El cerro brilló en la Colonia y relució en la República. Hoy, en pleno siglo XXI, atraviesa un momento delicado: su estructura está debilitada debido a la extracción indiscriminada y al uso de métodos arcaicos para el apuntalamiento en su interior.
Es como un panal de abejas, pero excavado al azar y sin ninguna planificación. Con esta analogía, el investigador René Espinoza explica la situación actual de uno de los centros mineros otrora más prósperos de Bolivia: el Cerro Rico de Potosí.
Espinoza, director de la carrera de Ingeniería Civil de la Universidad Católica Boliviana San Pablo, explica que de no tomarse acciones serias contra ese panorama, podría ocurrir un colapso estructural y el posterior derrumbe sistemático.
Mientras que el ministro de Minería, César Navarro, reconoce esta situación y agrega que la utilización de dinamita para abrir sendas contribuyó a su debilitamiento.
"La estructura morfológica del cerro tiene deterioro por las características y peculiaridades de explotación desde 1545. Segundo, por el uso intensivo de explosivos. Y un tercer elemento, nunca hubo un proceso de relleno de los socavones donde se ha terminado la actividad productiva”, afirma Navarro.
Métodos obsoletos
Los mineros suelen hacer trabajos de apuntalamiento para efectuar la extracción de minerales. Para ello, utilizan troncos de madera, que es un material obsoleto para este tipo de trabajos. A ello se suma la extracción desordenada de plata. Ambas situaciones serían las principales causales del debilitamiento estructural. Además, la actividad constante suma otro factor.
En el Gobierno esperan que en un determinado momento se paralicen las actividades en los sitios delicados (a partir de la cota 4 mil hasta la cima del cerro), dado que se tiene conciencia de la situación de debilitamiento.
Uno de los principales motivos para que se dé esta situación es la carencia organizativa a la hora de extraer la plata, mineral por el que se caracteriza este yacimiento.
El investigador Espinoza identificó que en el interior se utilizan callapos (troncos) para apuntalar las cámaras, un método que data de principios del siglo pasado; además, detectó un "desmedido apetito” por sacar los minerales de parte de los mineros que operan ahí.
En la investigación Cerro Rico de Potosí. Estudio geotécnico y de estabilización primera fase, desarrollada por Espinoza, se explica que el uso de callapos es un procedimiento poco seguro, que puede ser el factor causante del debilitamiento estructural que padece el cerro.
"Esta solución muy a la boliviana debería llamar la atención de las autoridades encargadas de la minería, pues el riesgo para las vidas de los trabajadores es muy alto”, se afirma en el documento.
Sobre ello, Espinoza comenta que este tipo de trabajo se realizó a principios de siglo XX, y que la renovación tecnológica de este centro minero está "demorada”.
Sostiene que es necesario que se reemplacen estas maderas por estructuras metálicas especiales para apuntalamiento, dado que los troncos, por su consistencia, no son suficientes ni adecuados para soportar la presión de las paredes pedregosas.
"El Cerro Rico se ha ido deformando. Ha perdido varios centímetros en altura, por ejemplo. Eso ya indica que el esqueleto mineral rocoso está tan debilitado que está entrando en la etapa creep, es decir, donde se deforma por sí mismo. Es una deformación constante”, afirma Espinoza.
Este efecto creep es, según la literatura especializada, una etapa inicial de debilitamiento que con el tiempo evoluciona hacia el deterioro de las estructuras dentro de una mina.
Para contrarrestar esta situación "preocupante”, Espinoza explica que tendrían que darse dos escenarios de forma simultánea: a) Se tendría que suspender toda la explotación que se sigue realizando; b) Habría que conseguir financiamiento externo porque la restructuración es muy costosa .
El Gobierno, como medida inicial, ordenó a principios del 2014 reubicar a los mineros que están trabajando por encima de la cota 4.400 de este yacimiento, como parte de las acciones destinadas a evitar un mayor daño a su estructura.
El ministro Navarro, explica que entre un mediano y largo plazo se espera que las actividades en este sitio cesen de manera definitiva.
Según Espinoza, para realizar un estudio y una estabilización real del problema se requiere al menos 300 millones de dólares. Esta estimación la realiza en función a los más de 400 socavones estudiados dentro de este cerro histórico.
"Se está poniendo en riesgo la vida de los mineros. Son cerca de 20.000 mineros que trabajan en el Cerro Rico. Es una explotación que no tiene un control racional (…) La posibilidad de un colapso del cerro está dada si no se llega a reforzar lo suficiente”, lamenta Espinoza.
Entre las principales recomendaciones del estudio indicado se sugiere la realización de una topografía a detalle del macizo, que permita ubicar las bocaminas y otras singularidades que están afectando al macizo de forma correcta, y que se trate de crear una conciencia técnica entre los mineros.
El Cerro Rico fue designado Patrimonio Cultural y Natural de la Humanidad por la UNESCO el 7 de diciembre de 1987. Asimismo, la Organización de Estados Americanos en la XI Asamblea General de La Paz, en octubre de 1979, le otorga el título de Ciudad monumento de América.
Ante todo este panorama, el investigador Espinoza considera que si no se brindan la atención necesaria y los recursos con urgencia, el colapso y derrumbe de este histórico sería inminente. "Los hundimientos que están diciendo ‘ojo’, la estructura del cerro está debilitada”, puntualiza.
Los factores clave
Causas Entre las principales causas para que el Cerro Rico de Potosí esté en etapa de deterioro están la extracción indiscriminada de plata por más de 400 años, poca planificación, uso de explosivos y apuntalamiento con troncos.
Consecuencias Una consecuencia visible de ello es el hundimiento paulatino de la cima de este yacimiento. Un investigador considera que si no se invierte en estudios y en estabilización la estructura colapsará.
Estudio inicial En 2011 se presentó la investigación Cerro Rico de Potosí. Estudio geotécnico y de estabilización primera fase.
Otro estudio Un experto cree que es necesario elaborar un estudio de mecánica de rocas para conocer a fondo los problemas estructurales de este yacimiento.
Se necesita estudio de mecánica de rocas
El Cerro Rico de Potosí, que está en constante deterioro, necesita de un estudio de mecánica de rocas, considera el investigador René Espinoza. Esto a partir de que la subsidencia (hundimiento paulatino del suelo originado por las cavidades subterráneas producidas por las extracciones mineras) es inminente en este sitio.
"El Cerro Rico necesita un estudio profundo de mecánica de rocas. En la minería moderna se trabaja con varios especialistas: el ingeniero de minas, el ingeniero civil de estructuras y el ingeniero geotécnico. Es decir, entre los tres se da un área de trabajo segura y racional para evitar los problemas de subsidencia”, comenta Espinoza.
Este experto asegura que los problemas de subsidencia ya han afectado a varias ciudades en el mundo donde la minería se realiza a gran escala. Afirma que en Alemania, por ejemplo, hay lugares con subsidencia fuerte al igual que en Estados Unidos.
Esta conclusión también es reflejada en la investigación Cerro Rico de Potosí. Estudio geotécnico y de estabilización. Primera fase, impulsada por Espinoza.
"Para una remediación de la morfología de la cúspide del Cerro Rico es necesario realizar un estudio integral con expertos en mecánica de rocas, además deben tomar acciones todas las entidades involucradas”, recomienda el documento.
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