jueves, 22 de junio de 2017

La Comibol necesita una reestructuración que le cambie su infraestructura operativa


La presente es otra ocasión propicia, de entre muchas que se dieron para NO seguir insistiendo en la idea de "refundar" la Corporación Minera de Bolivia (Comibol); cumpliendo lo que señala el vocablo, es apenas un cambio en su denominación, que no significa en absoluto modificar su burocrática estructura.

Ya se ha dicho repetidas veces y lo han expresado, con mucha propiedad, destacados profesionales de minería, ex ministros del ramo entre otros, también uno que otro ex presidente de la estatal minera, en plena coincidencia con lo que se ha planteado desde nuestras columnas, que la Comibol necesita una total reestructuración de su sistema operativo para convertirse en una "empresa productiva" de la minería boliviana.

Hay que insistir en que no es lo mismo refundar que reestructurar. El denominativo de Corporación Minera de Bolivia y su sigla de Comibol, tienen hasta cierta trascendencia histórica, para recordar que como efecto de la nacionalización de las minas el complemento operativo inmediato fue su creación, con lo que el proceso comenzó a estructurarse defendiendo la enorme riqueza minera del país, hasta ese tiempo explotada por los barones del estaño.

La primera Comibol de entonces tuvo una carga socio política muy grande y su tarea fue la de organizar el aparato productivo minero, asumiendo toda la responsabilidad en la continuidad de las operaciones mineras y en la obligación social de sostener todo el aparato de explotación en las minas recuperadas, haciéndolas parte importante del sistema generador de riqueza nacional.

Por los informes recientes, el titular del Ministerio de Minería y Metalurgia (MMM) César Navarro, volvió a la historia equivocada, señalando que se aprobará un decreto supremo disponiendo la "refundación de Comibol", con el objeto de que tenga potestad de controlar y participar en la cadena de producción minera.

La intención es buena, pero lo que corresponde es "reestructurar" la Comibol, para que de veras, pueda ser una empresa productiva, partiendo en la aplicación de serias medidas en su actual conformación administrativa y burocrática, cambiándola por una estructura técnica y operativa, que realmente "reactive" todo el aparato minero nacional.

Los dirigentes mineros, recuerdan que el 2015, en la crisis de precios, el titular del MMM anunció la aplicación de cambios en la estatal minera para que deje su rol burocrático y se convierta en la instancia operativa de la cadena productiva minera del país. Ya entonces se planteó desde el sector minero, una reestructuración de Comibol, que fue entendida por el ministro al referirse posteriormente a los cambios de la estructura de funcionalidad de la Comibol.

Parece que todavía hay resabios de lo que algunos observadores califican como "saldo de una caduca Comibol" que funciona en la alternativa resultante del D.S. 21060 y la Ley 1777, operable como el Código Minero, más próximo a ciertos intereses, no precisamente para multiplicar el crecimiento de Comibol, sino para que ejerza un control "administrativo" sobre el funcionamiento de algunas minas con "capitales especiales".

El hecho es que ese modelo de trabajo se quedó en el tiempo como formato de la Comibol, controlando convenios de joint venture y el pago de impuestos de algunos empresarios, pero sin que los varios ejecutivos que la dirigieron se aventuren a proponer la reestructuración que ahora es necesaria.



Cambio urgente

Por qué se pretende justamente ahora, sacudir la estructura de Comibol?. La respuesta es obvia, hay necesidad de diversificar la economía nacional ante una lógica previsión en la producción de otra materia prima no renovable, el caso de hidrocarburos y el gas.

Los expertos indican que "teniendo a mano" importante riqueza minera no se justifica que la misma permanezca a "flor de tierra", sin uso ni beneficio, sólo por la falta de iniciativas y el respaldo con ciertas normas legales que garanticen todo tipo de emprendimiento minero.

Aunque la Ley 535 se refiere a una Comibol operativa, es indudable que falta un reglamento para disponer claramente los objetivos que debe cumplir la que se considera "principal institución para encarar el desarrollo minero", pero en función al cumplimiento de ciertas estrategias que se cumplan para dinamizar la minería comenzando con una política especial que establezca las mayores facilidades para inversiones estatales o privadas, bajo seguridades especiales, tomando en cuenta que la minería, requiere tiempo y dinero para concertar y desarrollar nuevos proyectos productivos.

Si hay algo que de momento mantiene "congeladas" algunas opciones de invertir en minería o metalurgia, es justamente la falta de "reglas claras", que otorguen seguridad a inversionistas, incluyendo una reglamentación especial de orden tributario que esté acorde con normas que rigen en países vecinos, para que en el nuestro también se interesen las grandes empresas mineras internacionales que hoy por hoy, no pasan de algunas consultas y tímidas ofertas, en tanto se defina la política nacional minera y se conozca el lineamiento de operaciones que maneje la Corporación Minera de Bolivia, mientras tanto, sólo se puede hablar de buenas intenciones, que ojala no vayan simplemente a cambiarle el nombre a la Comibol.

Lo último que se conoce en este proceso es que el proyecto de decreto que ha sido elaborado en el MMM ha sido puesto a consideración de la Fstmb para conocer criterios desde ese sector. Se espera que los trabajadores asalariados, ratifiquen su propuesta inicial de exigir la reestructuración total de la Comibol para que sea parte activa de la cadena productiva minera, que comienza naturalmente en la planificación y a través de diversas etapas llega a la comercialización.

Sin lugar a dudas, en la cadena productiva hay muchos eslabones, desde los que plantean una adecuada prospección para facilitar la exploración, estimar el potencial de los yacimientos y definir la estrategia de su explotación, por supuesto todo ese proceso en un largo periodo en el que las inversiones son muy importantes. La gran minería hay que programarla con anticipación y esa es una de las preocupaciones del presente, pensando en una próxima minería de resultados positivos.

Ya es tiempo de encarar un buen plan de reestructuración en la Comibol, no se puede demorar algo que hace muchos años se planteó como necesidad urgente para salvar la minería y que desde hace dos, es parte de más discursos y buenas intenciones.

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