Los dineros que llegan al país, más que en proyectos nuevos, se están concentrando en la ampliación de explotaciones existentes por un monto que este año ascendería a unos 100 millones de dólares, así lo confirmó Arturo Quirós Boada, director ejecutivo de la Cámara de Asomineros de la Andi.
La cifra, sin embargo, aún es pequeña si se observa la tabla de proyectos en América Latina, donde las inversiones alcanzan en algunos casos cifras de hasta 2.000 millones de dólares en todo tipo de explotaciones.
Otro dato que revela la situación de Colombia es que del total del presupuesto de inversiones que se hicieron el año pasado en exploración de metales no ferrosos en el mundo, el 24 por ciento fue para Latinoamérica, pero específicamente para las cuatro naciones mencionadas, especialmente a proyectos de oro, níquel, bauxita, hierro y hasta potasio. Es más, de acuerdo con cifras de la Cámara de Asomineros de la Andi, solamente 6 de las mayores empresas mineras del mundo tienen operaciones en Colombia, mientras que en países de la región como Chile y Perú hay por lo menos una docena de ellas explorando todo tipo de minerales, aprovechando el auge de precios internacionales de las materias primas.
Un estudio realizado por Fedesarrollo para la cámara de Asomineros de la Andi señaló que si bien Colombia no es el más atractivo de la región, sí está atravesando por un excelente momento económico que le servirá para atrapar esos flujos de capitales hacia el sector minero, “pero ello hay que construirlo”, dice Mauricio Cárdenas coautor del estudio con el investigador Mauricio Reina.
El aporte de la minería a la economía es de alrededor de 8,6 billones de pesos, 3 por ciento del PIB, pero la cifra sigue siendo baja en comparación con otros países de la región donde alcanza tasas de hasta el 8 por ciento como Brasil y Chile.
Localmente el territorio es todavía inexplorado porque apenas se está aprovechando el carbón, el níquel, y el oro, éste último aún en muy pequeñas cantidades a pesar de que hace 40 años el departamento de Antioquia, por ejemplo, era uno de los mayores productores del metal del mundo. Además, Colombia es atravesada por la cordillera de los Andes, donde se han encontrado los mayores depósitos de minerales en otras naciones del continente.
Sin embargo, para llegar a competir hombro a hombro con países como Perú, Chile o Brasil, habrá que destaponar varios cuellos de botella que por años le han impedido al país gozar de un mayor atractivo.
Si bien el índice de potencial geológico del país es de 8,1 puntos, que es catalogado como alto -según el estudio de Fedesarrollo-, temas como la deficiencia en materia de infraestructura, los elevados costos de la electricidad y la maraña de regulaciones ambientales, así como la debilidad de las instituciones dedicadas al tema minero, son algunos de los factores en contra.
“Colombia podría mejorar significativamente su posición competitiva si tuviera una legislación más favorable, sobre todo para la fase de exploración, con periodos más amplios y cánones superficiarios más bajos”, indicó la investigación de Fedesarrollo, presentada en Cartagena.
En efecto, mientras que en Colombia el periodo de exploración es de apenas 3 años, en otros países como Brasil alcanza lapsos de 6 años y en Perú 8, lo que facilita al inversionista poder hacer un trabajo más profundo, más aún si se tiene en cuenta que los proyectos mineros son a muy largo plazo.
De la misma forma, mientras que el valor del canon superficiario, es decir, aquella suma que deben pagar los mineros por explorar un área, es de hasta 20,6 dólares por hectárea en Colombia, en otros países es de 1,86 dólares, e incluso menos como en Chile donde apenas cuesta 0,6 dólares.
En análisis especializados como el del Fraser Institute 2006/2007, el cual consulta a 333 empresas mineras dedicadas a la exploración, explotación y consultoría sobre la competitividad minera, Colombia recibió una calificación bastante baja en el indicador de potencial de políticas.
Este indicador muestra los efectos que tienen las políticas públicas en la actividad minera, incluyendo temas como la estabilidad y el cumplimiento de las normas, la tributación, la estabilidad política, los temas laborales, la seguridad y la infraestructura.
En la encuesta 2007, Colombia recibió una calificación de 25 puntos en este aspecto sobre 100 posibles, lo que la ubica en el lugar 55 entre 65 países y regiones analizadas.
Pero en el índice de potencial mineral le va mejor a Colombia. Este ítem revela la percepción de los empresarios internacionales acerca de lo que sucedería en los países y regiones analizadas si las políticas públicas se afinaran hasta alcanzar los mayores estándares internacionales.
En este caso Colombia quedó en la posición 14 entre 65 países y regiones evaluadas, superando a los principales países mineros de América Latina con excepción de Brasil.
