Más allá de los frecuentes anuncios de inversiones del Estado para mejorar la actividad minera, resulta que están ganando espacio las observaciones de los profesionales de la minería, que demandan "acciones y no especulaciones" mostrando objetivamente una serie de asuntos pendientes que por supuesto limitan las opciones de encarar emprendimiento mineros en el sector estatal y menos aún en acuerdos con inversionistas privados.
Uno de los principales problemas tiene que ver con la Ley de Minería 535, promulgada (en Oruro) a fines de mayo del 2014 y que en poco más de tres años no entra en vigencia porque carece de reglamento, no tiene un apéndice necesario sobre materia tributaria y como si fuera poco, después de tanto tiempo sin uso resulta que necesita urgentemente la actualización y adecuación de varios de sus artículos para ponerse a nivel de normativas mineras competitivas y que son parte de legislaciones avanzadas en la materia en países vecinos.
Como la ley no funciona, es de suponer que el resto de la denominada "cadena productiva" tampoco funcionará, y tal situación se observa claramente en el largo tiempo que no se puede "reestructurar" el sistema operativo de la Corporación Minera de Bolivia (Comibol), la principal estatal minera que debe dejar de ser meramente administrativa, con una abultada planta burocrática y convertirse en una empresa productiva con una planta profesional de alto nivel que disponga políticas, lineamientos, métodos y actividades que se conviertan en un modelo de cambio, para devolver al sector minero su condición de líder en la generación de divisas para el Erario Nacional y regalías para municipios donde se produzcan actividades mineras con rentabilidad.
Es lamentable lo que sucede en los niveles de conducción de las entidades del Estado encargadas de la producción minera, que demoran indefinidamente la aplicación de medidas que hagan realidad los buenos propósitos, dejando de lado las simples intenciones que significan mucho ruido y poco efecto.
En minería no hay posibilidades de ensayar adivinanzas, es cierto que un "golpe de suerte" puede ser decisivo, pero siempre prevalecerá una adecuada orientación técnica, para gastar lo justo en cada una de las etapas que implica desarrollar nuevos emprendimientos. Una vez más se repite eso que es inevitable en la actividad minera, mucha inversión y mucho tiempo, que pueden reducirse en la medida que se cumplan cronogramas definidos por los "que saben" de la minería.
Los analistas de la minería consideran que "no hay nada nuevo" en materia de nuevos proyectos. Uno que avanza lentamente es el del litio, que todos esperan no se atrase demasiado, frente a la competencia de los vecinos. El hierro que será explotado en el Mutún, posiblemente sea industrializado en un par de años más, el proyecto debe comenzar antes de fin del año presente. Mallku Khota hasta ahora, sólo para cuento. Karachipampa con tropezones, el ingenio Lucianita de Huanuni sin agua originalmente. Las fundiciones de zinc, otra historia. En el caso de la minería privada e inversiones mayores, no hay garantías, sólo como muestra de que nuestra minería es más discursiva que potencialmente efectiva.
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