los expertos se trata de ciclos temporales, aunque el que se confronta actualmente responde a una situación de competencia de poderes económicos en las potencias que compran nuestras materias primas, las que no toman en cuenta los factores adversos que ocasionan en las economías de países dependientes como el nuestro y algunos vecinos.
Pero si se trata de vecinos, las informaciones que nos llegan muestran que al confrontarse el problema de precios, acudieron de inmediato al uso de "fondos de previsión" para conjurar la crisis, lo que no se hizo en nuestro país por la imprevisión de pasadas autoridades; pero también se dispusieron políticas de contingencia para abrir mayores posibilidades a las inversiones y generar programas que permitan incrementar los volúmenes de producción , pero en ningún caso, buscaron la "catastrófica" solución de cerrar operaciones, ni siquiera disminuirlas.
Soluciones prácticas
Frente a la coyuntura de los precios no es posible "bajar los brazos", al contrario los entendidos en la actividad minera, si bien reconocen la gravedad de la crisis especialmente en parte de la minería estatal, para decirlo con claridad el caso Huanuni especialmente, en otro campo el de la "pequeña minería" privada y las cooperativas mineras son sectores que han reclamado soportes financieros al Estado y que han sido concedidos paulatinamente, a través de fideicomisos o créditos especiales, permitiendo que se mantengan las operaciones, evitando un colapso social que podría generar otra relocalización, que es mejor descartarla porque se están dando leves condiciones para compensar costos de producción.
Si bien, la solución económica está siendo sostenida con recursos estatales, lo que está faltando y eso es evidente, una política minera que establezca las condiciones apropiadas para buscar recursos a través de inversores externos que dicho sea de paso, están disponiendo de fuertes capitales en el Perú, Chile, Argentina, inclusive Colombia, este último donde recién se incorpora a la minería como fuente de productividad y rendimiento futuro.
Ese fenómeno de "tentar inversiones" no está abierto convenientemente en nuestro país, por falta de reglas claras de juego que garanticen emprendimientos de empresas especializadas en exploración y explotación de minerales, en la instalación de fundiciones y para cada caso con fuertes inversiones y la inclusión de tecnología y moderno equipo de operaciones. Está faltando que se abran esas opciones y se impulsen proyectos mineros de envergadura, pero sin pensar siquiera en "paralizar" las actividades de los centros productivos.
Hay "poca imaginación técnica", cuando se lanzan propuestas "tomadas por las hojas", señalando que mientras mejoren los precios de los minerales lo mejor es dejar de explotar y disque planificar y organizar la producción, una apreciación atribuida a una ex autoridad de la estatal minera.
La respuesta a esa opción nefasta en el sentido productivo, surge en la opinión de prestigiosos profesionales, al señalar que "es importante planificar y organizar la producción, pero esa tarea se arrastra desde hace muchos años y no se han logrado resultados prácticos", se recuerda además que en ésta etapa de crisis, fueron los mineros asalariados que plantearon y exigieron al Ministro de Minería disponer la "reestructuración" de la Comibol, proceso que fue ordenado, pero del cual no se sabe mucho, puesto que la estatal minera sigue siendo la misma y marcha a tropezones por falta de un plan estructurado profesionalmente, que no sea producto de improvisaciones y menos de elucubraciones apartadas de la realidad y las posibilidades exigibles para el sostenimiento de la minería y con esa producción de concentrados se garantice el trabajo de las fundiciones. Se trata de una cadena en la que todos los eslabones son imprescindibles.
La minería tradicional está en bajada, los antiguos y ricos yacimientos están en fase de agotamiento, algunos tienen los años contados y por lo mismo es muy urgente la renovación de esas fuentes productivas y la única manera de reemplazarlos es a través de planes intensivos de prospección y exploración, con un adecuado soporte oficial y en algunos casos específicos tentando inversiones para desarrollar prospectos mineros de alto rendimiento que puedan interesar a empresas interesadas en diversificar sus inversiones y que se acojan a las reglas de juego que establezcan las normativas nacionales y que sean competitivas en relación a las que rigen en países vecinos.
Los mega proyectos
Cuando se habla de mega proyectos en minería, metalurgia y siderurgia, lo que se espera es que los mismos se concreten paulatinamente para avanzar de manera ordenada y alcanzar el objetivo de convertir nuestros concentrados en metales y estos en otra etapa en materia prima de una amplia industrialización.
El litio con cierto avance en el proceso productivo debería estar listo para su comercio externo, con productos terminados en un tiempo breve dadas las condiciones de las etapas de experimentación y producción que ya se han hecho y que deben pasar a la etapa de rendimiento efectivo.
El caso del hierro da para mucho tiempo y se espera que el nuevo intento productivo, ahora con una empresa china en la responsabilidad consiguiente no tenga mayores tropiezos y alcance la meta de industrializar el hierro del Mutún.
Karachipampa es otra esperanza de producción aunque con una penosa espera, como sucede también con las futuras fundiciones de zinc en Oruro y Potosí. Lo importante es seguir produciendo, alimentando convenientemente al horno Ausmelt de Vinto pero paralelamente encarando la reestructuración de Comibol, y la reglamentación de la Ley 535, para establecer normativas muy concretas que impulsen al sector minero metalúrgico del país.
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