El asunto proviene de tiempo atrás, en realidad el sector de las cooperativas mineras que está integrado por miles de afiliados a una cuantía impresionante de este tipo de organizaciones que en su inicio respondían a una necesidad de organización para subsistir tras la debacle del precio del estaño y la liquidación de miles de trabajadores que aparecieron cesantes tras el proceso de la mal llamada relocalización en la década de los 80, se han ido fortaleciendo y aunque sufren algunos procesos de cese de labores temporales, siguen siendo uno de los sectores más importantes de la actividad minera, aunque como lo establecen los expertos no es precisamente el más activo en materia de producción, pero sí en la demanda de soluciones a sus permanentes problemas.
Resulta complicado enumerar todos los problemas que afectan a las cooperativas mineras, desde la falta de asesoramiento técnico y tecnología adecuada para desarrollar proyectos de rentabilidad minera, pasando por la carencia financiera para sostener sus métodos de explotación tradicional, lo que hace que el volumen de su producción no alcance niveles óptimos para considerarse competencia con el sector estatal y menos con el privado, aunque casi en iguales condiciones con la denominada "minería chica", ésta última que sigue sosteniendo fuentes de empleo pero que no recibe adecuado apoyo gubernamental, como sucede con las cooperativas que ya disfrutaron de importantes ayudas oficiales.
PRECIOS Y PRESIONES
Cada que declina el precio de los minerales se pone en alta la conflictividad de los trabajadores mineros en la minería estatal, pero con marcada presión en las cooperativas mineras, que gracias a su estratégico acercamiento político con el actual gobierno plantean medidas sectoriales demandando apoyo económico para sortear las deficiencias en sus operaciones y sostenerlas de manera continua.
Antes de ahora las soluciones siempre se dieron aunque bajo presiones, pero para alcanzar alguna meta que pueda paliar las diferencias entre costos de laboreo y recuperaciones útiles como para poder distribuirlas entre "socios", pero también asalariados encubiertos.
En la actualidad ya se han dado varias muestras de apoyo financiero, con soportes concedidos vía fideicomisos, con la entrega de equipos, movilidades, la habilitación de un ingenio y una comercializadora de minerales. Se mantiene sin ejecución el cobro de una fuerte deuda de algunas cooperativas con la Comibol, por la transferencia de máquinas y herramientas, cuenta que proponen pagar los mineros asociados, pero sin reconocer multas e intereses por la mora en el pago de sus obligaciones.
Algo que no aceptó el Gobierno es el pedido de subsidiar la caída en el precio de los minerales, situación que según el ministro de minería, ocasionaría el colapso de la industria metalúrgica, algo que no se puede hacer y que parece que los cooperativistas entendieron, aunque no de buen grado.
Las cooperativas mineras aún están beneficiadas con la supresión de un impuesto que es pagado por todos los otros sectores, pero que de algún modo a tiempo de su aplicación ayudaría a las cooperativas a disminuir sus obligaciones tributarias. Sin embargo, y según los analistas mineros, surgió un planteamiento de los cooperativistas, como para no creerlo. Y es que decidieron solicitar al Gobierno dejar sin efecto el D.S. que los exime de pagar el Impuesto al Valor Agregado (IVA), vigente desde el 2011.
Según una fuente próxima a los cooperativas, sucede que estos se dieron cuenta que al no efectuar esa contribución, como lo hacen los otros sectores, están impedidos de acceder a una serie de beneficios que son útiles en transacciones tanto públicas como privadas. Lo que no se entiende aún es que después de cuatro años de haberse beneficiado con ese ahorro, ahora decidan pagar el IVA para poder lograr su registro con Número de Identificación Tributaria (NIT), un requisito para acceder a transacciones financieras.
Qué buscan o esperan los cooperativistas, es algo que todavía no se aclaró pero por lo menos es un paso hacia la regularización de obligaciones tributarias en un marco de equidad con los demás sectores de actividad minera.
Problema reciente
Mientras hay una serie de dudas sobre las actividades mineras en general, la situación que surgió en los últimos días tiene que ver, lamentablemente, con una confrontación entre socios de la cooperativa minera 26 de Febrero de la mina Colquiri y los asalariados de esa empresa, estos último que rechazan una posible incorporación de 400 o más cooperativistas a la planilla de esa empresa.
Como una solución el Gobierno propuso estatizar Colquiri, lo que sería en los hechos una re-estatización que ya se produjo en junio del año 2012 y que permitió la vigencia de la actual organización.
En criterio de los trabajadores asalariados de la Empresa Minera Colquiri (EMC), el pedido de la Cooperativa 26 de Febrero y la propuesta gubernamental son inviables, pues no es posible incorporar a 400 socios, considerando que en la actualidad hay 1.200 trabajadores, número que responde al plan quinquenal de la empresa, que sería desbaratado si se aumentara un solo trabajador más. Los asalariados afirman que defenderán la sostenibilidad de su empresa, rechazando la presión de los cooperativistas.
Se pone como ejemplo el caso Huanuni que en octubre del 2006 se abrió para recibir a casi 4.000 cooperativistas, con lo que la planilla de esa empresa sumó los 5 mil asalariados y las consecuencias de esa medida se observan en la actualidad, cuando deben tomarse medidas heroicas para salvar ese centro, cuyo mayor problema es sus sostenibilidad productiva y el cumplimiento de sus obligaciones sociales.
La situación es compleja, pero la experiencia de aplicar "soluciones políticas" tiene resultados sumamente peligrosos, de ahí que lo aconsejable, en criterio de expertos es buscar y habilitar más centros mineros, para aumentar la rentabilidad minera nacional, sin poner en riesgo los actuales centros de producción cuya vida útil está en cuestión, más aún si se los explota intensivamente.
Medios.
Agencia Uru- PM.
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