Como anuncia César Navarro, titular del Ministerio de Minería y Metalurgia (MMM), se harán conocer en las próximas semanas los detalles de lo que significará la "refundación" de la Corporación Minera de Bolivia (Comibol), otrora la más fuerte de las empresas estatales, hoy atravesando por un proceso de cambio que ojalá permita su rehabilitación y la encamine hacia el cumplimiento de objetivos muy precisos que tienen que ver con la reactivación de la minería boliviana.
Hay dudas sobre la dimensión del cambio, una situación que llevó a un dirigente minero a comentar sobre la "refundición" de la estatal, que ya pasó por otras etapas de una supuesta recomposición que no se cumplió, manteniéndose un esquema de mera administración de contratos, sin ninguna objetividad en las decisiones de estructurar proyectos mineros y garantizar su desarrollo.
Ministros del ramo antes del 2006 y todos los que pasaron de ese año al presente, tuvieron la oportunidad de plantear y ejecutar proyectos de envergadura, empero se limitaron a un sistema de continuismo administrativo burocrático que no le ha hecho ningún favor al sector productivo minero en general.
Hay que reconocer que en cierto tiempo, con la revolución del 52 y los años siguientes la "corporación" como se la identificaba entonces a la minera estatal y posiblemente hasta la década de los 80 cuando se derrumbó el precio del estaño, Comibol sirvió para apuntalar la economía nacional y disponía además de remanentes para satisfacer apetitos e intereses políticos y sostener varios gobiernos.
En más de tres décadas mucha agua corrió bajo el puente de la estatal minera y el resultado es que la entidad como tal ha envejecido, no ha podido renovarse y ha llegado a un punto de marcada debilidad, suficiente para administrar contratos y cobrar alquileres, atender algunos procesos y mantener con sus ingresos una planta burocrática, que como asevera el dirigente sindical del sector, solo ha mostrado ineficiencia, por lo que se ha sugerido un cambio de la base a la cúpula con elemento profesional en la actividad minera, como base de cualquier reestructuración, aspecto que exigirán los mineros asalariados para evitar que la Comibol siga siendo refugio de militantes políticos, o de dirigentes que le cobran factura al partido por servicios prestados en campañas.
Una denuncia sindical sobre el tema critica severamente a todos los ministros que pasaron por el despacho de minería y metalurgia, algunos profesionales, algún dirigente sindical o cierto tipo de expertos "que de minería saben tanto como el ministro de griego", ironiza el denunciante, por lo que en la reestructuración de la Comibol la base debe centrarse en la conformación de un sólido equipo profesional y con especialistas en las diversas áreas de la empresa.
Lo cierto es que mientras no se definan políticas de minería y metalurgia seguiremos vendiendo nuestros concentrados a "mitad de precio" y ganando algunos puntos más en el caso del estaño metálico que produce Vinto, porque lo de Karachipampa es recién una muestra de lo que deberá afirmarse con un verdadero proyecto de producción sostenible. Las fundiciones de zinc para Oruro y Potosí se mantienen como proyectos, pero pese a las licitaciones y la disposición de recursos, todavía dista mucho para incluirlas en la pequeña cadena de la metalurgia nacional.
Estamos en una fase incipiente de la producción minera con valor agregado, se necesita ampliar la prospección y exploración de nuevos yacimientos, producir más concentrados, asegurar la máxima provisión a las fundiciones y obtener metálicos que nos permitan recuperar mejores beneficios económicos.
Más adelante y en otro paso decisivo tendremos que utilizar nuestros metálicos, estaño, plomo, plata, zinc y otros como materia prima para la diversificación industrial, etapa que nos abrirá un puente hacia el verdadero crecimiento de la producción industrial con miles de empleos, pero sobre todo con independencia para utilizar nuestros recursos naturales de la mejor manera posible. Faltan políticas y tal responsabilidad está en las autoridades de área. Refundar la Comibol debe ser la premisa del momento, pero debe efectuarse un proceso de cambio cualitativo, para borrar esa apreciación popular que se utilizó cuando se expresaba "el que sabe, sabe y el que no a la Comibol".
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