“Esta ubicación da una idea de cuánto podría mejorar la competitividad internacional del sector minero colombiano si el país adoptara la aplicación de políticas públicas que superen los cuellos de botella, sin necesidad de modificar la percepción sobre su potencial geológico minero”, indicó el estudio de Fedesarrollo. (Agencias)
La cifra, sin embargo, aún es pequeña si se observa la tabla de proyectos en América Latina, donde las inversiones alcanzan en algunos casos cifras de hasta 2.000 millones de dólares en todo tipo de explotaciones.
Otro dato que revela la situación de Colombia es que del total del presupuesto de inversiones que se hicieron el año pasado en exploración de metales no ferrosos en el mundo, el 24 por ciento fue para Latinoamérica, pero específicamente para las cuatro naciones mencionadas, especialmente a proyectos de oro, níquel, bauxita, hierro y hasta potasio. Es más, de acuerdo con cifras de la Cámara de Asomineros de la Andi, solamente 6 de las mayores empresas mineras del mundo tienen operaciones en Colombia, mientras que en países de la región como Chile y Perú hay por lo menos una docena de ellas explorando todo tipo de minerales, aprovechando el auge de precios internacionales de las materias primas.
Un estudio realizado por Fedesarrollo para la cámara de Asomineros de la Andi señaló que si bien Colombia no es el más atractivo de la región, sí está atravesando por un excelente momento económico que le servirá para atrapar esos flujos de capitales hacia el sector minero, “pero ello hay que construirlo”, dice Mauricio Cárdenas coautor del estudio con el investigador Mauricio Reina.
El aporte de la minería a la economía es de alrededor de 8,6 billones de pesos, 3 por ciento del PIB, pero la cifra sigue siendo baja en comparación con otros países de la región donde alcanza tasas de hasta el 8 por ciento como Brasil y Chile.
Localmente el territorio es todavía inexplorado porque apenas se está aprovechando el carbón, el níquel, y el oro, éste último aún en muy pequeñas cantidades a pesar de que hace 40 años el departamento de Antioquia, por ejemplo, era uno de los mayores productores del metal del mundo. Además, Colombia es atravesada por la cordillera de los Andes, donde se han encontrado los mayores depósitos de minerales en otras naciones del continente.
Sin embargo, para llegar a competir hombro a hombro con países como Perú, Chile o Brasil, habrá que destaponar varios cuellos de botella que por años le han impedido al país gozar de un mayor atractivo.
Si bien el índice de potencial geológico del país es de 8,1 puntos, que es catalogado como alto -según el estudio de Fedesarrollo-, temas como la deficiencia en materia de infraestructura, los elevados costos de la electricidad y la maraña de regulaciones ambientales, así como la debilidad de las instituciones dedicadas al tema minero, son algunos de los factores en contra.
“Colombia podría mejorar significativamente su posición competitiva si tuviera una legislación más favorable, sobre todo para la fase de exploración, con periodos más amplios y cánones superficiarios más bajos”, indicó la investigación de Fedesarrollo, presentada en Cartagena.
En efecto, mientras que en Colombia el periodo de exploración es de apenas 3 años, en otros países como Brasil alcanza lapsos de 6 años y en Perú 8, lo que facilita al inversionista poder hacer un trabajo más profundo, más aún si se tiene en cuenta que los proyectos mineros son a muy largo plazo.
De la misma forma, mientras que el valor del canon superficiario, es decir, aquella suma que deben pagar los mineros por explorar un área, es de hasta 20,6 dólares por hectárea en Colombia, en otros países es de 1,86 dólares, e incluso menos como en Chile donde apenas cuesta 0,6 dólares.
En análisis especializados como el del Fraser Institute 2006/2007, el cual consulta a 333 empresas mineras dedicadas a la exploración, explotación y consultoría sobre la competitividad minera, Colombia recibió una calificación bastante baja en el indicador de potencial de políticas.
Este indicador muestra los efectos que tienen las políticas públicas en la actividad minera, incluyendo temas como la estabilidad y el cumplimiento de las normas, la tributación, la estabilidad política, los temas laborales, la seguridad y la infraestructura.
En la encuesta 2007, Colombia recibió una calificación de 25 puntos en este aspecto sobre 100 posibles, lo que la ubica en el lugar 55 entre 65 países y regiones analizadas.
Pero en el índice de potencial mineral le va mejor a Colombia. Este ítem revela la percepción de los empresarios internacionales acerca de lo que sucedería en los países y regiones analizadas si las políticas públicas se afinaran hasta alcanzar los mayores estándares internacionales.
En este caso Colombia quedó en la posición 14 entre 65 países y regiones evaluadas, superando a los principales países mineros de América Latina con excepción de Brasil.
“Esta ubicación da una idea de cuánto podría mejorar la competitividad internacional del sector minero colombiano si el país adoptara la aplicación de políticas públicas que superen los cuellos de botella, sin necesidad de modificar la percepción sobre su potencial geológico minero”, indicó el estudio de Fedesarrollo. (Agencias)
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