"No hay salud que aguante esto". Nelson Pizarro presidente ejecutivo de Codelco, se quejaba así ante sus colegas por la renuncia de varios ejecutivos en las últimas semanas y la virtual parálisis en la gestión de la mayor compañía de cobre del mundo.
Todo, debido a la disputa que desde inicios de este año la enfrenta con la Contraloría General de la República, dirigida por Jorge Bermúdez. Según la compañía minera, esta pelea ya le ha costado $us 100 millones en términos de inversiones frenadas entre marzo y abril de 2017, estimándose que si esta pugna se alarga, se paralicen cerca de $us 500 millones en planes estructurales y de mantención.
De acuerdo con información de ejecutivos de la estatal, el presupuesto destinado a inversión -gastos en mantención y planes estructurales-, tanto en marzo como en abril de este año, solo logró una meta de cumplimiento de 55%, es decir, poco más de la mitad. Esto, por el ajuste de los procedimientos internos adoptados por Codelco para ceñirse a los requerimientos de la Contraloría, que afectan cuatro áreas clave: mecanismos de contratación de bienes y servicios; negociación con partes relacionadas; control sobre suficiencia técnica y económica de las decisiones de Codelco, y negociaciones colectivas.
La compañía alerta que esta paralización pone en riesgo las metas de producción para los próximos años al atrasar los proyectos estructurales, pero también afecta el día a día en la estatal en actividades tan críticas como la mantención de equipos y la seguridad de las faenas. E incluso, hay temor de que aumente la accidentabilidad en la operación minera, cuentan en Codelco.
Contraloría declinó referirse a este tema. A inicios de la semana se solicitó entrevista con el contralor, Jorge Bermúdez, y la respuesta fue que "no es factible".
Nelson Pizarro se ha quejado internamente de que se ha dado una "delegación inversa" de las decisiones. Los trabajadores, más de 18.000 personas, temen equivocarse y traspasan las definiciones a sus supervisores, unos 3.000, y estos, a su vez, delegan en los gerentes, cerca de 300. Como estos tampoco quieren asumir riesgos, reenvían toda decisión, relevante o no, a los vicepresidentes, y ellos a su vez lo remiten al presidente ejecutivo. "Yo tampoco me quiero ir preso", ha comentado el mandamás de Codelco, quien consulta con el staff de abogados prácticamente todas las definiciones clave de la empresa.
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