Aunque no existe un informe específico y actualizado sobre el tema de regalías mineras cobradas y utilizadas en la prefectura local, se sabe que en la gestión presente y por el problema en los primeros meses con la fuerte caída de precios, el registro contable por este ingreso disminuyó en cincuenta por ciento afectando sensiblemente el orden financiero prefectural.
La estimación del Ministerio de Economía para la recaudación de regalías en Oruro debía sobrepasar los 116 millones de bolivianos y resulta que hasta el mes de octubre sólo se registró un ingreso aproximado a los 56 millones, lo que significa una reducción del 50% y muy difícil de remontarla hasta fin de año.
Hay marcada preocupación en las reparticiones económicas de la Prefectura, considerando que si no se mantiene la opción alcista de minerales en el 2010 la situación puede ser realmente critica. La esperanza es que los precios se recuperen y se consoliden sin descensos, única forma de restablecer las condiciones favorables a la conclusión de obras en unos casos y la ejecución de nuevos proyectos en otros.
Está visto que Oruro vive con sus regalías mineras y por lo menos en el tiempo actual no hay todavía condiciones favorables para concretar programas que puedan reemplazar o por lo menos equiparar los que ingresan vía producción y exportación de nuestros minerales.
Consiguientemente Oruro es un departamento eminentemente minero y esa condición debería ser tomada en cuenta en los niveles del poder ejecutivo para disponer programas alternativos cuando se produzcan variaciones de precios internacionales de minerales, sea en Londres o en Estados Unidos
A esa situación estrictamente financiera externa se suman algunos problemas de orden interno, como la carencia de políticas de emergencia para sostener un presupuesto prefectural dañado con recorte oficial, inseguro y dependiente de los precios externos de minerales y poco activo por la falta de iniciativas de las autoridades y sus inmediatos colaboradores, especialmente los de planificación
Si de la minería se nutre nuestro Tesoro Departamental es lógico que exijamos una atención particularizada y efectiva desde el Ejecutivo para evitar que se interrumpan proyectos que deben ser sustentados con la “contraparte” local y que tal cosa no sucederá porque simplemente no se tomaron las previsiones en los tiempos de auge en materia minera.
Si preguntamos cómo, dónde y en qué se utilizaron por ejemplo las regalías del oro, sin contar las provenientes de otros minerales, quedaremos desilusionados al saber que no existe una cuenta particularizada sobre tal movimiento, empero todos se preocupan por lo que pueda suceder si hay un nuevo descenso en los precios internacionales de los minerales.
Algo que no quedó muy claro y que debían haber reclamado los dirigentes cívicos – que lamentablemente no tenemos – es el pago que de todos modos debería hacer la Fundición de Vinto, -siempre lo hizo- por el rubro de la “exportación de estaño”, un monto importante que no puede restarse bajo el argumento de que la fundición no explota concentrados…cierto, pero los transforma, los vende y percibe buenas utilidades por tanto con obligación de pagar regalía.
La estimación del Ministerio de Economía para la recaudación de regalías en Oruro debía sobrepasar los 116 millones de bolivianos y resulta que hasta el mes de octubre sólo se registró un ingreso aproximado a los 56 millones, lo que significa una reducción del 50% y muy difícil de remontarla hasta fin de año.
Hay marcada preocupación en las reparticiones económicas de la Prefectura, considerando que si no se mantiene la opción alcista de minerales en el 2010 la situación puede ser realmente critica. La esperanza es que los precios se recuperen y se consoliden sin descensos, única forma de restablecer las condiciones favorables a la conclusión de obras en unos casos y la ejecución de nuevos proyectos en otros.
Está visto que Oruro vive con sus regalías mineras y por lo menos en el tiempo actual no hay todavía condiciones favorables para concretar programas que puedan reemplazar o por lo menos equiparar los que ingresan vía producción y exportación de nuestros minerales.
Consiguientemente Oruro es un departamento eminentemente minero y esa condición debería ser tomada en cuenta en los niveles del poder ejecutivo para disponer programas alternativos cuando se produzcan variaciones de precios internacionales de minerales, sea en Londres o en Estados Unidos
A esa situación estrictamente financiera externa se suman algunos problemas de orden interno, como la carencia de políticas de emergencia para sostener un presupuesto prefectural dañado con recorte oficial, inseguro y dependiente de los precios externos de minerales y poco activo por la falta de iniciativas de las autoridades y sus inmediatos colaboradores, especialmente los de planificación
Si de la minería se nutre nuestro Tesoro Departamental es lógico que exijamos una atención particularizada y efectiva desde el Ejecutivo para evitar que se interrumpan proyectos que deben ser sustentados con la “contraparte” local y que tal cosa no sucederá porque simplemente no se tomaron las previsiones en los tiempos de auge en materia minera.
Si preguntamos cómo, dónde y en qué se utilizaron por ejemplo las regalías del oro, sin contar las provenientes de otros minerales, quedaremos desilusionados al saber que no existe una cuenta particularizada sobre tal movimiento, empero todos se preocupan por lo que pueda suceder si hay un nuevo descenso en los precios internacionales de los minerales.
Algo que no quedó muy claro y que debían haber reclamado los dirigentes cívicos – que lamentablemente no tenemos – es el pago que de todos modos debería hacer la Fundición de Vinto, -siempre lo hizo- por el rubro de la “exportación de estaño”, un monto importante que no puede restarse bajo el argumento de que la fundición no explota concentrados…cierto, pero los transforma, los vende y percibe buenas utilidades por tanto con obligación de pagar regalía.
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